¿Invertir en Derivados & Corporaciones?
¿Un hara-kiri financiero?¿Tiene acciones? ¿Sabe lo que las compañías hacen con su dinero? Averígüelo antes de que sea tarde. Cuentan los historiadores económicos que una de las causas de la crisis del Treinta fue la desenfrenada especulación con derivados en Wall Street. Muchas empresas, alentadas por una prosperidad que parecía no tener techo especularon agresivamente. Pero el jueves negro del 24 de octubre de 1929, la burbuja se pinchó. El resto es historia...
¿Aprendimos la lección? "Mmm...", dice Christopher Geczy, profesor de Finanzas de Wharton Business School, en el artículo The Role of Derivatives in Corporate Finances: Are Firms Betting the Ranch?. Según una encuesta confidencial de esa misma universidad, la mitad de las empresas de la muestra admitió utilizar derivados en sus operaciones financieras. ¿En qué consiste este instrumento? ¿Por qué es tan peligroso?
Los derivados son contratos cuyos valores están atados a cambios de precios de determinados títulos. Por ejemplo, un derivado de moneda puede brindar a su poseedor la obligación de comprar o vender cierta cantidad de dólares a en un momento futuro a un tipo de cambio determinado. En principio, esto no tiene nada de malo y puede servir como un efectivo medio de neutralizar riesgos. El problema surge cuando las compañías utilizan el instrumento con fines especulativos.
Muchas veces, los CFO suelen creer que, gracias a su información privilegiada, tienen el dato sobre cómo va a evolucionar el mercado. Entonces, apuestan en la ruleta rusa de los derivados para mejorar los reportes financieros de la firma y, tal vez, ganarse un bono salarial.
Cuando la apuesta funciona, no hay problema. Pero no es tan obvio que pueda salir bien. Los managers compran y venden derivados como una actividad secundaria y bastante alejada de su campo de especialidad, advierte Geczy.
Creyendo que su información privilegiada es infalible, suelen ser víctimas fáciles de experimentados tiburones de mercado. Esto es lo que le ocurrió a Procter & Gamble, que durante la década del noventa perdió 157 millones de dólares en transacciones con derivados.
¿Qué están haciendo las corporaciones con el dinero de sus accionistas? No se sabe a ciencia cierta. Estas operaciones no figuran en los balances.
Sin embargo, la encuesta de Wharton revela que la especulación se encuentra mucho más extendida que lo que se cree. Confidencialmente, muchos encargados de finanzas admitieron que sus operaciones con derivados podrían tener un importante efecto negativo sobre las finanzas de la firma.
En definitiva, ¿qué tan seguro se siente ahora de sus inversiones? ¿Qué estarán haciendo las empresas con su dinero? Es una buena pregunta. Clarin.
¿Aprendimos la lección? "Mmm...", dice Christopher Geczy, profesor de Finanzas de Wharton Business School, en el artículo The Role of Derivatives in Corporate Finances: Are Firms Betting the Ranch?. Según una encuesta confidencial de esa misma universidad, la mitad de las empresas de la muestra admitió utilizar derivados en sus operaciones financieras. ¿En qué consiste este instrumento? ¿Por qué es tan peligroso?
Los derivados son contratos cuyos valores están atados a cambios de precios de determinados títulos. Por ejemplo, un derivado de moneda puede brindar a su poseedor la obligación de comprar o vender cierta cantidad de dólares a en un momento futuro a un tipo de cambio determinado. En principio, esto no tiene nada de malo y puede servir como un efectivo medio de neutralizar riesgos. El problema surge cuando las compañías utilizan el instrumento con fines especulativos.
Muchas veces, los CFO suelen creer que, gracias a su información privilegiada, tienen el dato sobre cómo va a evolucionar el mercado. Entonces, apuestan en la ruleta rusa de los derivados para mejorar los reportes financieros de la firma y, tal vez, ganarse un bono salarial.
Cuando la apuesta funciona, no hay problema. Pero no es tan obvio que pueda salir bien. Los managers compran y venden derivados como una actividad secundaria y bastante alejada de su campo de especialidad, advierte Geczy.
Creyendo que su información privilegiada es infalible, suelen ser víctimas fáciles de experimentados tiburones de mercado. Esto es lo que le ocurrió a Procter & Gamble, que durante la década del noventa perdió 157 millones de dólares en transacciones con derivados.
¿Qué están haciendo las corporaciones con el dinero de sus accionistas? No se sabe a ciencia cierta. Estas operaciones no figuran en los balances.
Sin embargo, la encuesta de Wharton revela que la especulación se encuentra mucho más extendida que lo que se cree. Confidencialmente, muchos encargados de finanzas admitieron que sus operaciones con derivados podrían tener un importante efecto negativo sobre las finanzas de la firma.
En definitiva, ¿qué tan seguro se siente ahora de sus inversiones? ¿Qué estarán haciendo las empresas con su dinero? Es una buena pregunta. Clarin.
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