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CAPACITACION EN COSTOS Y GESTION

Negocio de una noche

Invertir en un evento de fin de año no deja de ser riesgoso. Aunque esa noche todos están con ganas de celebrar, los que invierten son valientes ya que aquí no basta con poner plata y hacer publicidad; los permisos son un obstáculo que puede arruinar el negocio a último minuto.

Empresarios que se mueven en el anonimato y que contratan productoras para montar eventos millonarios; jóvenes que partieron haciendo fiestas para amigos y hoy venden miles de entradas; ingenieros que tienen como un lucrativo hobby la organización de fiestas, y también universitarios que trabajan meses para financiar sus vacaciones o sus estudios, son quienes se arriesgan con las fiestas de año nuevo.

Lo del riesgo no es exageración. La fiesta del 31 de diciembre es una verdadera apuesta, no sólo porque hay que ponerse con mucha plata y pagar por adelantado si es que se quieren asegurar los artistas, la iluminación y los guardias, sin tener la certeza de que alguien asistirá esa noche al evento y de que nadie se echará para atrás.

Eso le pasó a Tomás Vicuña, quien debió suspender su fiesta Cooler en La Cañada porque luego de firmado el contrato con quien le arrendaría el terreno éste se arrepintió, dejándole más de un $1,5 millones en pérdidas.

A estos problemas se suma que las autorizaciones para realizar eventos demoran y, no en pocos casos, son negativas. En Santiago se suspendió la fiesta Helipuerto cuatro días antes del Año Nuevo, recién el 21 de diciembre le llegó la carta oficial con una respuesta negativa para la fiesta Colmito de Concón y el 26 de diciembre la gobernación de Valparaíso le negó la autorización a la fiesta Pantanal en Mantagua.

Tras las fiestas

"Somos un grupo de entre 8 y 9 socios y este es el segundo año que hacemos una fiesta Elévate para año nuevo", contó uno de los organizadores.

Este año se tiraron en grande con tres fiestas simultáneas en Espacio Riesco en Santiago, Muelle Barón en Valparaíso y Sur Activo en Concepción.

Tanto en la capital como en regiones aplicaron el mismo modelo de negocio: buscaron un lugar cerrado, contrataron grupos, Djs, sonido, iluminación, guardias, un prevencionista de riesgos y pidieron las autorizaciones.

Elévate de Santiago espera recibir entre 10 mil y 12 mil personas, sus entradas cuestan entre $21.600 y $32.000. Si cumplen con sus expectativas podrían superar los $200 millones en ventas. Y los gastos en este tipo de fiestas van entre los $50 y $100 millones.

Ganancias

La productora Macro fue contactada por un inversionista ansioso de hacer negocios en Año Nuevo; el lugar elegido fue el Club Hípico. "Nosotros cobramos un fijo por la producción, el empresario corre el riesgo y corta. Pero como nos contrató con sólo 3 semanas de anticipación nosotros pusimos como exigencia que para irnos a la segura duplicaríamos todas las medidas de seguridad que exige la Intendencia y pondríamos énfasis en la producción", explicó Omar Ávila de Macro.

Solicitaron a la Intendencia una autorización para una fiesta para 15 mil personas, que el jueves fue permitida. Pero antes de recibir la confirmación oficial del evento los gastos ya estaban hechos. "En esta época todo sube al doble y para asegurarlo hay que pagar el 50%. Los gastos totales en esta fiesta son cercanos a los $70 millones", explicó Ávila.

Al alza

A un Dj de afuera le pagan hasta US$ 15 mil más pasajes, alojamiento y gastos y a uno chileno entre $200 mil y $2 millones. Cifras cercanas a esta última cobran las bandas.

Arrendar el Club Hípico cuesta $16 millones, y $6 millones más IVA cuesta alquilar el Castillo Hidalgo, otro de los puntos de celebración este 31 de diciembre. Ahí se realizará la fiesta Old School, organizada por un grupo de ingenieros civiles que lleva más de dos años haciendo fiestas, como un negocio paralelo a su trabajo. Sus fiestas no son masivas, están destinadas a un público mayor de 25 años y se promocionan por mail.

Son exclusivas y congregan a entre 2 y 3 mil personas. "El éxito se debe probablemente a que manejamos este negocio nocturno y habitualmente informal con la misma seriedad y análisis que haríamos con uno tradicional", señaló Ian Streeter de Old School.

Para esta fiesta se asociaron con dos productores: One Desing y Santiago Radical y llevan 8 meses preparando la fiesta, con una inversión de entre 20 y $40 millones.

En el otro extremo de Santiago, en el club Old Boys de Peñalolén, se hará la fiesta Hypnotic. Su gestor, Kabir Engel, ingeniero comercial de la UC, lleva 9 años haciendo fiestas. Tiene dos restaurantes con otros socios, fue productor de Erth Dance por seis años y de Love Parade. Esta es su quinta fiesta Hypnotic y para ella se asoció con Old Boys y otro productor. Con una inversión que bordea los $100 millones en una fiesta para siete mil personas.

A orillas del mar

Su novena fiesta de año nuevo organiza este año Cristián Menéndez. Desde 1999 que la hace en el resort El Tebo de Horcón, de su propiedad. Partió siendo una fiesta de amigos y al tercer año comenzó a cobrar entradas. Este año para entrar hay que pagar entre $15 mil y $30 mil y se espera a unos 3 mil asistentes. "Tenemos contratadas a 50 personas en seguridad, 50 barmans y 20 artistas", explica Cristián, quien asegura que sus gastos llegan a los $25 millones y que no permitirá que ingresen más de tres mil personas.

Podría ser que a esta fiesta llegue más gente de lo previsto porque no hay celebraciones proyectadas en Marbella, y la Gobernación de Valparaíso suspendió dos fiestas cercanas en Mantagua y Concón.

"Pedí la autorización el 8 de noviembre y recién el 21 de diciembre me avisaron formalmente que no me la darían", alegó Christian Figuerola, titular de la fiesta Colmito de Concón. Reconoce que Carabineros le advirtió que no daría autorización pero nunca le permitieron dialogar. "Fue una resolución arbitraria", reclama.

En la Gobernación de Valparaíso explicaron que la fiesta se negó luego de conocer el informe de la prefectura de Carabineros de Viña del Mar que estableció que no reunía las condiciones necesarias para resguardar la seguridad de las personas.

Permisos complicados y lentos

"La organización demora 8 meses, comienza con el contrato de arriendo y las presentaciones a los auspiciadores y termina con los más mínimos detalles. Esto contrasta fuertemente con la gestión de los permisos y patentes que sólo es posible terminarla días antes del evento, lo que hace que el negocio sea sumamente arriesgado", dijo Ian Streeter, que organiza las fiestas Old School.

"Hoy no está muy claro a quién hay que recurrir. A la intendencia, a la seremi de Salud, a Carabineros, pero también hay que ir a la municipalidad", explicó Tomás Vicuña, que organizaba una fiesta. Omar Ávila, de la fiesta del Club Hípico, coincide con que los trámites son burocráticos y Christian Figuerola alega que son inapelables, aunque él los presentó el 8 de noviembre y recién el 21 de diciembre se lo negaron.

"Presenté todos los papeles 5 semanas antes del Año Nuevo y recién el martes 26 de diciembre en la noche me avisaron que la fiesta estaba autorizada", cuenta Kabir Engel, de fiesta Hypnotic.

El intendente de la Región Metropolitana, Víctor Barrueto, explicó que las resoluciones no se dan con retraso, que esos son los plazos, y que este año se sistematizaron las autorizaciones del Sesma, Carabineros y la intendencia en un solo lugar.

Mientras que el gobernador de Valparaíso, Ricardo Bravo, explicó que a partir del 15 de enero se modifica la regulación de eventos masivos para sistematizar y dar una mayor protección civil.

Esto porque hoy sólo los eventos que congregan a más de tres mil personas deben pedir una autorización a la intendencia; entonces hay quienes se aprovechan y dicen que su evento congregará 2.500 personas, saltándose los engorrosos trámites y permisos.

En Valparaíso el truco fue detectado y es por eso que la nueva resolución establece condiciones para eventos de menos de mil personas, para entre mil y tres mil y para más de tres mil e incluye el detalle de las exigencias para cada uno de estos eventos que incluyen: Factura que acredite la totalidad de entradas o invitaciones confeccionadas, un plan de seguridad que establezca vías de acceso, estacionamientos, vías de escape, extintores, ubicación de grupos electrógenos, baños, iluminación, escenarios,etc.

Pero sólo fija "al menos 3 días de anticipación al evento" para que la Prefectura de Carabineros remita a la intendencia el acta de fiscalización y la intendencia dé su conformidad.

Bernardita Aguirre Pascal

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