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CAPACITACION EN COSTOS Y GESTION

¿Bolivia se queda sin gas?

Un ex ministro de Energía de Bolivia sostiene que el problema no se puede reducir sólo a la falta de dinero. También alude al desconocimiento del negocio o la incapacidad de saber manejarlo. No todo marcha bien en el manejo de los pozos en ese país sudamericano.

El 1 de mayo pasado, el Presidente socialista de Bolivia, Evo Morales, nacionalizó la industria del petróleo y el gas a través de un decreto. Él envió tropas a los yacimientos de gas, y puso a YPFB, una compañía estatal, a cargo de todo.

El 11 de agosto, el gobierno declaró algo que sonó como un llanto: el "efecto completo" de la toma de control de YPFB sería "suspendido de forma temporal, debido a la ausencia de recursos económicos".

Necesitan un préstamo por US$ 180 millones del Banco Central, algo que actualmente está prohibido por ley.

"Es un problema de flujo de caja, no es que se esté parando la nacionalización", sostiene Pablo Solón, un negociador comercial de Bolivia.

El problema no es el dinero, reclama enojado Carlos Miranda, un ex ministro de Energía. Sostiene que el problema está en el "desconocimiento del negocio o en la incapacidad de saber manejarlo". Pero lo que esto significa para las multinacionales, incluyendo a la brasileña Petrobras, a la española Repsol YPF y la británica BP, que han invertido cerca de US$ 5.000 millones, no está del todo claro.

Algunos analistas sostienen que los moderados del gobierno, que querían llegar a acuerdo, se vieron fortalecidos tras la elección de la Asamblea Constituyente el mes pasado, la que debiera reescribir la Constitución. El partido de Morales ganó, pero lo hizo de una forma menos convincente de lo que se esperaba.

Otros sólo ven confusión. "No está claro quién está tomando las decisiones o quién está dando los golpes a nivel operacional", dice Jed Bailey, de Cambridge Energy Research Associates, una consultora. Además de todo esto, hay quienes acusan al presidente de YPFB de corrupción.

YPFB es ahora el propietario legal del gas, y ha asumido el control en las empresas de producción y de distribución que estaban en manos de fondos de pensiones a nombre de los bolivianos. Pero una participación de 51% permanece en manos de firmas extranjeras que no están dispuestas a vender barato.

El decreto de nacionalización elevó los derechos en los yacimientos más grandes de gas a un 82%. Ello, hasta que finalicen las negociaciones sobre nuevos contratos. Se suponía que se acabarían las conversaciones antes del 1 de noviembre, pero el gobierno aún tiene que presentar sus propuestas. Ellos están tratando de extraer mejores precios para el gas que les venden, principalmente, a sus dos mejores clientes: Brasil y Argentina.

Argentina ha concedido un aumento hasta el mes de diciembre y Brasil sólo se ha molestado.

¿Chávez al rescate?

Solón niega que el gobierno ahora busque un rescate urgente para YPFB de manos del Presidente Hugo Chávez, de Venezuela, que es un aliado de Morales. Además, la empresa petrolera estatal de Venezuela, PDVSA, tiene poca maestría en el tema del gas como para ayudar a YPFB. Mientras tanto, más de treinta compañías de energía han dejado de funcionar en Bolivia desde el mes de mayo pasado, y cada vez más se han ido terminando las inversiones, alega la Cámara de Hidrocarburos, un grupo industrial.

Después de liderar las principales protestas que derribaron a dos Presidentes, Morales ganó la elección en diciembre del año pasado, y eso fue en gran parte producto de su promesa de tomar el control de las reservas del gas de Bolivia, las segundas en tamaño de Sudamérica.

Aun cuando la intención de Evo Morales de crear un país más justo sea algo noble, la forma en que ha manejado el gas sugiere que no ha tomado la opción correcta para alcanzar sus objetivos.

El Mercurio

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