¿Su empresa es un mamífero o un reptil?
¿Mamífero o reptil? ¿Sangre caliente o fría? ¿Qué tiene esto que ver con el management? Según un artículo de Harvard, no hay mejor metáfora para caracterizar la política corporativa de relación con clientes y proveedores...
Las metáforas biológicas no son extrañas al management. El vocabulario darwinista de la lucha por la supervivencia suele emplearse para ilustrar la competencia empresarial. En el artículo Is your organization reptile or mammal? de la Harvard Business School, el profesor Jonathan Byrnes sostiene que la biología también puede describir la relación entre las organizaciones y su medio ambiente.
¿Reproducción reptil o mamífera?
Los reptiles ponen docenas de huevos con la esperanza de que unos pocos sobrevivan. Los mamíferos, por su parte, suelen dar a luz a pocas criaturas, pero las alimentan y cuidan durante un buen tiempo para que todas prosperen.
Las compañías de venta por catálogo son típicamente reptiles: envían por correo una muestra de sus productos a miles de potenciales compradores, con la esperanza de que un 2% o 3% se transformen en clientes. Otros ejemplos de reptiles son los vendedores puerta a puerta, los minoristas y las concesionarias de automóviles.
Las compañías mamíferas adoptan un enfoque opuesto. Estas empresas clasifican los actuales y potenciales clientes según diversos criterios pero un mismo objetivo: enfrentar al mercado de manera efectiva. Mediante un proceso sistemático desarrollan y nutren relaciones estables con las cuentas de mayor potencial, generando economías a escala, y resguardándose de los contextos desfavorables. Ese es el enfoque mamífero: hacer menos cosas, pero hacerlas bien.
¿Metabolismo reptil o mamífero?
Los reptiles son animales de sangre fría. Incapaces de regular su temperatura interna, deben recurrir a la temperatura del ambiente para sobrevivir. Los mamíferos, animales de sangre caliente, pueden mantener sus cuerpos a temperatura constante en casi cualquier contexto, ganando flexibilidad y autonomía. ¿El costo? La necesidad de una mayor cantidad de energía (léase alimentos) para mantener estable la temperatura corporal. En resumen, los reptiles son controlados por su entorno. Los mamíferos se controlan a ellos mismos.
En este punto, alega el especialista de Harvard, la analogía del metabolismo apunta a los individuos que componen las organizaciones.
Un vendedor que intenta mantener felices a los clientes charlando sobre generalidades es como un reptil que calienta su cuerpo posándose sobre una roca. Este vendedor se mimetiza con sus clientes, es controlado por ellos. Por el contrario, señala el especialista, los mamíferos adoptan un enfoque opuesto: desarrollan formas de controlar su ambiente de ventas, actuando de manera pro-activa, y asegurándose que su tiempo sea lo más productivo posible. El costo de generar una relación estable no se mide sólo en tiempo sino también en energía, disciplina y coordinación organizacional.
En definitiva, ¿mamífero o reptil? ¿Qué es mejor?
No existe una receta única, advierte Byrnes. La relación óptima con los clientes depende del contexto. Lo importante es decidirse: quedar a mitad de camino entre reptiles y mamíferos puede engendrar una criatura monstruosa incapaz de sobrevivir en la encarnizada lucha darwinista. Clarin
Las metáforas biológicas no son extrañas al management. El vocabulario darwinista de la lucha por la supervivencia suele emplearse para ilustrar la competencia empresarial. En el artículo Is your organization reptile or mammal? de la Harvard Business School, el profesor Jonathan Byrnes sostiene que la biología también puede describir la relación entre las organizaciones y su medio ambiente.
¿Reproducción reptil o mamífera?
Los reptiles ponen docenas de huevos con la esperanza de que unos pocos sobrevivan. Los mamíferos, por su parte, suelen dar a luz a pocas criaturas, pero las alimentan y cuidan durante un buen tiempo para que todas prosperen.
Las compañías de venta por catálogo son típicamente reptiles: envían por correo una muestra de sus productos a miles de potenciales compradores, con la esperanza de que un 2% o 3% se transformen en clientes. Otros ejemplos de reptiles son los vendedores puerta a puerta, los minoristas y las concesionarias de automóviles.
Las compañías mamíferas adoptan un enfoque opuesto. Estas empresas clasifican los actuales y potenciales clientes según diversos criterios pero un mismo objetivo: enfrentar al mercado de manera efectiva. Mediante un proceso sistemático desarrollan y nutren relaciones estables con las cuentas de mayor potencial, generando economías a escala, y resguardándose de los contextos desfavorables. Ese es el enfoque mamífero: hacer menos cosas, pero hacerlas bien.
¿Metabolismo reptil o mamífero?
Los reptiles son animales de sangre fría. Incapaces de regular su temperatura interna, deben recurrir a la temperatura del ambiente para sobrevivir. Los mamíferos, animales de sangre caliente, pueden mantener sus cuerpos a temperatura constante en casi cualquier contexto, ganando flexibilidad y autonomía. ¿El costo? La necesidad de una mayor cantidad de energía (léase alimentos) para mantener estable la temperatura corporal. En resumen, los reptiles son controlados por su entorno. Los mamíferos se controlan a ellos mismos.
En este punto, alega el especialista de Harvard, la analogía del metabolismo apunta a los individuos que componen las organizaciones.
Un vendedor que intenta mantener felices a los clientes charlando sobre generalidades es como un reptil que calienta su cuerpo posándose sobre una roca. Este vendedor se mimetiza con sus clientes, es controlado por ellos. Por el contrario, señala el especialista, los mamíferos adoptan un enfoque opuesto: desarrollan formas de controlar su ambiente de ventas, actuando de manera pro-activa, y asegurándose que su tiempo sea lo más productivo posible. El costo de generar una relación estable no se mide sólo en tiempo sino también en energía, disciplina y coordinación organizacional.
En definitiva, ¿mamífero o reptil? ¿Qué es mejor?
No existe una receta única, advierte Byrnes. La relación óptima con los clientes depende del contexto. Lo importante es decidirse: quedar a mitad de camino entre reptiles y mamíferos puede engendrar una criatura monstruosa incapaz de sobrevivir en la encarnizada lucha darwinista. Clarin
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