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CAPACITACION EN COSTOS Y GESTION

La inmigración podría ser la solución

Para solucionar sus problemas demográficos, los países ricos deberán abrirse a la inmigración. Un creciente número de países, buscando sustituir una fuerza laboral envejecida y mantener sus identidades nacionales, está pagando a la gente para que tenga hijos. Pero es posible que los incentivos monetarios estén llegando demasiado tarde.

Las bajas tasas de fertilidad, sumadas al boom de población en los países pobres, están llevando a muchos países ricos a abrir sus puertas a los inmigrantes, de acuerdo con un nuevo informe del Population Reference Bureau, una organización sin fines de lucro que desde hace 75 años recopila información demográfica global.

Gran parte de la presión para relajar las barreras a la inmigración viene de las empresas privadas, que temen enfrentarse a una escasez de mano de obra.

Los números son extremos. El informe, por ejemplo, dice que mientras la población de Uganda está en camino de triplicarse hasta los 150 millones para el año 2050, se proyecta que los números de Alemania caigan a 75 millones desde 82 millones en el mismo período.

En los últimos meses, 16 países desde Bulgaria a Taiwán han empezado a ofrecer una serie de incentivos para que su población tenga hijos, una aceleración de una tendencia iniciada hace algunos años. Alemania aumentará sus incentivos pronto y Japón ha estado debatiendo la idea durante una década.

“Todos los países de baja fertilidad están considerando esto”, dice Carl Haub, demógrafo senior del Population Reference Bureau. “Pero algunos de estos países se van a ver forzados a traer inmigrantes.

Para muchos ya es muy tarde para aumentar la fertilidad”. Se considera que la tasa óptima para reemplazar una fuerza laboral envejecida es de 2,1 hijos por pareja. Estados Unidos, con una tasa de fertilidad de dos hijos por mujer, es uno de los pocos países industrializados con ese número, algo que algunos analistas le atribuyen a la inmigración, especialmente hispana.

El parlamento alemán actualmente está considerando medidas, apoyadas por la canciller Angela Merkel, que llevarían a pagarle a las mujeres el 67% de sus salarios, con un tope de 18.000 euros, o cerca de US$23.000, durante la licencia de maternidad de un año.

Los resultados de este tipo de programas han sido irregulares. En 2004, Australia empezó a ofrecer bonos a la gente que tuviera bebés, aumentando el pago a cerca de US$3.000 este año. El gobierno atribuye al bono un aumento de los nacimientos por mujer de 1,76 a 1,82.

Japón, por su parte, ha estado aumentando las licencias de maternidad y otros incentivos de manera gradual, y su tasa de fertilidad siguió descendiendo, hasta su punto más bajo después de la Segunda Guerra Mundial, con 1,3.

El problema llevó al primer ministro, Junichiro Koizumi, a invocar el calendario japonés para convencer a la gente que tenga niños. “Este es el año del perro. Los perros tienen muchos hijos y he oído que lo hacen fácilmente”, dijo Koizumi en enero en una conferencia de prensa.

Francia ha logrado un aumento constante en la tasa de fertilidad gracias a exenciones de impuestos para los padres con hijos. Su tasa de fertilidad de 1,9 bebés por mujer es muy superior a la de otros países de la Unión Europea.

Al mismo tiempo, dice Haub, se aprobaron leyes antiinmigratorias en la década posterior al fin de la Guerra Fría, cuando el colapso de la Unión Soviética abrió fronteras en todo el mundo. Países como Singapur, España, Portugal, Grecia y Finlandia recientemente flexibilizaron las leyes de inmigración. Gran Bretaña está reclutando polacos de manera activa y Rusia ha hecho una oferta poco convincente a ciudadanos de India para que se establezcan en Siberia.

Japón, menos japonés “Habrá cambios en la naturaleza de muchos países. Japón será cada vez menos japonés y Alemania ya no será tan Alemania”, predice Haub.

Las empresas están impulsando tanto los programas de incentivos como los de inmigración selectiva. Corea del Sur, que tiene una tasa de fertilidad de 1,1, está atribuyendo la caída en la creación de nuevas fábricas a la escasez de trabajadores.

El número de nuevas empresas cayó 26% en junio frente al año anterior. En Japón, ejecutivos de Sony Corp. recientemente hicieron un llamado para una mayor inmigración. En 2004, el presidente de la empresa alemana ZDH instó al gobierno para que promoviera la inmigración de trabajadores calificados.

En EE.UU., los hospitales han intentado aliviar la escasez crónica de enfermeras reclutando enfermeras en Jamaica, donde una disputa laboral sobre aumentos salariales ha sido inmanejable.

“Hay un creciente interés de los gobiernos, la sociedad civil, el sector privado y otros por capitalizar los beneficios y minimizar las consecuencias negativas de la migración”, dice un informe de marzo de las Naciones Unidas.

Entretanto, el reconocimiento generalizado del problema ha llevado a un boom global de las clínicas de fertilidad y de medicamentos para la fertilidad.

Mark Fritz, Wall Street Journal

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