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CAPACITACION EN COSTOS Y GESTION

La última entrevista de Friedman a "El Mercurio"

Entrevista que hace diez años el economista Andrés Benítez realizó para "El Mercurio" al fallecido Nobel de Economía en su casa de San Francisco, EE.UU.

-Muchos lo ven a usted como el autor intelectual del modelo chileno. ¿Qué tan activa fue su participación en el país?

"Muy pequeña. La verdad es que el caso chileno ha sido muy importante para mí, pero no por las razones que todos se imaginan. Fue tan vital que incluso con Rose (su señora) decidimos dedicarle un capítulo de las memorias conjuntas que estamos escribiendo".

-No entiendo. Si su participación en el proceso chileno fue pequeña, ¿por qué adquiere después tal importancia?

"Vamos por parte. Con el convenio firmado entre la Universidad de Chicago y la Católica de Chile en 1965, comenzamos a recibir algunos alumnos para estudios de posgrado. Yo fui profesor de algunos de ellos y ese fue mi primer contacto con Chile".

-¿Eran buenos alumnos?

"Muy buenos".

-¿Se acuerda de algunos?

"Claro. Estaba Sergio de Castro, Rolf Lüders, Ernesto Fontaine (hace un esfuerzo por recordar otros nombres)... Bueno, fue hace mucho tiempo".

-Fuera de ser profesor de algunos chilenos, ¿qué otra cosa lo relacionó con el país?

"Visité Chile en 1975 para participar de un seminario que organizó Javier Vial junto con Lüders y Harberger. La idea era analizar la situación que se estaba viviendo en ese momento".

-Que era bastante mala...

"Muy complicada. Entre el 73 y el 75, los militares trataron de manejar las cosas por ellos mismos, pero la situación empeoró. Ahí fue cuando un grupo de economistas, la mayoría con estudios en Chicago, comenzó a actuar".

-Y ahí llegó usted a Chile.

"Bueno, este seminario era para analizar la situación y buscar soluciones. Estuvimos ahí durante seis días dando charlas; reuniéndonos con empresarios, funcionarios de gobierno y otros grupos, con el fin de recopilar información y hacernos una idea de la situación de la economía".

-¿Estuvo con Pinochet?

"Al final del viaje tuvimos un breve encuentro con él. Me pidió si le podía mandar una carta donde le comentara mis impresiones de la economía chilena".

-¿Se la mandó?

"Claro, por aquí la tengo".

Comienza a buscar entre sus papeles y saca una carta de tres páginas. La acompaña otra, muy breve, que es la respuesta de agradecimiento de Pinochet.

-¿Me puede dar una copia de las cartas?

"Claro que no... Son documentos inéditos para la biografía".

-¿Qué pasó después?

"Ahí viene lo importante. Los comunistas del mundo estaban muy decepcionados con lo ocurrido en Chile y buscaban a toda costa el fracaso del gobierno militar. Una de las cosas que hacían era desacreditar a los que de alguna forma estaban involucrados en el país".

-¿Y usted cayó en el grupo?

"Exacto. Usaron mi viaje a Chile para decir que yo cooperaba con Pinochet, lo que era falso. A partir de ese momento en cada conferencia a la que asistía había un grupo de personas protestando".

-Una verdadera pesadilla...

"Lo peor fue cuando me entregaron el Premio Nobel, en 1976. Me pusieron guardias de seguridad las 24 horas del día, y durante la ceremonia se juntaron afuera cerca de cinco mil personas a protestar porque me daban el galardón".

-¿Cinco mil personas?

"Y antes, cuatro ex premios Nobel de Economía habían escrito cartas al New York Times para pedir a la Academia Sueca que reconsiderara la decisión".

-O sea, su paso por Chile le significó más de un dolor de cabeza.

"Es uno de los momentos difíciles que he vivido. Lo paradójico es que la gente pensara que yo manejaba la economía chilena desde mi escritorio en Chicago. Soy bueno, pero nunca tanto".

-Durante todo ese tiempo, ¿nunca se preocupó de aclarar su posición respecto de Chile?

"Lo hice muchas veces, pero la corriente en contra era demasiado fuerte".

"Yo siempre fui muy claro en señalar que la situación política estaba muy mal y que la represión era totalmente innecesaria. Ahora, sí compartía la política económica".

-Usted cree en la libertad del hombre. ¿Basta con que exista la libertad económica?

"Por supuesto que no. Pero en el caso de Chile yo llegué a pensar que la única oportunidad que tenía el país de volver a la democracia era si el proceso económico funcionaba bien".

-¿Sigue pensando lo mismo?

"Creo que el tiempo me ha dado la razón, aunque pienso que el verdadero milagro chileno no es el económico, sino el político. Aquí se dio un caso inédito en que los militares, educados bajo un sistema jerárquico, apoyaron la economía de mercado, que es por esencia descentralizada".

-¿Qué le significó ganar el Premio Nobel?

"Un montón de dinero... (celebra con una gran sonrisa su respuesta). Obviamente siempre es bueno recibir el reconocimiento de la comunidad académica, pero también significa una pérdida de tiempo importante, porque uno se convierte en un experto en todo".

-¿Cree que es posible llegar al mercado perfecto?

"La perfección no es algo posible de alcanzar en este mundo. El mercado tiene problemas, pero es el sistema menos imperfecto que tenemos para organizar las actividades del hombre. Y esto es algo que todavía nadie ha podido desmentir."

SU LEGADO:

PATRICIO ROJAS, economista y consultor.

"Hizo contribuciones revolucionarias. Generó un cambio fuerte en la parte monetaria y teoría del consumo. Marcó a muchos economistas chilenos, a los que fueron primero a Chicago, fue una persona formadora, además de que participó en el modelo que se aplicó en Chile. Tiene todo un desarrollo del rol que cumple el dinero en la política monetaria, después tuvo un desarrollo en teoría del consumo e ingreso permanente en los 70 y 80".


CRISTIÁN LARROULET, académico de la Universidad del Desarrollo.

"Estamos en presencia del economista más influyente del siglo XX, junto con Keynes. Hizo enormes contribuciones en el área de política monetaria, fiscal y en la educación. Con su trabajo entregó una mirada diferente al keynesianismo y demostró sus errores. Tenía una característica muy especial, que pudiendo desarrollar trabajos muy complejos tuvo a su vez la capacidad de masificar su conocimiento".

FELIPE MORANDÉ, economista de la Universidad de Chile.

"Lo conocí muy tangencialmente cuando vino a Chile en 1975. Sus principales aportes son la teoría del consumo y la teoría monetaria, y una visión donde el principal consejo que él daba era que el crecimiento del dinero fuera constante en el tiempo. Era un acérrimo opositor al tipo de política monetaria que hacen hoy todos los bancos centrales: no concebía monitorear la actividad económica para después subir la tasa de interés, ya que consideraba que eso contribuía a la volatilidad".

MARTÍN COSTABAL, ex ministro de Hacienda.

"Creo que fue muy valiente de aceptar una invitación en 1975 a Chile y eso le trajo muchos problemas. Pero sirvió para el proceso de reformas que estaban en curso. Eso le trajo muchos problemas en el ambiente académico por el momento político que vivía Chile (...) El fue claro en esos años argumentando que estaba por la libertad en su integridad y la libertad económica es el prerrequisito".

EDUARDO ANINAT, ex ministro de Hacienda.

"En mi opinión de economista, Milton Friedman pertenece al trío de economistas que nadie en esta profesión puede dejar de leer y estudiar, junto a John Richard Hicks y a Lord Keynes. Son la base de la economía moderna. Por la contribución científica destaco la Teoría del Consumo, que todos tuvimos que estudiar para un master o doctorado".

SEBASTIÁN EDWARDS, economista de la UCLA.

"Lo vi por última vez en reunión con el gobernador de California (...) Lo vi en junio, en una discusión sobre liberar las fronteras estadounidenses. Él se preguntaba cómo íbamos a restringir el acceso de las personas si estábamos por liberar el comercio de bienes. Es un verdadero gigante de la economía. La estabilidad macroeconómica que vemos en el mundo fue fundada sobre bases creadas por Friedman".

JOSEPH RAMOS, académico de la U. de Chile.

"Uno de los economistas más importantes del siglo XX. Era extremadamente optimista sobre las ventajas del libre mercado y muy negativo sobre las fallas del Estado. Sus aportes: tener reglas monetarias para atacar la inflación y su insistencia en que una mayor inflación sólo ayuda a reducir el desempleo transitoriamente".

Andrés Benítez

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