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CAPACITACION EN COSTOS Y GESTION

La ideología de Benetton

Para Luciano, Benetton es una empresa sólida en la que la calidad del producto es un requisito indispensable. "Y en eso no tenemos tanta competencia". Luciano desmenuza las claves de su éxito, los desafíos del sector y su interés por Chile. "Es la estrella que más brilla en la región", afirma sobre un país que conoce bien.

A sus 71 años bien podría estar retirado en una agradable villa de su Treviso natal o viajando alrededor del mundo. Mal que mal, su empresa ya está consolidada como la mayor fabricante de ropa de Italia y no deja de captar clientes en los 120 países hasta donde llegan sus coloridas prendas.

Pero no. Luciano Benetton ni piensa en jubilarse, a pesar de la fabulosa fiesta con la que celebrará en octubre, en París, los 40 años de su empresa. Con su característico pelo blanco al aire y un chaleco amarillo, marca de la casa, sigue al frente de Villa Minelli, una fabulosa casa del siglo XVI, ubicada en la norteña Ponzano.

En este singular cuartel general, Benetton recibió a "El Mercurio" y dijo, de entrada, que "Chile es la estrella que más brilla en la región. Es un país muy serio y bien administrado. El hecho de que tenga una Presidente mujer nos demuestra la apertura del pueblo chileno. Es un país que visito casi todos los años por vacaciones".

-¿Qué tiene el consumidor chileno que sea atractivo para Benetton?

"Es un consumidor que está al día de la moda, que tiene una buena renta y, en general, los jóvenes pueden permitirse adquirir nuestros productos. Además, lo que estamos viendo es que especialmente las mujeres y la línea de niños están funcionando muy bien".

-En momentos delicados del sector textil, su compañía optó por la diversificación, ¿cómo evalúa esa apuesta?

"Cuando en Italia se iniciaron las privatizaciones, decidimos participar en algunas subastas como socios financieros. Hemos hecho buenas inversiones (en 20 sociedades, con distintos porcentajes de participación, que van desde el sector agrícola hasta el de infraestructura y servicios, pasando por el retail de alimentos) que ya funcionaban bien. Además, nos encontramos con un equipo experimentado, por lo que sólo participábamos en el consejo de administración, pero sin traer a nuestros directivos".

-Benetton fue la pionera de la "democratización del buen gusto". ¿Cómo afronta hoy la competencia de gigantes como HyM o Inditex (Zara)?

"Se puede funcionar con competencia, pero siempre que se trabaje mucho. No hay que perder la identidad, las buenas características y las ideas. El consumidor necesita mucha oferta. Obviamente, ganan los mejores y lo que tenemos que hacer es no parar de competir. Debemos ser modernos, tener buenas propuestas, pero siendo una empresa sólida en la que la calidad del producto sea un requisito indispensable. Y en eso, no tenemos tanta competencia".

-A fines del siglo XX, se caracterizaron por campañas transgresoras o apuestas arriesgadas como la entrada en la URSS durante la Perestroika. ¿Hoy es más complicado conseguir esos golpes de efecto?

"Digamos que nuestra política a partir de mediados de los 90, con el nacimiento de Fabrica -centro de investigación en comunicaciones-, cambia, ya que significa un intento por perfeccionar la comunicación, entendida no sólo como fotografía, sino como diseño, cine y música. Evidentemente, es algo diferente, pero resulta muy atractivo, lo que hace que Benetton sea única en este tipo de propuestas".

-Usted ha dicho que "no vendo ropa sino una ideología". ¿Por qué es necesario ir más allá de la venta de una marca?

"Queremos expresar lo que hay detrás del producto. Comunicar qué es la empresa, cuáles son nuestros sueños, cómo interpretamos la sociedad. El consumidor necesita sentirse protegido cuando compra una marca. Es algo que intentamos transmitir no sólo a nuestros clientes, sino que a todo el público".

Macarena Lescornez R.

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