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CAPACITACION EN COSTOS Y GESTION

El discreto pionero de la expansión india

Mediante adquisiciones en el exterior, Ratan Tata transformó una empresa local en un protagonista global. Cuando las compañías indias quieren expandirse y hacer adquisiciones en el extranjero, siguen el ejemplo de un insólito pionero: Ratan Tata.

El presidente de la junta de Tata Group y heredero de una de las dinastías más antiguas y acaudaladas de India, fue uno de los primeros empresarios de ese país en reconocer el potencial de adquirir compañías extranjeras para impulsar su crecimiento.

Cuando el empresario dio sus primeras instrucciones en 1999 para que la compañía saliera de India a través de exportaciones y adquisiciones, “para ser honestos, no sabíamos qué hacer”, recuerda R. Gopalakrishnan, un alto ejecutivo de Tata.

Hoy, Tata controla desde el fabricante de automóviles Tata Motors hasta la cadena de hoteles de lujo Taj Group. En América Latina, Tata produce vehículos a través de Tata Motors y Tata Consultancy Services, la mayor empresa de subcontratación del mundo, presta servicios de consultoría informática en toda la región.

Ahora, el conglomerado está a punto de cerrar su mayor acuerdo hasta el momento, que también sería el mayor para una compañía india fuera de ese país. La siderúrgica del grupo, Tata Steel, estudia hacer una oferta valorada en US$10.000 millones por la británica Corus Group PLC, según fuentes al tanto.

Ratan Tata ha supervisado de cerca la oferta, aseguran fuentes cercanas. De concretarse el acuerdo, “Tata se convertirá en un jugador considerable en el mercado global del acero”, afirma Robert Miller, un banquero de inversión del banco estadounidense Miller Mathis.

En total, Tata tiene 96 compañías que van desde Tata Sky, su operadora de televisión satelital, a Tetley, una de las marcas de té más conocidas en el Reino Unido.

De todas sus empresas, 32 cotizan en bolsa y la participación de la familia varía en cada una de ellas. La compañía, con sede en Mumbai, es el empleador privado más grande de India, con 222.000 trabajadores. El año pasado registró ingresos proximados de US$22.000 millones, equivalentes a un 2,8% del Producto Interno Bruto del país.

Durante sus 15 años como presidente de la junta, Tata renovó y expandió el grupo de una forma sigilosa, pero audaz. La gente que hace negocios con él asegura que mantiene un perfil discreto, habla en voz baja y es más conocido por escuchar que por dar órdenes.

Una de las características de sus empresas es su disposición a aprender de las compañías que adquieren.

Cuando los ejecutivos de Tata se reunieron con sus contrapartes
en la recién adquirida Brunner Mond Group, un fabricante británico de refrescos, lo primero que Gopalakrishnan les dijo era que sus trabajos no estaban en riesgo y que ellos habían venido a aprender.

“Ustedes conocen el mercado y a sus clientes. Ustedes dicten la estrategia”, les dijo Gopalakrishnan en una reunión.

“Ese fue nuestro punto de inicio”. El estilo de Tata contrasta sin duda con el de otro multimillonario indio, el magnate del acero Lakshmi Mittal. Él es el hombre más rico de Gran Bretaña, vive en la mansión más costosa de Londres y viaja en una limusina Maybach de Daimler-Chrysler que costó US$600.000. Cuando Tata viaja a Londres se hospeda en un hotel y viaja en autos poco llamativos. Sin embargo, comparte algo con Mittal: su ambición.

“Piensen en grande”, le recomendó Tata, durante una ceremonia en julio, a los graduados del Instituto de Tecnología de India en Madras, uno de los centros donde se forma a la elite del país. “Actúen con audacia, pues esto hará que India se mueva de forma diferente”.

Peter Wonacott y Jason Singer, The Wall Street Journal

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