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CAPACITACION EN COSTOS Y GESTION

Asegurando un negocio

Hace dos años partió esta empresa cuyo foco es la seguridad y protección contra incendios para compañías, sobre todo las grandes. Lanzarse y luego creerle al negocio son dos elementos clave a la hora de emprender, a juicio de Javier Echeverría Faz, quien es socio de la empresa Protego, junto con su padre, Javier Echeverría Domínguez, Raúl Gómez y un cuarto socio, de una sociedad de inversiones.

Protego fue fundada en octubre de 2004 y se dedica a la seguridad y protección contra incendio, principalmente en la industria, banca, retail y en edificios comerciales. Es decir, sus clientes son en gran medida grandes empresas, aunque también algunas medianas.

El año pasado, las ventas de la empresa fueron de alrededor de $524 millones en pedidos y este año podrían llegar a $1.100 millones en pedidos.

Hoy la compañía cuenta con más de 50 trabajadores.

Además de las oficinas, esta empresa cuenta con un taller de fabricación de seguridad física y un laboratorio electrónico.

Tres son las áreas de operación de Protego en estos momentos. La primera de ellas es la de protección contra incendio, que incluye sistemas de detección automática de incendios y sistemas de extinción desde una red seca básica hasta sistemas automáticos para lugares críticos.

La segunda es la llamada seguridad física, que incluye sistemas de resistencia física al fuego como puertas y cortinas, blindajes, puertas de seguridad y de bóvedas.

Y la tercera es la seguridad electrónica, que incluye circuito cerrado de televisión, control de acceso y sistemas de alarma.

Javier Echeverría cuenta que en temas de incendios y seguridad electrónica todo es importado, pero en seguridad física hay algunas cosas que fabrica la propia empresa, como las puertas.

Los orígenes

¿Cómo surgió la idea? "El tema es que en el mercado de la seguridad, donde yo tenía bastante experiencia, había un espacio para meterse fuerte haciendo las cosas bien. Había mucho cliente disconforme, un crecimiento importante de la demanda. Esto, porque hay una preocupación constante sobre el tema y una de nuestra línea, que es la de incendio, tiene un crecimiento importante, debido a la conciencia que está tomando la gente y a que las aseguradoras están exigiéndoles. Entonces, nace de ahí, de ver el espacio, y nos metemos", cuenta este empresario chileno.

Curiosamente, Javier Echeverría recuerda que cuando partieron tenían menos fe, en términos "de que íbamos a llegar a tocar una puerta y no nos iban a pescar al tiro, a eso le tenía más miedo".

Sin embargo y contra todos sus pronósticos, eso no ocurrió. Al final, cree que esto no fue tan complicado porque los clientes reconocieron la experiencia de Raúl y Javier en el área de seguridad -Raúl había trabajado 20 años en Bash y Javier, 10 en Tyco y Bash-, y entonces les abrieron las puertas.

Pero el pasar ese escollo no significó que no hubiera aspectos difíciles.

¿Lo más complicado? "Darnos cuenta de que tanto Raúl como yo, que sabíamos bastante de seguridad, yo sabía vender y él sabía construir, no teníamos claro toda otra "pata" de la empresa, que es toda la parte de administración, personal". Y agrega: "En eso mi papá se metió y nos ayudó bastante. Lo otro que es más o menos difícil es que hay que ir haciendo crecer la empresa, pero previo a los saltos hay un desgaste enorme. Esto porque le aportas nuevamente gente o conocimiento a la empresa después que están todos los recursos ya absolutamente sobreusados. Entonces estamos todos agotados y metemos un nuevo pulmón y bajamos de nuevo un poco nuestro nivel de ocupación hasta la próxima escalada", explica.

Otro tema que no deben descuidar es que sus competidores son empresas grandes, es por eso que Javier Echeverría plantea que lo que ofrece Protego y que los diferencia de los otros actores del negocio es el "ser más personalizado, más flexible hacia el cliente. Entonces el cliente cuando llama, no lo hace a una pirámide de gente, sino que me llama a mí o a Raúl, y tiene detrás un respaldo técnico sólido para buscar lo que él requiere".

En todo caso, con o sin competidores grandes, este negocio tiene algo a favor: la profesionalización de las empresas en Chile, lo que le da más potencial al mercado de la seguridad.

"Hoy un supermercado no se piensa instalar sin un sistema de rociadores automáticos, pero hace diez años no tenía ninguno, en un mall sucede lo mismo, por ejemplo. Ahí no sé si hay una conciencia de los clientes o es un empuje fuerte de las aseguradoras o reaseguradoras. Además, cuando llega inversión extranjera, ellos vienen definitivamente con la mentalidad de tomar esos resguardos", explica.

Es por eso que con lo bueno y con lo malo, al final el tema es estar convencido sobre el negocio.

"Hay que lanzarse y una vez que se hace hay que creerle y hacerlo bien. Hoy estamos certificándonos con una norma nueva, la NCH 2909, que es sobre calidad. Estamos en esa línea, queremos ser los mejores y crecer ordenado, nunca tomar un compromiso y no poderlo atender. Entonces el consejo es ése: teniendo las herramientas y la claridad, tirarse y después de adentro hay que sacar todo para creerle", recomienda.

Daniella Zunino, Emol

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