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CAPACITACION EN COSTOS Y GESTION

Más que campo: una fábrica

Biolatina mostró que producir medicamentos en animales y plantas puede ser 10 veces más barato que de la forma tradicional. Vacas cuya leche sirve para tratar el enanismo hipofisario en los niños. Conejos que inhiben enfermedades hereditarias. Papas que producen vacunas y maíces que ayudan al tratamiento de la insuficiencia pancreática. Estos son algunos de los últimos logros de la biotecnología aplicada a animales y plantas, una herramienta que le permitirá a la industria farmacéutica responder a la creciente demanda mundial de medicamentos.

Hace apenas diez años, la biotecnología sorprendía a todos los argentinos con la primera planta transgénica resistente a un herbicida que transformaría la agricultura nacional. Hoy, el país cuenta con el primer tambo farmacéutico del mundo y la producción de vacunas a través de las papas.

El primero es un proyecto que viene desarrollando Bio Sidus S.A.. El segundo, es uno de los trabajos de investigación del Instituto de Biotecnología del INTA Castelar. Ambos fueron presentados la semana pasada en la sexta edición de Biolatina, el Congreso organizado por el Foro Argentino de Biotecnología (FAB) en la sede de la UADE.

Allí, los doctores Andrés Bercovich, Gerente de Desarrollo Tecnológico de Bio Sidus S. A., y Esteban Hopp, Coordinador del Area Estratégica de Biología Molecular, Bioinformática y Genética Avanzada del INTA, explicaron que la principal razón que explica el creciente interés por la producción de medicamentos a través de animales y plantas transgénicas es la necesidad de disminuir costos y responder al constante incremento en la demanda de productos.

Un rodeo de 20 animales en ordeñe del tambo farmacéutico puede satisfacer la demanda mundial de Hormona de Crecimiento Humana para el tratamiento del Enanismo Hipofisario y Síndrome de Turner.

En tanto, una proteína producida en un maíz transgénico puede costar el 0,5% de lo que implica producirla, por ejemplo, en un huevo. En el caso de la producción de anticuerpos monoclonales para distintos usos, el costo puede reducirse del actual rango de 200 a 2.000 dólares por gramo, a otro que va de los 10 a los 1.000 dólares por gramo, si se produce en plantas.

En general, producir medicamentos en animales y plantas puede costar 10 veces menos que haciéndolo mediante los sistemas tradicionales.

La "Dinastía Pampa"

La primera Hormona de Crecimiento Humana (hGh) extraída de leche de vacunos clonados y transgénicos, ya es un producto farmacéutico que espera la aprobación de las autoridades para salir al mercado. El tambo de Bio Sidus cuenta hoy con siete hembras —usinas vivientes productoras de la proteína— y cinco machos transgénicos, perpetuadores del proyecto.

Por cada litro de leche se obtienen inicialmente siete gramos de proteína, y esta cantidad aumenta junto a la leche a medida que va creciendo el animal.

La iniciativa del Laboratorio Bio Sidus S.A. tuvo su primer hito en 2002 cuando nació Pampa, el primer clon bovino logrado a partir de células fetales diferenciadas. La "Dinastía Pampa", el primer rodeo transgénico productor, surgió con el nacimiento de otras terneras clonadas portadoras del gen de la hGh.

El proyecto se consolidó cuando Pampa Mansa, una de las terneras Jersey transgénicas, comenzó a expresar la proteína en su leche, y se expandió con la aparición de los primeros machos obtenidos por fertilización, cuyo esperma hace posible la reproducción del rodeo.

"Argentina tiene grandes ventajas competitivas para desarrollar este tipo de proyectos. Contamos con la trayectoria y el conocimiento en materia ganadera y en biología molecular que hacen falta", expresó Bercovich, para luego comentar que este año hubo dos anuncios importantes vinculados a la utilización de animales transgénicos en la fabricación de productos biofarmacéuticos.

Por un lado, la Unión Europea aprobó el primer producto obtenido de cabras transgénicas. Se trata de la Antitrombina III, para la coagulación intravascular, desarrollada por una firma de Estados Unidos.

Por otro, la FDA (Agencia de Alimentos y Drogas de EE.UU.) le dio un Fast Track (aprobación rápida) a Pharming para la utilización del inhibidor humano C1 recombinante que se produce a partir de conejos transgénicos y trata una enfermedad hereditaria que se llama Angioedema.

Molecular Farming

"Producir medicamentos a través de las plantas no sólo es más barato, sino que tiene riesgos sanitarios reducidos, necesita infraestructura limitada, y no se requiere en muchos casos de la purificación de las proteínas", dijo el Dr. Esteban Hopp, al comentar las posibilidades de la producción de proteínas de alto valor agregado a través de vegetales. Los primeros planticuerpos, así se les dice, aparecieron en 1998. A partir de allí se fueron mejorando los métodos y hoy ya son varias las empresas que se dedican a esto. En la actualidad, una empresa francesa usa maíz transgénico para fabricar un producto para la insuficiencia pancreática, otra ha producido vacuna oral para la hepatitis B.

En Canadá se ensaya en tabaco un producto para un desorden intestinal, y también allí están cercanos a lanzar insulina recombinante en una planta oleaginosa, que se espera genere un gran impacto.

En nuestro país, el foco de atención está puesto en el INTA Castelar. Allí se trabaja con plantas transgénicas, como las papas, y la producción de vacunas recombinantes contra patógenos virales en aves, entre otros temas de muchísimo interés.

Milva Beloso, Clarín

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