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CAPACITACION EN COSTOS Y GESTION

La filantropía como inversión

Ni yates ni islas privadas: para los nuevos millonarios, las donaciones son el símbolo de estatus.

Olvídense de los yates, los aviones y las islas privadas: el nuevo símbolo de estatus entre los muy ricos es la filantropía. Cada vez son más los que hicieron millones en la banca de inversión, en los fondos de participaciones o en los hedge funds y buscan maneras de devolver algo a través de proyectos de beneficencia. Pero si uno se contenta con mandarles a los amigos tarjetas de fin de año a beneficio, los super ricos son muy profesionales en sus donaciones.

"En el Reino Unido, la filantropía es un gran negocio", dice Gordon Pell, presidente de mercados minoristas en el Royal Bank of Scotland. Coutts, la rama premium del banco, creó una división especializada en filantropía para asesorar a clientes so bre cómo donar. Es el primer banco británico que incursiona en el rubro, dominado por entidades como JP Morgan y Citigroup, de los Estados Unidos, y el suizo UBS.

Coutts no es la única entidad que ve una oportunidad. New Philanthropy Capital fue fundada hace cinco años por dos ex ejecutivos del banco Schroders para asesorar sobre cómo donar con más eficiencia. La Association of Charitable Foundations creó Philanthropy UK, que procura que los ricos hagan más donaciones. Y la Charities Aid Foundation armó un equipo especializado.

Mark Evans, a cargo del departamento de filantropía de Coutts, dice que los ricos ingleses se están volviendo más ricos, como lo demuestran en estos días las espectaculares bonificaciones de fin de año. "Además, viven más años y se replantean qué es lo importante en la vida. Ya triunfaron en el plano económico y están buscando algo más."

Hay sobrados ejemplos recientes. Stanley Fink, CEO del hedge fund Man Group, dejará su cargo en abril para concentrarse en sus actividades filantrópicas, como lo hizo Bill Gates en los Estados Unidos. Y el empresario escocés Sir Tom Hunter hoy pasa la mayor parte de su tiempo donando la fortuna de casi mil millones de dólares que obtuvo de la venta de su cadena de tiendas de deportes.

Evans asegura que hay muchísimos casos de millonarios filántropos de perfil más bajo.

Las generaciones anteriores, en gran medida, habían heredado sus fortunas: veinte años atrás, las tres cuartas partes de la lista de ricos del Sunday Times estaban constituidas por personas que habían heredado de sus padres y pensaban que su deber era conservar ese patrimonio para las futuras generaciones. Hoy es al revés: las tres cuartas partes de los integrantes de la lista de ricos de 2006 amasaron su fortuna ellos mismos y muchos de ellos no están dispuestos a legarles demasiado dinero a sus hijos. El estadounidense Warren Buffet lo expresó claramente, cuando anunció que donaría el 85 % de su fortuna de 50.000 millones de dólares a la fundación creada por Gates porque no quería que su dinero terminase en el "club del esperma afortunado".

Este cambio también podría reflejar la velocidad con que se hicieron algunas fortunas: un gerente de un fondo especulativo de primera línea puede llegar a ganar 40 millones de dólares o más en un solo año de bonanza. Pero el sector de los hedge funds es uno de los que más dinero devuelve a la sociedad. Por ejemplo, TCI (The Children's Investment Fund) y ARK (Absolute Return for Kids) donan todos los años una parte de sus utilidades a organizaciones de beneficencia.



Medir el resultado

"La donación se está viendo como una inversión. ¿Cómo lo hago, cómo lo planifico, qué utilidades obtendré con la inversión?"

No siempre es fácil medir los resultados de la beneficencia, y los criterios para evaluar el éxito varían según la entidad. Una organización contra el SIDA en «áfrica, por ejemplo, puede ser evaluada en términos de si proporcionó tratamiento a los enfermos, pero los resultados de una entidad benéfica dedicada a la investigación del cáncer serán mucho más difíciles de cuantificar.

NPC analiza las organizaciones benéficas y confecciona una lista de ellas para posibles donantes en las áreas clave de salud, educación y comunidad y familia. "A las organizaciones benéficas se les hacen preguntas básicas tales cómo: ¿Para qué necesitan el di nero? ¿Por qué no pueden conseguirlo por otras vías? ¿Qué es el éxito para ustedes? ¿Cómo se autoevalúan y cuál es la verificación de su logro?", señala Harris.

Algunas organizaciones benéficas, según él, han mejorado el modo en que definen sus necesidades, y uno de los objetivos de NPC es ayudar a que otras planteen mejor sus casos. ¿Cómo? Asignándoles números a cuestiones supuestamente ajenas al análisis financiero. Por ejemplo, una entidad que trabaja con refugiados calculó que reentrenar un medico refugiado para que trabaje en el Reino Unido cuesta menos de 40.000 dólares, mientras que entrenar a un médico desde cero cuesta 500.000 dólares.

SUSANA MANGHI, The Guardian

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