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CAPACITACION EN COSTOS Y GESTION

Cómo son las industrias de la nueva generación

Combinan el tipo de cambio alto y recursos humanos de alta calidad para desarrollarse. Pero todavía les falta masa crítica para despegar. En la economía argentina hay un antes y después de "La Devaluación", consideran algunos economistas cerca de cumplirse el primer lustro desde la crisis. Y una prueba de eso parece ser la rápida evolución de un grupo de sectores industriales desde el fin del 1 a 1. La biotecnología, la metalmecánica, el desarrollo de software o el diseño textil, son algunos ejemplos.

Se trata, en general, de sectores que exportan y que aprovechan una competitividad basada en un mix de "recursos humanos de alta calidad + tipo de cambio competitivo". Pero como además creen que la demanda de sus productos se sostendrá a futuro, siguen invirtiendo lo que los hace más dinámicos que el promedio de la industria argentina.

Un trabajo reciente de Gabriel Sánchez, economista de la Fundación Mediterránea, señala casos interesantes de innovación exportadora. Entre los ejemplos de estas "nuevas industrias" aparecen la biotecnología, arándanos, confecciones de chocolates, formatos de programas de TV, vinos finos, indumentaria de diseño, resinas plásticas térmicas, motores de combustión interna y software, entre otros. "Hoy exportan por lo menos 30 millones de dólares, contra prácticamente nada antes de 1985".

Por el momento se trata de industrias con escasa masa crítica. Si ganaran más peso relativo dentro de la economía argentina, el país podría verse beneficiado. Sánchez cuenta que si la Argentina elevara su sofisticación exportadora en un 40% ("a los niveles de México", por ejemplo), podría aumentar su tasa de crecimiento del producto de largo plazo en 2 puntos por año. Con esta mayor sofisticación exportadora la Argentina llegaría a un PIB per capita de 26.000 pesos en 2015, mientras que con la canasta exportadora actual ese logro estaría recién para 2020. A continuación, un pantallazo de estos sectores, algo así como "los cuatro fantásticos" de la industria.

Biotecnología

Según los que saben, es el "Messi" de los sectores económicos argentinos. Todavía pequeño, es de los más dinámicos entre las nuevas industrias y uno de los que más campo tiene para desarrollarse. Emplea unas 5000 personas en el país en 80 empresas que facturan alrededor de 1000 millones de pesos anuales. Tiene un amplio impacto en sectores como cultivos transgénicos, medicamentos, alimentos.

El complejo biotecnológico argentino cuenta con cinco grandes centros de investigaciones. Uno de ellos es el de Instituto de Agrobiotecnología Rosario (INDEAR), una inversión de 5 millones de dólares en infraestructura y que concentra a más de 400 personas dedicadas a la investigación y desarrollo en biotecnología. En este proyecto participan empresas privadas (Biosidus y Bioseres) y el Estado (Conicet).

Los privados desembarcaron fuerte, especialmente desde la crisis, aunque algunas, como Biosidus, tienen mucha experiencia acumulada. Bioceres, por caso, es una sociedad anónima que diseña, gerencia y financia proyectos de investigación, desarrollo e innovación en agrobiotecnología. La sociedad nació el 12 de diciembre de 2001, minutos antes que madurara el mayor KO de la economía argentina. Aquel día, 23 accionistas formaron parte del plantel inicial: hoy son 112.

En INDEAR el sector público aportará recursos humanos a través del Programa de Investigadores en Empresas, mientras que el sector privado comprometerá la inversión en infraestructura, equipamiento, sueldos del personal científico y técnico y gastos de insumos y funcionamiento.

Después de los Estados Unidos, la Argentina es el país en el continente con más desarrollo y potencial en el sector, aseguran los especialistas. El desarrollo de la biotecnología contribuiría a mejorar la base competitiva de sectores con cierto desarrollo ya previo como el del agro, alimentos y medicamentos.

Diseño textil y de ropa

Sin duda el sector de "moda" en la economía local. La Argentina logró avanzar tanto en el diseño textil (tipos de tela), como en el diseño de indumentaria (características de la ropa).

El crecimiento, en general, vino de la mano de jóvenes emprendedores que comenzaron por su cuenta, haciendo sus primeros diseños para poca escala. En algunos casos, fueron tan exitosos que tienen cadenas propias con locales incluso fuera del país. En otros, se afianzaron como marca "premium" compitiendo de igual a igual con las grandes extranjeras y con cierto prestigio en el exterior.

Uno de los ejemplos es el de los hermanos Javier y Alejo Estebecorena que producen ropa para hombre de una forma muy distinta a la que la hacen las marcas grandes. Dieron sus primeros pasos en el barrio Palermo y con la crisis se afianzaron como un circuito alternativo al de las grandes marcas. "Hoy existe un grupo de 14 personas que ya tienen un nombre y que trabajan para grandes empresas. Nosotros lo hacemos para Faena, Freddo, Malba", dice Javier Estebecorena.

Metalmecánica

Dentro del sector, que es muy vasto, se destaca la producción y venta de autopartes. Una actividad que va de la mano del buen momento que atraviesa la industria automotriz y que también tiene un excelente desempeño exportador.

Respecto de las ventas al exterior, en 2005 seis firmas concentraron el 55% del monto total. En primer lugar se ubicaron las firmas productoras de válvulas Basso, Edival y Paraná Metal. Pero esa concentración no evita un hecho significativo: 996 empresas de este sector registraron exportaciones de partes de motor durante 2005 (a un promedio de 220.000 dólares por firma) y todo indica que este año se mantendrá esta tendencia.

Las firmas del sector autopartes en la Argentina se caracterizan por ser en su mayoría PyMEs. Si bien las grandes conforman un número menor en porcentaje, todavía hay grandes diferencias a la hora de la producción.

Las grandes facturan siete veces más que las PyMEs. Según un trabajo del CEB que realizó para el sector, el 100% de los grandes exportaron mientras que el 47% de las PyMEs colocó sus productos en el exterior. En cuanto al nivel de empleo son las grandes las que brindan más puestos de trabajo.

Software

Desde 2003 viene creciendo a un ritmo del 20% anual. En el sector afirman que la salida del 1 a 1 no tuvo tanto que ver con el repunte. "Fueron más decisivas las inversiones que se realizaron desde el año 2000", cuenta Carlos Palloti, presidente de la Cámara de Empresas de Software y Servicios Informáticos.

Un reciente informe Digital Planet realizado por la World Information Technology & Services Alliance, ubica a la Argentina entre los países con las tasas de crecimiento más altas en la industria de software y servicios informáticos. Entre 2005 y 2009 estima que este sector habrá crecido alrededor del 63%, una cifra más alta que la del promedio de América latina (32%), Estados Unidos (24 %) o la Unión Europea (44%).

Las exportaciones de software el año pasado fueron de 240 millones de dólares, y se espera que para este año crezcan 20%. Entre los países a los que más software argentino se exporta se encuentran: España, Estados Unidos, México, Chile y Brasil. Hay por lo menos 84 oficinas propias de empresas argentinas en el exterior y operaciones frecuentes con más de 35 países, según un informe de la CESSI.

El sector TI argentino cuenta con un marco regulatorio que lo define como industria y además cuenta con un régimen de promoción vigente que le da estabilidad para poder continuar con el crecimiento. Existe un plan estratégico 2004-2014, elaborado en conjunto con el Gobierno y la academia en el año 2004. Esto es poner el foco en determinados segmentos de mercados, fortalecer la calidad y cantidad de productos en los mismos, y asimismo trabajar preferentemente algunos pocos mercados geográficos, tratando de ganar escala.

Todo bien, pero...

Tanto los protagonistas de las nuevas industrias como los analistas, coinciden en que estos sectores todavía carecen de masa crítica. Así, hoy resulta muy difícil competir contra los textiles de San Pablo, los programadores de la India o la biotecnología de Estados Unidos, por ejemplo.

Y si bien han regresado empresas importantes, como Alpargatas, por el otro lado las telas importadas volvieron a pisar fuerte.

Si hay un sector que enfrenta el costado más áspero de la globali zación es el de los diseñadores textiles. En la actualidad el mercado de telas se ha especializado por regiones y la Argentina se encuentra muy lejos de ser un referente mundial. Mientras los chinos trabajan mejor los sintéticos (poliéster, nylon y acrílico), Perú y Brasil trabajan mejor las fibras naturales (algodón).

"La Argentina no es claramente un país productor de telas", cuenta Luciano Ramos, diseñador senior de FISA, que asesora a empresas locales a proveerse de mercados de Oriente. "Nuestro país es un mercado donde la industria es fuerte en la segunda parte del proceso de producción, allí donde se usa la creatividad para confeccionar productos diferenciados. Pero no hay todavía una masa crítica".

Pero, ¿se podrá conseguir alguna vez masa crítica? Para Ramos el desarrollo del sector dependerá en buena medida de la capacidad para adquirir maquinaria. "Se han traído bienes de capital, pero todavía falta".

El ingeniero José Luis Basso, CEO del Grupo Basso, acepta que todavía las PyMEs en el rubro metalmecánica todavía no tienen masa crítica. ¿Y cuál es la fórmula para conseguir éxito en ese rubro? "Básicamente seguir desarrollando políticas industriales y poner crédito disponible. El tipo de cambio acompaña, pero con eso solo no alcanza". Un elemento que no puede estar ausente, considera, es que el mercado local continúe expandiéndose. Para ello el futuro de la industria automotor resulta clave. "Nuestros crecientes volúmenes de exportación en la empresa, denotan que no hay necesidad de abastecer al mercado doméstico. Mientras hace unos 13 años el 92% de los autos que se vendían eran con motores fabricados en la Argentina hoy no se llega al 20%".

Con la devaluación de 2002 el sector autopartista comenzó a ganar terreno proveyendo a la industria automotriz de componentes locales en lugar de productos importados.Por eso, que la industria automotriz alcance un nivel de producción superior a las 500 mil unidades hacia 2009 (a fin de año se llegaría a las 355 mil), será un elemento clave para estas empresas.

Para Bernardo Kosacoff, director de la oficina de Buenos Aires de la CEPAL, "el sector de biotecnología no se trata de un sector 'masivo' como sí tal vez ya resulta el de la electrónica o el de software". Mientras en la Argentina hay unas 80 firmas en el rubro de biotecnología, Estados Unidos tiene 1159 o Israel 133. Sin embargo, "expandir la 'masa crítica' de empresas biotecnológicas es clave para el desarrollo estratégico de sectores relevantes en la economía nacional como el agro o la ganadería", dice Kosacoff.

Por el lado de la industria del software (tal vez uno de los más desarrollados), la principal restricción que opera es que no alcanzan los menos de 3.000 de estudiantes que se reciben por año para sostener su crecimiento. Hoy hay mayor demanda laboral que capacitación. Empresas como Microsoft u Oracle están invirtiendo continuamente en capacitación para superar trabas.

Un esfuerzo más

De todas maneras, Kosacoff observa una ventana de oportunidad para el país en el desarrollo de estas industrias. Comenta que existe un mínimo de masa crítica que lo diferencia del resto de América latina pero "la realidad es que el esfuerzo debiera ser aún más grande". El economista señala que es importante distinguir algo: no se trata de invertir en cualquier rama de algunos de estos sectores sino en rubros muy específicos. En software, por ejemplo, la Argentina no podría competir con el modelo indio de salarios bajos. En cambio ha logrado crecer en los últimos años en el segmento de videojuegos. La cantidad de empresas que se dedican al diseño de estos programas se ha incrementado un 100% desde 2002, según datos del sector.

Aunque la masa crítica de la fabricación de software para la industria del entretenimiento es muy menor todavía, esta área junto a la de marketing y agroindustria son las que tiene el mejor panorama. "Nuestro profesional es creativo, no se trata de un productor de programas a nivel masivo como pueden ser los indios", dice Pallotti.

La economía argentina en el año 4 D.D. (cuatro años después de la devaluación) trae algunas novedades. Una de ellas es un conjunto de empresas pioneras, mayormente locales y con alta vocación por innovar, que se sobreponen a los obstáculos del mercado argentino. ¿Su evolución futura? Aún está por verse. Solo se sabe que en el año 4 A.D. (antes de la devaluación) poco se conocía de ellos.

Ezequiel Burgo, Clarin.

1 comentario

soledad secco -

por favor necesito el mail de ezequiel, es simplemente para un trabajo que m epidieron en radio 2 de la facu de perio de la plata. Por favorrrrr necesito llevar esa info para aprobar el trabajito. Es que me dieron una nota de èl de clarin y yo tengo q hacer como q produzco la nota en radio y ahora la pesada pidiò los datos posta....porfazzzz