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CAPACITACION EN COSTOS Y GESTION

Para resolver situaciones de riesgo, los científicos ingleses aconsejan "pensar, no razonar"

Nuevos estudios realizados por la Universidad de Londres y de Ámsterdam afirman que uno puede tomar una decisión más correcta cuanto menos la razone, aunque estos casos sirvan solamente ante algunas situaciones.

Las mejores decisiones se toman sin pensarlo dos veces. Sin parpadear ni dudar. Un nuevo estudio de la Universidad de Londres demuestra que aquellas cosas que hacemos casi por impulso son muchas veces más acertadas que decisiones que llevan mucha reflexión e inversión de tiempo.

Esto se dedujo durante la investigación, cuando los voluntarios no tenían tiempo suficiente para dar una respuesta. En el 25% de los casos, las personas que no podían razonar debido a la necesidad de una pronta solución, fueron más acertadas que aquellas que tuvieron más tiempo para contestar.

Los encargados de realizar el estudio, sin embargo, afirman que este tipo de reacciones son correctas en cuanto a decisiones relacionadas sólo a ciertos ámbitos de la vida, como pueden ser un combate, las finanzas o situaciones de emergencia y riesgo, donde el instinto sale a florecer para iluminar parte del camino.

¿Es distinto?

Pablo Wizenberg, médico psquiatra especialista en trastornos de ansiedad y calidad de vida, explica que "la diferencia es que razonar es un proceso, un trabajo que realiza la mente a voluntad. Y pensar es lo que hace todo el tiempo la mente, el trabajo permanente de nuestro cerebro. Se puede pensar sin razonar, pero no al revés porque implicaría muerte cerebral".

Durante la investigación, se pidió a los voluntarios que se sentaran frente a una pantalla que mostraba 650 símbolos idénticos y una versión dada vuelta de éstos. Se realizaron dos pruebas que mostraron resultados dispares: durante la primera, los participantes no tenían tiempo de razonar si la figura estaba o no del lado correcto (tenían tan solo una fracción de segundo para ver la imagen). Luego se les enseñaron otra vez las figuras, pero en esta oportunidad el intervalo permitía razonar el lado correcto de la imagen (tenían más de un segundo para observar).

Los resultados demostraron que en la primera situación las respuestas correctas alcanzaron un 95% de los casos, mientras que en la repetición las respuestas afirmativas disminuyeron al 70%.

Según los investigadores los resultados demuestran que tomar decisiones rápidas en el subconsciente es más confiable que utilizar procesos cognitivos de alto nivel para tomar una decisión.

La doctora Li Zhaoping, del Departamento de Psicología de la Universidad de Londres, dijo en declaraciones a BBC Mundo que esperaban que la gente tomara una decisión más correcta cuando se le dio más tiempo para mirar apropiadamente, pero que sus respuestas fueron más precisas cuando casi no tuvieron tiempo para pensar.

Para la investigadora, las funciones conscientes o de alto nivel del cerebro, cuando se activan, vetan nuestra decisión inicial subconsciente, incluso cuando ésta es la correcta. Esto nos vuelve desapercibidos o desconfiados de nuestros instintos y nos deja en una desventaja inmediata, tomando decisiones incorrectas ante determinadas situaciones.

Este estudio, de todas formas, se puede aplicar en la vida diaria cuando se viven situaciones de riesgo que no permiten gran tiempo para analizar una decisión. En esos casos, las respuestas inconcientes suelen ser más correctas que cualquier otra.

Pero este grupo de investigadores londinenses no fueron los primeros en incurrir en este tema: Malcolm Gladwell, escritor de The New Yorker, afirma en su libro "Blink: el poder de pensar sin pensar", que el cerebro humano está conectado para tomar decisiones rápidas y que razonar o saber demasiado acerca de un tema pueden conducir a una decisión incorrecta. Esto se da en gran parte a que al saber más acerca de un aspecto, se tengan en cuenta datos irrelevantes.

Un estudio realizado por la Universidad de Ámsterdam afirma algo parecido pero con decisiones un poco más complejas como la compra de un nuevo automóvil. Esta investigación está basada en una hipótesis parecida a la del escritor del New Yorker, donde los seres humanos solo pueden focalizarse en una limitad cantidad de información.

Este estudio se realizó sobre dos grupos para determinar cómo funcionaba el principio de tomar una decisión sin prestarle demasiada atención. Un grupo tuvo cuatro minutos para seleccionar un auto de una lista con distintos atributos, como el consumo de combustible y espacio. El otro grupo estuvo distraído resolviendo un rompecabezas para mantener la mente focalizada en otro aspecto.

Los resultados arrojaron solamente el 23% del grupo conciente logró elegir el mejor auto, mientras que en el grupo inconsciente ese porcentaje llegó al 60%.

Para el dr. Wizenberg esto tiene que ver no tanto con las decisiones sino con las interpretaciones del mundo que tenemos alrededor. "Cuando interpretamos, la experiencia puede jugar a favor o en contra pero esto no quiere decir que la decisión intuitiva sea mejor que la razonada. El tema es que cuando razonamos metemos toda la experiencia, el conocimiento y la educación pero esto puede favorecer o entorpecer", aclara.

Carmen Torcellán, Clarín.com

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