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CAPACITACION EN COSTOS Y GESTION

Los trabajadores más productivos duermen la siesta en la oficina

A fines de los '90, muchas empresas empezaron a fomentar la costumbre de la siesta entre sus empleados. Luego, la tendencia se frenó. Y ahora, está volviendo.

Quedarse dormido en el trabajo suele no ser la imagen que pretende transmitir un dinámico ejecutivo de nuestro tiempo. Sin embargo, la falta de sueño tampoco es lo mejor para el rendimiento laboral.

A fines de los '90, el último grito de la moda en la vida corporativa era una siesta después del almuerzo para cargar las pilas. Muchos trabajadores apagaban sus celulares entre las 14 y las 15 horas y se tiraban a dormir en el sofá de su oficina.

Sin embargo, según un artículo del 2003 publicado en el Wall Street Journal, la moda cayó en picada en los primeros años del nuevo milenio. Según una encuesta de 2003, sólo el 21 por ciento de las empresas permitía a sus trabajadores tomarse unos minutos para la siesta (en 2002, la proporción era de 44 por ciento).

En aquellos tiempos de recortes de costos (y de personal), dormir en la oficina no era la imagen indicada para quienes querían mantener su empleo.

Sin embargo, ahora parece que la moda está regresando. Según el artículo Napping Your Way To The Top de BusinessWeek, muchas empresas están volviendo a permitir que sus trabajadores duerman unos minutos tras del almuerzo. Nike y Deloitte son algunas de las que están fomentando el hábito en sus oficinas norteamericanas.

Según la especialista en sueño, Sara Mednik, 20 minutos de siesta después de almorzar dejan al trabajador en óptimas condiciones para seguir con la demandante rutina cotidiana. Ese es el tiempo ideal para un sueño liviano y regenerativo.

¿Se trata de otra moda que desaparecerá cuando lleguen las próximas reestructuraciones?

Según el artículo de BusinessWeek, todavía falta un largo camino para que la costumbre de la siesta sea definitivamente aceptada en las corporaciones. Aún quedan vestigios de tiempos pasados, donde la eficiencia (o, mejor dicho, la percepción de la eficiencia) se medía por las horas en que el jefe veía al empleado con la vista fija en el monitor. Al fin y al cabo, los marcos cognitivos que heredados del taylorismo nos sugieren que un empleado que duerme es un empleado que no está siendo productivo.

Sin embargo, advierte el artículo de BusinessWeek, tal vez el hábito de la siesta sólo esté atravesando el mismo recorrido que el tele trabajo. Al principio, era asociado con los empleados haraganes. Con el tiempo, los managers han llegado a aceptarlo. Quizá también sea el caso de la siesta corporativa.

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