El ciber: una ventana para comunicarse con el mundo
Los jóvenes de clases bajas fueron uno de los grupos sociales cuyo acceso a Internet más creció en el último año. Ese aumento es posible gracias a la proliferación de locutorios y cibers donde, por poco dinero, es posible conectarse. Mail, chat, juegos en red: historias de quienes visitan el ciberespacio por un peso con cincuenta la hora.
¿Chat o juegos en red? Todos los cibers suelen estar dominados por una penumbra, atravesada de luces que parecen de neón y se reflejan en las publicidades fosforescentes pegadas en las paredes. Los clientes están internados en su mundo (virtual), con la vista fija en los monitores y los dedos, ágiles, paseándose sobre el teclado y el mouse.
Unos se comunican con desconocidos, a través de salas de chat. Otros, en general los más chicos, juegan: están interconectados con otros chicos, que desde distintas máquinas participan de la misma competencia. A veces están ahí, muy cerca unos de otros, se gritan cosas, pero no se miran. Los ojos siguen fijos en la pantalla. Otros también chatean pero no en salas, sino a través de los servicios de mensajería instantánea, como el Messenger, en el que los navegantes avezados acumulan decenas y decenas de contactos.
Chat y juegos. Esas actividades recreativas parecen ser las que predominan entre quienes se conectan a Internet desde cibers y locutorios. El informe "Internet en la Argentina 2005-2006", elaborado por el estudio D'Alessio IROL y Clarín.com, reveló que uno de los grupos sociales que más crecimiento tuvo en el último año en el acceso a Internet fue el de los jóvenes de las clases más pobres. Y que lo hacen, fundamentalmente, a través de esos lugares, que desde hace unos años se reproducen en todas las ciudades del país.
Florencio Varela, en el sur del Gran Buenos Aires, es uno de los municipios más pobres del conurbano. Forma parte del llamado "segundo cordón" que rodea a la Capital, y según el INDEC, integra la vasta región que desde hace al menos once años tiene índices de pobreza por encima del 40%, con muy altos niveles de desempleo. La mayoría de los habitantes son de bajos recursos y las conexiones hogareñas son pocas. También allí, en los últimos años, surgieron muchos cibers y locutorios.
¿Chat o juegos? "El mayor uso que le dan a Internet es el chat", explica Martín Guarizola, encargado del ciber "Bios", en la zona céntrica de Florencio Varela. Aclara, sin embargo, que "en el horario de la tarde hay muchos que vienen a jugar en red". A dos cuadras de "Bios" está "Space", otro ciber con muchas computadoras. Su responsable, Leandro Finizio, destaca que los jóvenes se dedican "más que nada a los juegos". "También al chat agrega, aunque esos en general son los mayores de 18 años".
"Bios" y "Space" son los únicos dos cibers "grandes" de la zona conocida como "Varela Centro", que abarca seis manzanas. Tienen una treintena de computadoras cada uno. En esa zona de tres cuadras de largo por dos de ancho, que nace en la estación de trenes y termina en la calle por la que "entran" los colectivos que llegan desde la Capital o de localidades vecinas, se aglomeran los comercios. Y los dos cibers acaparan la clientela de los usuarios de Internet.
"Trabajamos tanto con clientes fijos como con otros de paso", explica Guarizola. "Bios" está abierto prácticamente todo el tiempo: sólo cierra los domingos por la mañana. "Y casi siempre hay gente", destaca quien atiende en el horario diurno. El sábado a la tarde, cuando responde a las consultas de Clarín.com, cae sobre las cabezas de los cibernaturas la misma penumbra de siempre.
Cibers de barrio
Más allá de ese "pequeño" centro comercial (pequeño si se tiene en cuenta que el partido de Florencio Varela tiene, según el censo de 2001, más de 350.000 habitantes), en los barrios los cibers proliferan. Allí los vecinos se conectan en locales que tienen no más de diez o doce máquinas como máximo. El "prime time" es por la tarde, entre las 18 y las 21, cuando los chicos más chicos salen del colegio y acceden a los juegos.
Y la pregunta es la misma, una vez más: ¿juegos o chat? "A este ciber, la gente más que nada viene a chatear", cuenta Cristian Fournier, propietario del local "Urban". Dice que esa conducta se repite con la mayoría de las edades. ¿Eso siempre fue así, o antes era diferente? Fournier explica que él ahora es el dueño del ciber pero que antes, en ese mismo local, funcionaba otro y él era empleado. "Y siempre fue igual, quizá por ser un ciber de barrio", agrega.
Otro caso es el del ciber "Inside", que se "especializa" en juegos: no sólo tiene PCs conectadas sino dos consolas de PlayStation (PS). Tener una PS en casa es un lujo al que en Florencio Varela muy pocos pueden acceder. Por eso el éxito de este local, en el que los niños pueden tener su disfrute con alta tecnología por 1,50 peso la hora.
"Muchos chicos vienen sólo a jugar. Ya son clientes y vienen todos los días, aunque no más de una hora por día", explica Nancy Velásquez, encargada del local en el horario de mayor afluencia de usuarios.
En busca de trabajo
Según el informe de D'Alessio IROL y Clarín.com, la actividad más frecuente que se realiza en los cibers es "enviar y recibir e-mails personales" (el 85% de los encuestados dijo hacerlo), y la segunda, "comunicarse con familiares y amigos que viven lejos" (78%). "Jugar online" aparece en el cuarto lugar (68%) y "chatear" recién en el sexto (65%). Sin embargo, lo que más sobresale son los juegos y el chat, quizás porque el e-mail es algo cada vez más incorporado y naturalizado en la vida de las personas.
Si bien no aparece como un ítem, la búsqueda de trabajo a través de Internet también ocupa un lugar importante, muchas veces a través del correo electrónico. Un ejemplo es el de Facundo Salvatore, que tiene 26 años, se recibió de abogado en la UBA hace pocos meses y está desempleado.
"Uso más que nada el correo electrónico y la búsqueda de trabajo", cuenta. Dice que, para esta actividad, utiliza sitios especializados en empleos, pero que además envía muchos mails con su currículum como adjunto a direcciones que ve en los avisos clasificados de los diarios. Pero hasta ahora no ha tenido éxito. "Tal vez no sea el medio más idóneo", admite, aunque sabe que el mercado de trabajo no brinda muchas oportunidades.
La comunicación con familiares y amigos que viven lejos es uno de los usos centrales del chat, particularmente en las personas de más edad. "Los mayores de 40 usan más que nada el chat, muchos de ellos para comunicarse con familiares que están en otras provincias", explica Velásquez, de "Inside". El de ella es un caso especial: hace pocos meses, su hija se casó y se fue a vivir a Trelew. "Con ella todos los días nos comunicamos, chateamos una hora o más, estamos muy en contacto", dice. Ella cree que esa es una característica de la zona: no son tantos los que tienen familiares en otros países, como ocurre en otras zonas, sino en el interior del país.
Se dice por ahí que, así como en los años '80 proliferaron los locales de pool y los "laverraps" y a principios de los '90 las canchas de paddle y las agencias de remís, los años 2000 son el momento de los locutorios y los cibers. Locales por los que pasaron cantidades de comercios de distintos rubros, desde hace tiempo tienen instalados cibers exitosos. Son, de alguna manera, como un puente: gente que, a pesar de no tener computadora en su casa ni conocimientos sobre computación, hasta sin tener trabajo, accede, un rato por día, a esto que algunos llaman la Aldea Global.
Cristian Vazquez, Clarín.
¿Chat o juegos en red? Todos los cibers suelen estar dominados por una penumbra, atravesada de luces que parecen de neón y se reflejan en las publicidades fosforescentes pegadas en las paredes. Los clientes están internados en su mundo (virtual), con la vista fija en los monitores y los dedos, ágiles, paseándose sobre el teclado y el mouse.
Unos se comunican con desconocidos, a través de salas de chat. Otros, en general los más chicos, juegan: están interconectados con otros chicos, que desde distintas máquinas participan de la misma competencia. A veces están ahí, muy cerca unos de otros, se gritan cosas, pero no se miran. Los ojos siguen fijos en la pantalla. Otros también chatean pero no en salas, sino a través de los servicios de mensajería instantánea, como el Messenger, en el que los navegantes avezados acumulan decenas y decenas de contactos.
Chat y juegos. Esas actividades recreativas parecen ser las que predominan entre quienes se conectan a Internet desde cibers y locutorios. El informe "Internet en la Argentina 2005-2006", elaborado por el estudio D'Alessio IROL y Clarín.com, reveló que uno de los grupos sociales que más crecimiento tuvo en el último año en el acceso a Internet fue el de los jóvenes de las clases más pobres. Y que lo hacen, fundamentalmente, a través de esos lugares, que desde hace unos años se reproducen en todas las ciudades del país.
Florencio Varela, en el sur del Gran Buenos Aires, es uno de los municipios más pobres del conurbano. Forma parte del llamado "segundo cordón" que rodea a la Capital, y según el INDEC, integra la vasta región que desde hace al menos once años tiene índices de pobreza por encima del 40%, con muy altos niveles de desempleo. La mayoría de los habitantes son de bajos recursos y las conexiones hogareñas son pocas. También allí, en los últimos años, surgieron muchos cibers y locutorios.
¿Chat o juegos? "El mayor uso que le dan a Internet es el chat", explica Martín Guarizola, encargado del ciber "Bios", en la zona céntrica de Florencio Varela. Aclara, sin embargo, que "en el horario de la tarde hay muchos que vienen a jugar en red". A dos cuadras de "Bios" está "Space", otro ciber con muchas computadoras. Su responsable, Leandro Finizio, destaca que los jóvenes se dedican "más que nada a los juegos". "También al chat agrega, aunque esos en general son los mayores de 18 años".
"Bios" y "Space" son los únicos dos cibers "grandes" de la zona conocida como "Varela Centro", que abarca seis manzanas. Tienen una treintena de computadoras cada uno. En esa zona de tres cuadras de largo por dos de ancho, que nace en la estación de trenes y termina en la calle por la que "entran" los colectivos que llegan desde la Capital o de localidades vecinas, se aglomeran los comercios. Y los dos cibers acaparan la clientela de los usuarios de Internet.
"Trabajamos tanto con clientes fijos como con otros de paso", explica Guarizola. "Bios" está abierto prácticamente todo el tiempo: sólo cierra los domingos por la mañana. "Y casi siempre hay gente", destaca quien atiende en el horario diurno. El sábado a la tarde, cuando responde a las consultas de Clarín.com, cae sobre las cabezas de los cibernaturas la misma penumbra de siempre.
Cibers de barrio
Más allá de ese "pequeño" centro comercial (pequeño si se tiene en cuenta que el partido de Florencio Varela tiene, según el censo de 2001, más de 350.000 habitantes), en los barrios los cibers proliferan. Allí los vecinos se conectan en locales que tienen no más de diez o doce máquinas como máximo. El "prime time" es por la tarde, entre las 18 y las 21, cuando los chicos más chicos salen del colegio y acceden a los juegos.
Y la pregunta es la misma, una vez más: ¿juegos o chat? "A este ciber, la gente más que nada viene a chatear", cuenta Cristian Fournier, propietario del local "Urban". Dice que esa conducta se repite con la mayoría de las edades. ¿Eso siempre fue así, o antes era diferente? Fournier explica que él ahora es el dueño del ciber pero que antes, en ese mismo local, funcionaba otro y él era empleado. "Y siempre fue igual, quizá por ser un ciber de barrio", agrega.
Otro caso es el del ciber "Inside", que se "especializa" en juegos: no sólo tiene PCs conectadas sino dos consolas de PlayStation (PS). Tener una PS en casa es un lujo al que en Florencio Varela muy pocos pueden acceder. Por eso el éxito de este local, en el que los niños pueden tener su disfrute con alta tecnología por 1,50 peso la hora.
"Muchos chicos vienen sólo a jugar. Ya son clientes y vienen todos los días, aunque no más de una hora por día", explica Nancy Velásquez, encargada del local en el horario de mayor afluencia de usuarios.
En busca de trabajo
Según el informe de D'Alessio IROL y Clarín.com, la actividad más frecuente que se realiza en los cibers es "enviar y recibir e-mails personales" (el 85% de los encuestados dijo hacerlo), y la segunda, "comunicarse con familiares y amigos que viven lejos" (78%). "Jugar online" aparece en el cuarto lugar (68%) y "chatear" recién en el sexto (65%). Sin embargo, lo que más sobresale son los juegos y el chat, quizás porque el e-mail es algo cada vez más incorporado y naturalizado en la vida de las personas.
Si bien no aparece como un ítem, la búsqueda de trabajo a través de Internet también ocupa un lugar importante, muchas veces a través del correo electrónico. Un ejemplo es el de Facundo Salvatore, que tiene 26 años, se recibió de abogado en la UBA hace pocos meses y está desempleado.
"Uso más que nada el correo electrónico y la búsqueda de trabajo", cuenta. Dice que, para esta actividad, utiliza sitios especializados en empleos, pero que además envía muchos mails con su currículum como adjunto a direcciones que ve en los avisos clasificados de los diarios. Pero hasta ahora no ha tenido éxito. "Tal vez no sea el medio más idóneo", admite, aunque sabe que el mercado de trabajo no brinda muchas oportunidades.
La comunicación con familiares y amigos que viven lejos es uno de los usos centrales del chat, particularmente en las personas de más edad. "Los mayores de 40 usan más que nada el chat, muchos de ellos para comunicarse con familiares que están en otras provincias", explica Velásquez, de "Inside". El de ella es un caso especial: hace pocos meses, su hija se casó y se fue a vivir a Trelew. "Con ella todos los días nos comunicamos, chateamos una hora o más, estamos muy en contacto", dice. Ella cree que esa es una característica de la zona: no son tantos los que tienen familiares en otros países, como ocurre en otras zonas, sino en el interior del país.
Se dice por ahí que, así como en los años '80 proliferaron los locales de pool y los "laverraps" y a principios de los '90 las canchas de paddle y las agencias de remís, los años 2000 son el momento de los locutorios y los cibers. Locales por los que pasaron cantidades de comercios de distintos rubros, desde hace tiempo tienen instalados cibers exitosos. Son, de alguna manera, como un puente: gente que, a pesar de no tener computadora en su casa ni conocimientos sobre computación, hasta sin tener trabajo, accede, un rato por día, a esto que algunos llaman la Aldea Global.
Cristian Vazquez, Clarín.
4 comentarios
David -
By David - NoxX -DeathMaN
aldana -
camila -
algien me agrega tengo10 años
mumitis_97@hotmail.com
giuliano -