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CAPACITACION EN COSTOS Y GESTION

¿Por qué los buenos grupos de trabajo cometen tantos errores?

La capacitación constante es clave para mantener la competitividad. Pero, en el corto plazo, muchas veces el rendimiento cae. En este sentido, la cohesión de los equipos de trabajo es clave para pasar el mal trago e implementar el nuevo aprendizaje...

En el artículo Are Great Teams Less Productive de Harvard Business School, la profesora Amy Edmonson comenta una curiosa situación que encontró en una de sus investigaciones de campo.

Amy estaba investigando las conexiones entre trabajo de equipo y cantidad de errores en grupos de médicos. ¿Qué indica el sentido común? A mayor cooperación, menos errores y, en definitiva, más productividad.

Sin embargo, los datos empíricos indicaban exactamente lo contrario. Los equipos con mejores interacciones entre sus miembros y líderes más efectivos cometían más errores que el resto. ¿Cómo es posible?

Amy revisó cientos de veces sus cálculos. Tras largas horas de reflexión, encontró la explicación. No era cierto que los mejores equipos cometieran más errores sino que, sencillamente, todos los errores que cometían salían rápidamente a la luz. Por el contrario, en equipos menos integrados y con jefes inflexibles, los empleados ocultaban sus errores por temor a una reprimenda.

De hecho, existen fuertes conexiones entre estas observaciones y los procesos de implementación del aprendizaje organizacional.

A esta altura, ya se ha convertido en un cliché decir que la capacitación constante es requisito para la competitividad en estos tiempos de mercados ultra dinámicos. Hoy ya nadie duda de que, a la larga, la adquisición de nuevas habilidades es la única manera de mantenerse a flote. Sin embargo, lo que generalmente no se tiene en cuenta son los efectos inmediatos del aprendizaje.

Imagine a una persona que, durante toda su vida, acostumbró a tipear en la computadora con sólo dos dedos. Nadie dudará de que aprender a utilizar los demás dedos impulsará su velocidad. Sin embargo, durante las primeras fases del proceso de aprendizaje, el rendimiento seguramente decaerá. Al fin y al cabo, los cambios nunca se producen sin fricciones.

Lo mismo ocurre en los procesos de aprendizaje organizacional. Cuando se introducen nuevas metodologías y maneras de hacer las cosas, la productividad de los grupos de trabajo suele decaer en el corto plazo. Esto es perfectamente normal.

Sin embargo, si usted es un team leader, preocúpese si los miembros de su equipo no reportan más errores que antes del cambio, preocúpese si no lo llaman todos los días para decirle "esto no está funcionando". Esto puede significar que el rendimiento ha bajado pero que los errores no se informan por temor a represalias. Es decir, quizá sea un síntoma de que hay algo que no funciona en su equipo.

Los estudios demuestran que en grupos donde se discuten abiertamente los errores, la información circula más libremente y permite un proceso de aprendizaje mucho más veloz que en los equipos con jefes con cara de bull-dog.

En definitiva, señala la especialista de Harvard, acelerar el aprendizaje organizacional exige una cultura que fomente la discusión entre los miembros del equipo, una cultura que no castigue a los que se equivocan y reconocen sus errores.

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