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En la Universidad de La Plata, crean un repelente para que los piojos no vuelvan a la cabeza

Se trata de un medicamento único en su tipo que evita la reinfestación una vez curada la pediculosis. Es la continuación de una crema que ya habían ideado los mismos investigadores hace tres años y que llegó a vender 300 mil unidades. Ahora la droguería busca exportar el producto.

Un grupo de investigadores de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) presentó un desarrollo científico único en el mundo por su formulación. Se trata del nuevo repelente contra los piojos Optymus XXI, un producto considerado clave en la industria farmaceútica para la lucha contra la pediculosis.

Tal como dieron a conocer en una presentación realizada ayer en la universidad los especialistas de la Facultad de Ciencias Naturales y Museo y del CONICET, es una loción que evita la reinfestación de la cabeza de niños y adultos. Además, debido a su baja toxicidad se puede utilizar en forma diaria.

En realidad, el repelente es un derivado de una primera investigación que realizaron los científicos y por la cual obtuvieron una crema de enjuague pediculicida y removedora de liendres totalmente innocua que se insertó en el mercado bajo el nombre de Standard XXI.

Tal fue el éxito que alcanzó este producto que en poco tiempo logró posicionarse como la líder de las cremas de enjuague con una enorme aceptación entre el público y los médicos: se llegaron a vender más de 300 mil unidades desde 2003.

Según dio a conocer la casa de altos estudios, el precio sugerido a los comerciantes es de 13,90 pesos el envase de 100 mililitros, aunque en la etapa de lanzamiento la Droguería Suizo Argentina (ejecutó el desarrollo universitario y ahora piensa en exportarlo) permite a los responsables de las farmacias ofrecerlo a un precio menor al público.

De acuerdo con la explicación ofrecida por los especialistas, para llegar a este producto se continuó con una serie de investigaciones que apuntaron a resolver el problema de la reinfestación. Así obtuvieron el repelente, que evita que una vez que la cabeza haya quedado libre de piojos y liendres se vuelva a ocupar con estos parásitos.

Para la investigación se tuvieron en cuenta como la baja toxicidad, que se debe a la combinación de activos y compuestos naturales. Asimismo, se consideró importante la fácil aplicación para que tanto los padres como los niños puedan usar el producto cuando y donde lo deseen.

Por otro lado, el aroma agradable es fundamental para la buena predisposición al momento de la aplicación. De hecho, la presente fórmula fue testeada sobre decenas de niños tomando en cuenta las exigencias del INAME.

Por último, los responsables del producto aseguraron que el tratamiento ideal aconsejado es el uso de Standard XXI en forma quincenal y el uso diario de Optymus XXI repelente.

Un proyecto que nació hace 10 años

En realidad, el lanzamiento del repelente es un efecto de una investigación que comenzó en La Plata allá por 1996, cuando un grupo de investigadores de la casa de estudios consiguieron obtener la financiación de la iniciativa por parte de la droguería Suizo-Argentina en su fase de investigación científica y desarrollo industrial.

Tras siete años de los primeros pasos, en 2003 se culminó con la realización de todas las pruebas preclínicas y clínicas necesarias para lanzarlo al mercado y en julio de ese año el piojicida comenzó a venderse en las farmacias tras haber sido aprobado y supervisado en cada una de sus etapas por la Administración Nacional de Medicamentos Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT).

En ese momento, la UNLP había acordado obtener con la venta regalías del 3% durante 10 años, las que luego deberán emplearse para el desarrollo de nuevas investigaciones científicas y tecnológicas. Además, la titularidad del descubrimiento fue compartida entre la universidad y los investigadores.

Entre los puntos centrales del éxito que logró Standard se encuentra su formulación:: entre sus componentes no existen permetrinas, piretroides, piperonil butóxido, ni lindano, clásicos insecticidas que, con su uso a lo largo del tiempo, permitieron desarrollar mecanismos de resistencia en los piojos lo cual, finalmente, logró consolidar una epidemia a nivel mundial que, en el caso de nuestro país lleva a que el 80% de los chicos en edad escolar estén infectados.

Al parecer, el crecimiento de la pediculosis se debe, entre otros factores, a que los compuestos que existen en el mercado para su tratamiento matan al piojo adulto, pero no atacan los huevos. Es decir que no son ovicidas.

Según la experiencia recogida por la universidad, el pico más alto del contagio se da en la estación fría y hasta principios de la primavera. En tanto que el traspaso de los parásitos se produce por contacto directo con la cabeza infestada. Las liendres sobreviven y pueden pasar de una cabeza a la otra. La hembra coloca entre 8 y 10 huevos o liendres, las cuales se fijan en forma tangencial al pelo mediante una sustancia especial. Universia.

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