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CAPACITACION EN COSTOS Y GESTION

Estoy enfermo, hoy no voy a trabajar

La empresa se había ajustado al máximo. El seguro médico no se había salvado de los recortes de costos. Durante un tiempo, todo marchó a la perfección. Después, la productividad empezó a mermar y los costos se iban a las nubes al ritmo de los trabajadores que llamaban para declararse enfermos.

"Estoy enfermo. Hoy no voy a trabajar" en boca de un empleado, es una frase que puede poner de punta los nervios de cualquier jefe. Los días de absentismo de los empleados son mucho más costosos de lo que muchos creen. En tiempos de equipos de trabajo pequeños, la ausencia de un integrante puede trabar todo el proceso.

Respuesta académica: cada vez cobran más importancia los estudios de economía de la salud sobre seguros médicos corporativos. La investigación de Wharton, Multiplier Effect: The Financial Consequences of Worker Absences evalúa los efectos del absentismo y hasta desarrolla una fórmula para calcular con precisión sus costos.

A través de una encuesta entre 35 tipos de empleo de 12 rubros diferentes, el estudio desarrolla el concepto de "multiplicador del salario" sectorial, un indicador del costo real que sufre la compañía como consecuencia del absentismo. A tener en cuenta: el costo real del absentismo es muy superior al salario diario del trabajador ausente. Cuando no hay reemplazantes idóneos, la ausencia de un trabajador perjudica el rendimiento del resto. El proceso de producción se traba y la productividad se derrumba.

Según el estudio de Wharton, el multiplicador medio es de 28%. Si el trabajador enfermo cobra 100$ diarios, el costo de su ausencia para la empresa asciende a 128$. No todos los sectores sufren por igual. Camareros y obreros de la construcción presentan los multiplicadores más bajos: apenas 10 por ciento. Ingenieros y vendedores de automóviles, los más altos: 50 por ciento.

Consecuencias: mejor replantear la oferta de seguro médico de la empresa.

Veamos un ejemplo. Usted tiene una concesionaria de autos. El multiplicador del absentismo es de 50 por ciento. Por cada día que falta un trabajador, usted pierde 150$. Medítelo bien. Seguramente le conviene ofrecer un buen seguro médico. Es cierto, los gastos directos aumentan. Pero piense en los costos indirectos que se ahorrará cuando baje el absentismo por enfermedad. Si usted es un empresario de la construcción, donde el multiplicador es de apenas el 10 por ciento, ya no tiene tanto incentivo a ofrecer un seguro médico de calidad. Los ahorros por reducción de absentismo tal vez no lleguen a compensar los gastos del seguro.

En definitiva, advierte el estudio de Wharton, muchas corporaciones norteamericanas (como Dow Chemical) ya están implementando el modelo del multiplicador para calcular su gasto óptimo en seguro médico.

Ahorrar unos cuantos dólares en prevención puede traer dolores de cabeza cuando algún trabajador llame una mañana para anunciar a su jefe: "¿Recuerda que el seguro médico corporativo no me cubría la operación de cadera? Hoy no me puedo mover. El médico me aconsejó no trabajar en toda la semana." El jefe sacó la calculadora e hizo las cuentas. Unos segundos después, masculló: "¿Por qué diablos no le pagué la operación?"

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