Blogia
CAPACITACION EN COSTOS Y GESTION

Chile se apresta a aprovechar "boom" de los biocombustibles

El uso de cultivos como la remolacha, el trigo y el maíz, para producir etanol, y de raps, para el biodiésel, podrían provocar un dinamismo pocas veces visto en el agro.

No sólo Iansa está detrás de este tipo de combustibles, sino que otros como las españolas Acciona y Abengoa, y la brasileña Petrobras, ven con atención el mercado.

Desde que en marzo pasado la azucarera Iansa y la petrolera estatal Enap decidieron comenzar los estudios para desarrollar los biocombustibles en Chile, el interés de otras compañías por sumarse a este fenómeno ha sido creciente.

Las compañías españolas Acciona y Abengoa, además del gigante brasileño Petrobras, están mirando con atención su posible ingreso a este mercado en el país, sobre todo en la producción de etanol y de biodiésel.

El etanol es un tipo de alcohol que se puede utilizar como sustituto o complemento de la gasolina en los vehículos a bencina y que se produce a partir del proceso de fermentación de cultivos agrícolas (remolacha, trigo, cebada, maíz, etc.).

Mientras, el biodiésel es un aceite similar al diésel obtenido a partir del petróleo, puede usarse en motores de ciclo diésel y se puede obtener de aceite vegetal (cultivos oleaginosos) y también del reciclaje de aceites comestibles ya usados (como frituras).

Es que las expectativas en su desarrollo son grandes. De acuerdo a las estimaciones del Gobierno, ya en 2008 deberían producirse biocombustibles dentro de Chile y en 2010 se podría dejar de importar la gasolina refinada desde el extranjero.

El tema no es menor considerando que el consumo de diésel en Chile ha crecido fuertemente: de 2,8 millones de m3 en 1991 a 6,2 millones de m3 en 2005.

La intención es poder usar un 10% de etanol y de biodiésel en reemplazo de bencinas y petróleo, respectivamente, cifra que permite que no sea necesario hacer cambios en los motores de los vehículos. En esta definición y en las normas técnicas y de seguridad están trabajando la Superintendencia de Electricidad y Combustibles y la Comisión Nacional de Energía.

En el caso del proyecto de Iansa y Enap la idea inicial es usar, en una primera etapa, cerca de 70 mil hectáreas de trigo para etanol, lo que requeriría invertir unos US$ 60 millones en una planta procesadora y permitiría cubrir cerca del 4% del consumo de gasolina del país. Mientras, para producir biodiésel, se usaría, principalmente, raps.

El representante de la española Acciona en Chile, Roberto Redondo, asegura que "tenemos interés en el mercado de generacion de biodiésel", aunque advierte que aún es caro producirlos en el país y que se requiere una legislación sobre el tema.

En efecto, el gerente general de Iansa, Felipe Lyon, ya ha apuntado a la necesidad de, por ejemplo, eliminar el impuesto específico en este tipo de combustibles y que haya una protección para las importaciones futuras de biocombustible subsidiado que venga bajo su costo.

Un mercado en expansión

La producción de etanol y biodiésel se ha convertido en un verdadero "boom" a nivel mundial. En efecto, la producción de etanol creció un 19% en 2005, alcanzando 36,5 mil millones de litros, mientras la de biodiésel subió en 60% el año pasado, alcanzando más de 3,5 millones de m3.

Más del 90% de la producción mundial de etanol es en base a caña de azúcar y de maíz, y Estados Unidos y Brasil son, por lejos, los principales productores globales con 16 millones de litros anuales cada uno.

En tanto, cerca de un 1% del mercado mundial de diésel corresponde a biodiésel, y el mayor productor mundial es Alemania.

Juan Meriches R., El Mercurio

0 comentarios