Los discos sólidos prometen darle una dura batalla a los discos duros
La tecnología de almacenamiento flash ha estado en el mercado por mucho tiempo. Son chips como el que usa la memoria interna de su computadora, pero que no olvidan todo cuando se apaga la PC. Estas memorias han sido utilizadas para fabricar las unidades USB que se usan para transferir datos entre máquinas. También se encuentran en los reproductores de música digital iPod Nano de Apple.
Lo nuevo es que esta tecnología ha bajado tanto de precio que los chips flash ahora pueden usarse para crear discos duros “sólidos”, unidades de almacenamiento que no tienen partes giratorias, los cuales podrían reemplazar a los discos tradicionales.
Esta nueva generación de discos tiene la misma apariencia y conexiones que las unidades tradicionales.
Su computadora no notará la diferencia, pero el disco sólido será más ligero, silencioso, con un consumo más eficiente de energía y, al no tener partes que se mueven, más confiable.
También será más rápido, aunque su velocidad dependerá de la aplicación.
Si inicia Windows desde un disco sólido, se cargará dos veces más rápido que desde un disco duro. En otras tareas es seis u ocho veces más veloz, como tomar pequeños pedazos de información de distintos archivos, algo común en las bases de datos.
A un disco tradicional le toma tiempo girar y colocarse de manera que los datos necesarios queden por debajo de la “cabeza” que se encarga de leer y escribir en la unidad. No hay tal demora en las unidades flash, ya que todo es electrónico y no hay nada que se mueva. Recientemente, el fabricante estadounidense de PC Dell anunció que ofrecerá unidades sólidas del fabricante SanDisk como una opción para sus laptops, un paso más hacia la meta de una computadora sin partes que se muevan. El ventilador que enfría el microprocesador se está abandonando lentamente.
Por ahora, estos discos no son baratos. Los de 32 gigabytes cuestan US$450 en Estados Unidos, suficiente para comprar un disco tradicional con 1.000 gigabytes. Sin embargo, sus precios ya han comenzado a bajar.
POR LEE GOMES - THE WALL STREET JOURNAL
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