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CAPACITACION EN COSTOS Y GESTION

¿El ajedrez tiene propiedades terapéuticas?

Es sabido que el juego milenario ayuda a desarrollar funciones como la memoria, la concentración, la imaginación, la creatividad y el pensamiento lógico, pero ¿hasta dónde llega su ayuda a la mente de los que lo juegan?

Que la práctica del ajedrez necesita cierta habilidad mental no es novedad, como tampoco lo es que esté netamente relacionado con la psicología. El mismo padre del psicoanálisis, Sigmund Freud, afirmó que los pasos a seguir en el dominio de este juego eran similares a las técnicas psicoanalíticas y hay miles de estudios dedicados al ajedrez y psicología en lo que respecta al proceso y mejora de funciones mentales en los jugadores. Pero... ¿puede ser visto como terapia o portador de propiedades terapéuticas o capaz de curar ciertas patologías?

"No pensaría que tiene una función terapéutica. Personalmente me interesa el ajedrez y muchos otros juegos de estrategia o de tablero, porque es un instrumento muy útil para explorar, desarrollar y permitir un mejor desenvolvimiento de capacidades intelectuales en diversas áreas como el pensamiento matemático, desarrollo social y corporal con el espacio –especialmente con chicos-", contesta Hugo Mas, licenciado en psicología y profesor de ajedrez en el programa de la Dirección de Educación Inicial del Gobierno de la ciudad.

Y explica: "cuando uno trabaja con patologías utiliza determinados instrumentos que considera útiles; en un esquema -encuadre- podría ser que el ajedrez sirva como un instrumento para trabajar determinadas cuestiones, pero estaría funcionando como intermediario. He utilizado muchas veces el juego del ajedrez y es como una excusa para establecer una relación. En lo que son patologías, especialmente con los chicos - problemas de límites, habla, relación o aprendizaje-, se utiliza mucho el juego en general y lo que más puede aportar es a las funciones cognitivas, el desarrollo de la inteligencia y la interacción, pero no particularmente para una patología".

Es casi una obviedad que este deporte, como cualquier otro, modifica la personalidad de quien lo practica desde niño, pero al necesitar de concentración máxima y requerimientos mentales, la estrategia se puede se puede trasladar al día a día: "el ajedrez es llamado el rey de los juegos, donde no participa el azar. También se lo conoce como juego-ciencia, uno puede progresar indefinidamente y los progresos que hagan en el juego, servirán en la vida cotidiana", afirma Marina Rizzo, maestra FIDE y directora del Taller Infantil de Ajedrez Caballito de Palermo. Además, explica que "es un juego muy sabio y entrena muy bien ambos hemisferios. Les recomiendo a los padres que jueguen con sus hijos, que apaguen la radio, la TV, los videojuegos y tengan el 'ritual' de sentarse en un lugar cómodo y en silencio para crear el clima. El niño debe dejar a un lado el aspecto competitivo y disfrutar de la situación de ponerse a pensar".

Es claro que el ajedrez es un buen ejercicio mental y una forma de relacionarse con los demás, pero lejos está de ser una cura terapéutica a problemas puntuales. Igualmente, una buena celada o el dar un buen jaque mate a un oponente, a veces es tan o más satisfactorio que meter un gol en un partido de fútbol. Sin mucho marketing en sus espaldas el ajedrez es una práctica que no cura pero apacigua y no sana pero es sano.

Fabricio Soza, Clarín

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