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CAPACITACION EN COSTOS Y GESTION

Lo que GM podría lograr si adquiere a Chrysler

Conseguiría eliminar a un rival en EE.UU. y mayor poder frente a los sindicatos. El obstáculo son los altos costos.

General Motors Corp. está coqueteando con la idea de adquirir a Chrysler Group, la división estadounidense de DaimlerChrysler AG. Sin embargo, enfrentaría desafíos enormes si compra a su tradicional rival.

Tanto GM como Chrysler sufren de un exceso de capacidad en América del Norte, tienen más concesionarios de los que necesitan y ambas enfrentan gigantescos costos de cobertura de salud para sus trabajadores sindicalizados y jubilados.

“No tiene ningún sentido”, dice Peter Nesvold, un analista de la industria automotriz del banco de inversión Bear Stearns Cos.

Desde que Dieter Zetsche, presidente ejecutivo de DaimlerChrysler, dijera la semana pasada que “todas las opciones están abiertas” para recuperar a la alicaída Chrysler, la industria se ha sumergido en una intensa especulación y escrutinio sobre potenciales compradores o aliados.

Renault y Nissan, que han expresado abiertamente su interés por contar con una posición más firme en el mercado estadounidense y que el año pasado estuvieron interesados en aliarse con GM, habrían descartado una sociedad o adquisición de Chrysler, según fuentes al tanto. Entre los posibles compradores también se mencionan a las firmas de capital privado. Pero nada ha atraído tanto escrutinio como una posible asociación entre GM y Chrysler, la primera y cuarta mayor automotriz de Estados Unidos, respectivamente.

Idea ‘ilógica’ Sea quien sea el comprador de Chrysler, éste heredará los problemas que asolan a la industria automotriz estadounidense.

Y GM ya lidia con buena parte de estos problemas. David Cole, presidente del Centro de Investigación Automotriz, dice que para GM será “un estirón demasiado grande” adquirir Chrysler. El banco de inversión Goldman Sachs Group Inc. fue aún más tajante en un informe que publicó el 20 de febrero.

Tildó la idea de “ilógica”.

Sin embargo, GM no ha descartado la idea y se ha planteado la posibilidad de adquirir a su antiguo rival, afirman personas cercanas a la situación. Estas fuentes también aseguran que ambas empresas exploran la posibilidad de asociarse de una forma menos intensa en algunos ámbitos específicos, como los segmentos de los vehículos todoterreno y las minivan.

El año pasado, GM logró avanzar en sus planes de racionalizar sus operaciones globales y reducir costos. Pero este esfuerzo podría descarrilarse si la alta gerencia de GM se tiene que concentrar en integrar y arreglar una operación poco rentable como la de Chrysler, afirma Nesvold. “En estos momentos, el objetivo de GM es que sus negocios sean menos complejos, no más complejos”, dice.

Algunos analistas dicen que la adquisición de Chrysler traería ventajas a GM. Para empezar, la compra eliminaría a un competidor directo en el mayor mercado de GM. La marca Jeep, de Chrysler, podría ser un buen complemento a la marca Hummer de GM.

Además, Chrysler tiene una fuerte presencia en el nicho de las minivan, un segmento que GM ha abandonado.

Concentración Un acuerdo de fusión también le otorgaría a GM un mayor poder de negociación para lograr recortes en los costos de salud con United Auto Workers (UAW), el poderoso sindicato del sector. Tanto GM como Chrysler están obligadas a desembolsar miles de millones de dólares para los planes de salud y pensiones de sus trabajadores y jubilados. Si adquiere a Chrysler y amenaza con cerrar plantas de esa compañía, GM podría lograr que los sindicatos acepten recortes que reduzcan su cuenta de salud.

“Es la única gran ventaja que logro vislumbrar”, dice Cole. Una vocera de UAW no quiso hacer comentarios.

Muchos analistas dicen que los costos y las dificultades de fusionar a GM y Chrysler sobrepasan cualquier ahorro que podría lograrse, en parte debido a los costos de legado, es decir, acuerdos laborales preexistentes.

GM tiene 31 plantas de montaje en América del Norte y tiene planes para cerrar cinco. Pero Chrysler agregaría 13 plantas similares (tiene planes de cerrar una). GM tiene un portafolio de ocho marcas —demasiadas marcas, según muchos críticos—, y Chrysler le añadiría otras tres.

Las líneas de producción de ambas automotrices coinciden en muchas áreas y las dos compañías obtienen una buena parte de sus ganancias del segmento de las camionetas todoterreno. Debido a esta concentración productiva, una fusión entre GM y Chrysler ciertamente atraería un fuerte escrutinio de las autoridades reguladoras.

POR GINA CHON Y NEAL E. BOUDETTE - THE WALL STREET JOURNAL

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