Estrés, burn out, síntomas y consecuencias: ¿cómo se miden?
Resulta imposible medir el estrés laboral con precisión debido a que se manifiesta en los trabajadores a través de síntomas como la ansiedad o la depresión, pero el director de la Fundación ICCAP , Juan Manuel Bulacio, asegura que aproximadamente un 20 % de los argentinos lo padecen. ¿Cuáles son las consecuencias en el empleado y en el empleador?
La vida como un gran problema de trabajo que amenaza con la salud física y mental del empleado. Eso, a grandes rasgos, es el estrés laboral. Cuando el trabajador siente tanta presión (real o imaginaria) sobre sí mismo que se termina derrumbado. No se registran datos oficiales sobre cuántos argentinos lo padecen, pero Juan Bulacio, director de la Fundación de Ciencias Cognitivas Aplicadas, informa a Clarín.com que sería aproximadamente un 20% de la población, manifestado a través de cuadros ansiosos o depresivos.
La Organización Mundial de la Salud lo define como: "el conjunto de reacciones fisiológicas que prepara al organismo para la acción". La neuropsicóloga María Roca, del Instituto de Neurología Cognitiva INECO, explica a Clarín.com que el estrés tiene en principio una función adaptativa que permitiría la adaptación del individuo a los cambios del medio.
Las causas son diversas. Por un lado, pueden ser provocadas por el empleador, que abusa de su empleado exigiéndole una cantidad de tareas mayor a la que éste puede realizar, brindándole un ambiente de trabajo oscuro e incómodo y no reconociendo simbólica ni económicamente su esfuerzo.
Por el otro, puede ser ocasionado por el mismo empleado que no sabe cómo resistir a las presiones lógicas de un trabajo. Pero la consecuencia es una sola: daño en la salud física y mental. Insomnio, mal humor, desgano, irritación, contracturas musculares, cefaleas, gastritis y úlceras.
Además, representa un perjuicio económico para la empresa debido al descenso considerable en el rendimiento y al aumento del ausentismo. "En Argentina las leyes laborales están olvidadas y son muy pocas las personas que trabajan bien. En ese sentido hay un factor de riesgo muy grande. Generalmente las compañías le dan poca importancia al estrés de sus empleados, buscan actividades recreativas, pero que suelen ser marginales y no cambian la realidad cotidiana del trabajador", informa Bulacio.
Las personas más propensas a padecerlo son aquellas que tienen una fuerte necesidad de control, alta exigencia, con dificultades para expresar sus sentimientos y para limitar el entorno . "En el ámbito laboral los límites son una búsqueda permanente. Los que no pueden marcarlos generalmente están sobrecargados. Creen que así serán más valorados, pero eso no es así", comenta el médico psiquiatra.
Para evitarlo Bulacio aconseja evitar el café, las bebidas cola, el mate y el te porque aumentan la actividad corporal. También sugiere practicar deporte. Considera también que paralelamente debería haber un cambio en los valores sociales: "Muchas personas se enorgullecen de vivir estresadas, de no tener tiempo. No se dan cuenta que nadie les va a dar un premio por eso y que los únicos perjudicados son ellos mismos".
Según Roca, tanto en el trabajo como en otras situaciones de la vida, niveles moderados de estrés pueden ser energizantes y estimulantes para el cerebro mientras que niveles prolongados y altos de estrés pueden tener efectos negativos en la memoria y otras funciones cognitivas.
"Los receptores de los glucocorticoides se encuentran predominantemente en dos áreas del cerebro, el hipocampo y la corteza prefrontal, ambas fundamentales para la cognición. El hipocampo, por su parte, es un área que es fundamental para la creación de nuevas memorias y es por esto que cuando estamos expuestos a niveles prolongados de glucocorticoides (lo que sucede en situaciones de estrés) la memoria puede afectarse", explica la licenciada Roca, quien recomienda prevenirlo aprendiendo a dejar tiempo para las actividades de ocio y utilizando técnicas de relajación. Además, coincidiendo con Bulacio, sugiere ayuda profesional en caso de necesitarla.
Horacio Krell, director de Ilvem, explica a Clarín.com que no sólo los trabajadores sufren estrés, muchos estudiantes también padecen el síndrome del burnout. "Acusan disminución de rendimiento, al igual que sucede con los empleados, empresarios y ejecutivos que no han aprendido a manejar correctamente su cerebro. Como no se nos enseña a usarlo recurrimos a la fuerza bruta o al esfuerzo exagerado que tiende a debilitarlo. Así se refuerza el camino del estrés. Al enfrentar el crecimiento exponencial de la información sin una metodología adecuada, se mantiene un estado de alerta constante que a la larga resulta agotador. Para evitarlo es preciso aprender una metodología precisa para sincronizar el estudio y el trabajo. La toma de conciencia es la oportunidad de cambio. Lo más destructivo del burnout es no saber enfrentarlo", concluye Krell.
Por Lucía Bertotto, Clarín.com
La vida como un gran problema de trabajo que amenaza con la salud física y mental del empleado. Eso, a grandes rasgos, es el estrés laboral. Cuando el trabajador siente tanta presión (real o imaginaria) sobre sí mismo que se termina derrumbado. No se registran datos oficiales sobre cuántos argentinos lo padecen, pero Juan Bulacio, director de la Fundación de Ciencias Cognitivas Aplicadas, informa a Clarín.com que sería aproximadamente un 20% de la población, manifestado a través de cuadros ansiosos o depresivos.
La Organización Mundial de la Salud lo define como: "el conjunto de reacciones fisiológicas que prepara al organismo para la acción". La neuropsicóloga María Roca, del Instituto de Neurología Cognitiva INECO, explica a Clarín.com que el estrés tiene en principio una función adaptativa que permitiría la adaptación del individuo a los cambios del medio.
Las causas son diversas. Por un lado, pueden ser provocadas por el empleador, que abusa de su empleado exigiéndole una cantidad de tareas mayor a la que éste puede realizar, brindándole un ambiente de trabajo oscuro e incómodo y no reconociendo simbólica ni económicamente su esfuerzo.
Por el otro, puede ser ocasionado por el mismo empleado que no sabe cómo resistir a las presiones lógicas de un trabajo. Pero la consecuencia es una sola: daño en la salud física y mental. Insomnio, mal humor, desgano, irritación, contracturas musculares, cefaleas, gastritis y úlceras.
Además, representa un perjuicio económico para la empresa debido al descenso considerable en el rendimiento y al aumento del ausentismo. "En Argentina las leyes laborales están olvidadas y son muy pocas las personas que trabajan bien. En ese sentido hay un factor de riesgo muy grande. Generalmente las compañías le dan poca importancia al estrés de sus empleados, buscan actividades recreativas, pero que suelen ser marginales y no cambian la realidad cotidiana del trabajador", informa Bulacio.
Las personas más propensas a padecerlo son aquellas que tienen una fuerte necesidad de control, alta exigencia, con dificultades para expresar sus sentimientos y para limitar el entorno . "En el ámbito laboral los límites son una búsqueda permanente. Los que no pueden marcarlos generalmente están sobrecargados. Creen que así serán más valorados, pero eso no es así", comenta el médico psiquiatra.
Para evitarlo Bulacio aconseja evitar el café, las bebidas cola, el mate y el te porque aumentan la actividad corporal. También sugiere practicar deporte. Considera también que paralelamente debería haber un cambio en los valores sociales: "Muchas personas se enorgullecen de vivir estresadas, de no tener tiempo. No se dan cuenta que nadie les va a dar un premio por eso y que los únicos perjudicados son ellos mismos".
Según Roca, tanto en el trabajo como en otras situaciones de la vida, niveles moderados de estrés pueden ser energizantes y estimulantes para el cerebro mientras que niveles prolongados y altos de estrés pueden tener efectos negativos en la memoria y otras funciones cognitivas.
"Los receptores de los glucocorticoides se encuentran predominantemente en dos áreas del cerebro, el hipocampo y la corteza prefrontal, ambas fundamentales para la cognición. El hipocampo, por su parte, es un área que es fundamental para la creación de nuevas memorias y es por esto que cuando estamos expuestos a niveles prolongados de glucocorticoides (lo que sucede en situaciones de estrés) la memoria puede afectarse", explica la licenciada Roca, quien recomienda prevenirlo aprendiendo a dejar tiempo para las actividades de ocio y utilizando técnicas de relajación. Además, coincidiendo con Bulacio, sugiere ayuda profesional en caso de necesitarla.
Horacio Krell, director de Ilvem, explica a Clarín.com que no sólo los trabajadores sufren estrés, muchos estudiantes también padecen el síndrome del burnout. "Acusan disminución de rendimiento, al igual que sucede con los empleados, empresarios y ejecutivos que no han aprendido a manejar correctamente su cerebro. Como no se nos enseña a usarlo recurrimos a la fuerza bruta o al esfuerzo exagerado que tiende a debilitarlo. Así se refuerza el camino del estrés. Al enfrentar el crecimiento exponencial de la información sin una metodología adecuada, se mantiene un estado de alerta constante que a la larga resulta agotador. Para evitarlo es preciso aprender una metodología precisa para sincronizar el estudio y el trabajo. La toma de conciencia es la oportunidad de cambio. Lo más destructivo del burnout es no saber enfrentarlo", concluye Krell.
Por Lucía Bertotto, Clarín.com
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