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CAPACITACION EN COSTOS Y GESTION

¿Fábricas descartables? ¿Tirar si no sirven? Mmmmm... tiene lógica.

Tiempos paradójicos los nuestros... Por un lado, crece la economía verde y el reciclaje. Por el otro, nos aconsejan instalar fábricas descartables...

Enormes fábricas construidas en tiempos optimistas oxidándose bajo el sol de otoño. Unos perros flacos husmean entre las máquinas corroídas. En la puerta, un letrero que reza: "EN LIQUIDACION".

Una inversión fallida suele arrojar un triste escenario. Millones de dólares desperdiciados, cientos de obreros en la calle, accionistas furiosos...

Por lo tanto, ¿a quién le extrañará que las empresas hayan buscado por años la forma de reducir los riesgos de sus inversiones? Ahora, un estudio de Amyn Merchant y Benjamin Pinney(Boston Consulting Group) está dando el último grito: hay que instalar fábricas descartables.

Imagine que surge imprevistamente un enorme mercado para algún producto en algún área del globo. Ni siquiera los gurúes más perspicaces lo habían predicho. Nadie estaba preparado. ¿Cómo ser el primero en aprovechar la inesperada oportunidad? ¿Usted ordenaría la construcción de una gigantesca fábrica? Tal vez no sea buena idea. Las grandes plantas tradicionales requieren complejas y costosas maquinarias. La puesta a punto puede demorar años. Es posible que, cuando la fábrica entre en funcionamiento, su competencia se haya adueñado del mercado.

En este sentido, advierte el estudio del BCG, las plantas descartables brindan una respuesta óptima. Al ser intensivas en mano de obra, la flexibilidad es muy superior a las tradicionales fábricas capital-intensivas. No se requiere una fuerte inversión en maquinaria ni los largos meses de puesta a punto. La fábrica descartable puede construirse velozmente para aprovechar de inmediato la oportunidad y así beneficiar a la empresa de la célebre máxima: "el que pega primero, pega dos veces".

Las plantas descartables también pueden utilizarse como herramientas estratégicas de acceso escalonado a nuevos mercados. Antes de lanzar una gran inversión, puede ser conveniente instalar primero una fábrica descartable para “tantear” el mercado.

¿Estamos ante el fin de las fábricas tradicionales?

De ninguna manera. En la atención de la demanda de mercados ya establecidos, las grandes fábricas siguen siendo imbatibles: sólo ellas pueden manejar grandes volúmenes de producción para aprovechar economías de escala. Las fábricas descartables, en última instancia, no reemplazan sino que complementan a las tradicionales porque proveen una alta flexibilidad para enfrentar los riesgos de mercados fluctuantes. Pero una vez que el mercado se consolida, llega el momento de tirar la fábrica descartable a la basura y construir una de gran escala.

En síntesis, instalar una fábrica descartable tiene sentido cuando existe una elevada incertidumbre sobre la evolución futura de un mercado dinámico y competitivo o cuando un rápido "first-move" puede significar una importante ganancia de participación de mercado.

Con las fábricas descartables, el riesgo se minimiza. Si no funciona, ¡tírela a la basura!

Fuente: Clarin

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