Cada vez más jóvenes salen de su país para estudiar
Se triplicó en 20 años el número de estudiantes extranjeros en las universidades de todo el mundo: ahora hay dos millones y se calculan 4,5 millones para 2020. Estados Unidos es el imán más poderoso, pero Australia y China serán los nuevos polos.
En los últimos veinte años, el número de estudiantes universitarios extranjeros creció de forma exponencial. Se estima que en la actualidad hay unos dos millones de estudiantes matriculados en universidades extranjeras en todo el mundo, casi el triple de la cantidad registrada por la UNESCO a mediados de la década de 1980, cuando la cifra rozaba los 800.000.
Los datos fueron difundidos en un trabajo de investigación del Centro REDES publicado en el último número de la Revista Iberoamericana de Ciencia, Tecnología y Sociedad -que edita ese centro de estudios argentino en conjunto con la Organización de Estados Iberoamericanos y la Universidad de Salamanca- y son interpretados como la cara visible de los procesos de movilidad de personal calificado e internacionalización de la educación superior que se vienen registrando desde mediados del siglo pasado.
Todavía brilla el american way
"Ya en la década de 1960, las universidades estadounidenses y, en menor medida, europeas, contaban con importantes contingentes de estudiantes universitarios extranjeros. Esta tendencia se intensificó en las últimas dos décadas, acompañada por una mayor diversificación de los destinos y la dinámica de movilidad", explica Lucas Luchilo, autor del trabajo de REDES.
Cerca del 80 por ciento de los estudiantes que estudia fuera de su país lo hace en alguna de las treinta naciones más desarrolladas del mundo, pero todavía son las universidades estadounidenses las que atraen más estudiantes, buena parte de los cuales se afinca en el país al terminar sus estudios.
La atracción estadounidense está directamente vinculada con la demanda de personal altamente calificado, concentrada en ese país y, aunque en menor medida, en otros cuatro: Alemania, Reino Unido, Francia, Japón y España.
Estados Unidos recluta alrededor de un tercio de los estudiantes extranjeros de todo el mundo, en especial asiáticos , que se trasladan desde India, China, Corea, Japón, Taiwán, Tailandia, Indonesia y Hong Kong para cursar sus estudios de posgrado en el país del norte.
No es inusual que científicos argentinos graduados en la universidad pública hagan también ese tipo de trayectoria. Aunque, por distintas razones, muchos regresan. Por ejemplo, la bióloga Mariela Urrutia, de 34 años, pasó tres años y medio en Estados Unidos, realizando la parte experimental de su doctorado y luego volvió. El caso de Urrutia es singular, porque hizo un doctorado mixto, bajo la tutela de un estadounidense y un argentino, y se doctoró con título de la Universidad de Buenos Aires (UBA).
"A los 24 años, me recibí en la UBA y me fui al Center for Advanced Research in Biotechnology, que depende de la Universidad de Maryland, cerca de la ciudad de Washington. Vi un aviso en la Facultad de Farmacia y Bioquímica para hacer el doctorado afuera, y me presenté a la entrevista. Como acá nadie me aseguraba contar desde un principio con un trabajo pago, me pareció una buena alternativa buscar en el exterior", comenta Urrutia, que ahora se desempeña como investigadora posdoctoral en el Laboratorio de Inmunología Estructural y Molecular del Instituto Leloir.
A nivel del doctorado, la primera potencia mundial concentra una cantidad de estudiantes extranjeros equivalente a la de todo el resto de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) sumados. Las Academias Nacionales de Estados Unidos destacan en un informe reciente la necesidad de atraer a los más talentosos de mundo para mantener el liderazgo en la investigación en ciencia y tecnología, gracias a su participación en la academia, la industria y el Estado.
"En Estados Unidos destinan mucho dinero a las ciencias y dan bastantes posibilidades a los extranjeros. Ellos reconocen que los argentinos tenemos talento. Y muchos se van allá no tanto porque lo prefieran, sino por una cuestión de oferta. En ciencia es mucho más probable encontrar una oportunidad de trabajo en Estados Unidos que en Europa", comenta Urrutia, que pasa sus días entre anticuerpos y proteínas.
En ingeniería, matemáticas, computación, física y química, cerca de la mitad de los doctores graduados en Estados Unidos cada año son extranjeros . Los doctores en esas áreas representan más del 80 por ciento del total de doctores extranjeros graduados por año en aquel país.
Los doctores chinos e indios son los que más tiempo permanecen en Estados Unidos una vez que terminan el doctorado. En la mayor parte de los casos, obtienen su título de grado en instituciones de prestigio en sus países de origen, como el Indian Institute of Technology, la Universidad Nacional de Seúl y la Universidad de Pekín. Por su parte, las universidades receptoras se hacen cargo de costear los estudios de posgrado, a través de becas y ayudantías de docencia e investigación muchas veces financiadas por los organismos del gobierno federal.
Fuente: Universia
En los últimos veinte años, el número de estudiantes universitarios extranjeros creció de forma exponencial. Se estima que en la actualidad hay unos dos millones de estudiantes matriculados en universidades extranjeras en todo el mundo, casi el triple de la cantidad registrada por la UNESCO a mediados de la década de 1980, cuando la cifra rozaba los 800.000.
Los datos fueron difundidos en un trabajo de investigación del Centro REDES publicado en el último número de la Revista Iberoamericana de Ciencia, Tecnología y Sociedad -que edita ese centro de estudios argentino en conjunto con la Organización de Estados Iberoamericanos y la Universidad de Salamanca- y son interpretados como la cara visible de los procesos de movilidad de personal calificado e internacionalización de la educación superior que se vienen registrando desde mediados del siglo pasado.
Todavía brilla el american way
"Ya en la década de 1960, las universidades estadounidenses y, en menor medida, europeas, contaban con importantes contingentes de estudiantes universitarios extranjeros. Esta tendencia se intensificó en las últimas dos décadas, acompañada por una mayor diversificación de los destinos y la dinámica de movilidad", explica Lucas Luchilo, autor del trabajo de REDES.
Cerca del 80 por ciento de los estudiantes que estudia fuera de su país lo hace en alguna de las treinta naciones más desarrolladas del mundo, pero todavía son las universidades estadounidenses las que atraen más estudiantes, buena parte de los cuales se afinca en el país al terminar sus estudios.
La atracción estadounidense está directamente vinculada con la demanda de personal altamente calificado, concentrada en ese país y, aunque en menor medida, en otros cuatro: Alemania, Reino Unido, Francia, Japón y España.
Estados Unidos recluta alrededor de un tercio de los estudiantes extranjeros de todo el mundo, en especial asiáticos , que se trasladan desde India, China, Corea, Japón, Taiwán, Tailandia, Indonesia y Hong Kong para cursar sus estudios de posgrado en el país del norte.
No es inusual que científicos argentinos graduados en la universidad pública hagan también ese tipo de trayectoria. Aunque, por distintas razones, muchos regresan. Por ejemplo, la bióloga Mariela Urrutia, de 34 años, pasó tres años y medio en Estados Unidos, realizando la parte experimental de su doctorado y luego volvió. El caso de Urrutia es singular, porque hizo un doctorado mixto, bajo la tutela de un estadounidense y un argentino, y se doctoró con título de la Universidad de Buenos Aires (UBA).
"A los 24 años, me recibí en la UBA y me fui al Center for Advanced Research in Biotechnology, que depende de la Universidad de Maryland, cerca de la ciudad de Washington. Vi un aviso en la Facultad de Farmacia y Bioquímica para hacer el doctorado afuera, y me presenté a la entrevista. Como acá nadie me aseguraba contar desde un principio con un trabajo pago, me pareció una buena alternativa buscar en el exterior", comenta Urrutia, que ahora se desempeña como investigadora posdoctoral en el Laboratorio de Inmunología Estructural y Molecular del Instituto Leloir.
A nivel del doctorado, la primera potencia mundial concentra una cantidad de estudiantes extranjeros equivalente a la de todo el resto de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) sumados. Las Academias Nacionales de Estados Unidos destacan en un informe reciente la necesidad de atraer a los más talentosos de mundo para mantener el liderazgo en la investigación en ciencia y tecnología, gracias a su participación en la academia, la industria y el Estado.
"En Estados Unidos destinan mucho dinero a las ciencias y dan bastantes posibilidades a los extranjeros. Ellos reconocen que los argentinos tenemos talento. Y muchos se van allá no tanto porque lo prefieran, sino por una cuestión de oferta. En ciencia es mucho más probable encontrar una oportunidad de trabajo en Estados Unidos que en Europa", comenta Urrutia, que pasa sus días entre anticuerpos y proteínas.
En ingeniería, matemáticas, computación, física y química, cerca de la mitad de los doctores graduados en Estados Unidos cada año son extranjeros . Los doctores en esas áreas representan más del 80 por ciento del total de doctores extranjeros graduados por año en aquel país.
Los doctores chinos e indios son los que más tiempo permanecen en Estados Unidos una vez que terminan el doctorado. En la mayor parte de los casos, obtienen su título de grado en instituciones de prestigio en sus países de origen, como el Indian Institute of Technology, la Universidad Nacional de Seúl y la Universidad de Pekín. Por su parte, las universidades receptoras se hacen cargo de costear los estudios de posgrado, a través de becas y ayudantías de docencia e investigación muchas veces financiadas por los organismos del gobierno federal.
Fuente: Universia
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