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CAPACITACION EN COSTOS Y GESTION

Emprendedores contra viento y marea: agronegocios

En el lejano Sur, más precisamente en Ushuaia, Leopoldo Víctor Magi, un técnico electrónico con especialización en robótica, también se le anima al campo. A pesar de la falta de apoyo económico oficial, el viento, el frío, la nieve y los suelos que distan mucho de ser los ideales para ponerse a producir... Hace siete años, largó con su emprendimiento Huerta Modelo Canal de Beagle, sobre la ruta 3, a tres kilómetros del Parque Nacional y a 1,5 kilómetro pasando el casco urbano. Allí, en 1,2 hectáreas produce lechugas (principalmente crespa y también mantecosa) mediante el sistema hidropónico y frutillas en conducción vertical, en tres invernáculos, uno de 600 m2 cubiertos —con el que empezaron en el 99— y dos más de 800 m2 que fue agregando de a poco. El sistema de conducción vertical, le permite tener 12.500 plantas de frutillas en 300 m2.

La producción de la Huerta Modelo Canal de Beagle ronda las 18 toneladas anuales de lechuga y un promedio de 2.000 kilos de frutillas al año. Los precios que logra son bastante aceptables: 2,50/3 pesos argentinos por kilo de lechuga y 7/8 pesos para el kilo de frutillas. Vende principalmente a los supermercados chicos y verdulerías de la zona. Consigue muy buenos precios de los cruceros turísticos que recalan en la zona, pero tienen muchos requisitos de calidad y volumen, "en calidad andaríamos bien pero no siempre llegamos al volumen que nos piden", comentó a Clarín Rural Magi.

Por otro lado, indicó que tiene varias ventajas a la hora de producir y comercializar. En el caso de las frutillas, no necesita sacar las plantas del lugar, por el frío —de hecho, está utilizando muchas de las mismas plantas con las que empezó—, y no necesita cámaras. Además, la distancia respecto a los centros de envío es otra de las ventajas. En conjunto con otros productores de la zona —alrededor de 10, bastante menos que en el 99, cuando eran entre 25 y 30—, abastece el 10% del mercado regional. Además, les están llegando varios pedidos del exterior y han tenido buenas ofertas para empezar a exportar por la ventaja que les da producir en contraestación respecto al mundo y también a la Argentina.

Magi contó a Clarín Rural los detalles de su sistema de producción y manejo del cultivo. "En lechugas, aplicamos la técnica del film de nutrientes (NFT, es su abreviatura en inglés). Colocamos la semilla de lechuga en un sustrato inerte, llamado espuma fenólica —que lamentablemente es importado de Brasil y lo envían cuándo y cómo quieren—. Es una plancha de dos centímetros de espesor que trae 365 cubos precortados. Una vez que la planta tiene cuatro hojas verdaderas, se despegan cada uno de esos cubos con una o dos plantas y se los coloca uno por uno en un agujero practicado en un tubo plástico. Por el tubo, que tiene un declive hacia una de sus puntas, se inyecta —cada quince minutos— agua adicionada con distintas sales minerales (diez tipos distintos). Luego de 20 días en este lugar la planta es trasladada a otro tubo mas grande en el que se termina de desarrollar en 30 días más", detalló Magi. "Lo más importante es el tiempo que "aguanta" la planta, alrededor de 10 días, ya que se encuentra con la raíz. Es decir, se vende una planta viva, sin perdidas de ningunos de sus atributos. Este sistema es cerrado, o sea ecológico, ya que la solución no se pierde, si no que va a una pileta desde la cual vuelve al cultivo y todos los días se le van adicionando los nutrientes perdidos", destacó.

En cuanto a la frutilla, el sistema es más sencillo. "Se arma una bolsa de plástico de 27 centímetros de ancho por 2 metros de largo, con sustrato de la zona, turba y poliuretano expandido, todos mezclados. Una vez colgada de los soportes, se agujerean aproximadamente 20 orificios de 4 centímetros cada uno y se colocan allí las plantas, que son regadas 6 veces al día con la misma solución" que se riega las lechugas, describió. "Este es un sistema en el cual se pierde el agua que la planta no toma. Este trabajo lo realizamos en setiembre, en octubre florecen las plantas y en noviembre—diciembre fructifica la primera floración. En febrero, se produce la segunda floración. La tercera, al no tener forma de calentar el recinto, queda en gran parte en la planta", explicó Magi.

Fuente: Clarin Rural, Argentina

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