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CAPACITACION EN COSTOS Y GESTION

Corea: la apreciación del won crea marejadas en

Las navieras sudcoreanas impulsan la moneda local, perjudicando a otros grandes exportadores de ese país

La moneda de este país, el won, ha subido 10% frente al dólar desde 2005, apreciándose más que cualquier otra moneda asiática. Esto le está causando problemas a su economía, que depende mucho de las exportaciones.

La fuerza de la moneda obliga a las empresas locales a elevar los precios de sus productos o reducir sus márgenes de ganancias.

Grandes fabricantes como Samsung Electronics y Hyundai Motor han visto cómo su ventaja de precios se ha erosionado en los dos últimos años, sus ganancias operativas han caído al igual que el precio de sus acciones.

Aunque muchos factores afectan el valor de las monedas, economistas y banqueros apuntan a una industria como la  responsable de desestabilizar la balanza en Corea del Sur: los constructores de barcos, quienes cuentan con pedidos que representan en términos de valor la mitad de los barcos del mundo. Los más de 10 astilleros de Corea del Sur están viviendo su mayor bonanza de la historia debido al aumento del comercio global y el apetito chino por los bienes básicos.

Sin embargo, también son una fuente de presión para el won, ya que los astilleros reciben la mayor parte de su pago cuando terminan un barco, lo cual suele ser al menos tres años después de recibir la orden. Durante ese período, los astilleros recurren a los bancos para proteger o cubrir el valor de las órdenes actuales mediante una operación de divisas a plazo.

Por ejemplo, un astillero que acepta una orden de US$100 millones por un barco que se entregará en 2010, puede recibir un pago inicial de US$10 millones del comprador y luego cubrir los US$90
millones restantes. Para eso, primero le ofrece al banco pagarle en 2010 los US$90 millones, si el banco le da en ese momento el  valor equivalente en won al cambio actual, cerca de 83.400 millones de won. A continuación, el banco acude al mercado de divisas y obtiene 83.400 millones de won, que coloca en una cuenta destinada para el astillero.

El acto de adquirir won hoy crea una demanda que incrementa el valor de la moneda. Y el creciente valor del won refuerza el deseo de los astilleros de cubrir y proteger sus ingresos futuros.

“Es un círculo vicioso cuya causa es la expectativa de que el won se fortalezca”, afirma Hong Sunyoung, un economista de la firma de investigación Samsung Economic Research Institute, en Seúl.

Pero no culpa a los astilleros, ya que éstos siguen “un comportamiento muy racional”. El creciente valor del won es una mala noticia para otros exportadores sudcoreanos. Por ejemplo, las ganancias netas de Hyundai Motor cayeron 35% el año pasado, a medida que sus ventas en el extranjero en dólares y euros se convirtieron en menos won al regresar a Corea del Sur. Además, con el yen japonés por debajo del dólar y el euro, Hyundai no ha podido elevar sus precios frente a competidores como Toyota Motor Corp. y Honda Motor Co., que gozan de una mejor percepción de marca entre los consumidores extranjeros.

En una reunión realizada en diciembre, ejecutivos de grandes compañías sudcoreanas le pidieron a altos funcionarios del  gobierno que intervinieran para “manejar” la apreciación del won. El ministro de Finanzas y Economía Kwon O-kyu dijo a finales de ese mes que el gobierno tendría como prioridad este año “manejar estos riesgos inconvenientes” de un won fuerte. Aun así, nadie espera que los astilleros dejen de cubrir sus ganancias ya que los pondría en riesgo de erosionar sus ganancias en el futuro.

Para los economistas, la forma más fácil de detener el avance del won es una compra sostenible de dólares por parte del banco central, pero esto conlleva un riesgo político, ya que los consumidores terminarían pagando tasas de interés más altas, debido a que el banco emite bonos con tasas atractivas para pagar por los dólares que compra.

Otra opción, según Hong, es que el won siga subiendo hasta que el mercado perciba que se ha sobrevalorado frente a las grandes monedas. “En ese momento, los astilleros podrían cambiar sus expectativas” y reducir su cobertura, dice.


POR EVAN RAMSTAD - THE WALL STREET JOURNAL - SEÚL, Corea del Sur—

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