La comida sana ¿tiene que ser aburrida? No, si Ud. no quiere que lo sea...
La comida sana dejó de ser sólo vegetariana. Las ensaladas se arman sobre la base de 7 tipos de lechugas, 16 ingredientes básicos y 5 ingredientes Premium, que varían todos los días. Es parte de la estrategia para que los clientes vayan muy seguido. El restaurante Soup, Salad & Bowls está imponiendo un exitoso modelo de alimentación saludable, sofisticada y rápida.
Luego de obtener un MBA en Standford en 1994, Martín Luna se instaló en Nueva York para trabajar en el banco de inversiones Salomon Smith Barney (actualmente fusionado con el Citigroup), donde durante ocho años desempeñó diversos cargos en el área de finanzas corporativas. Vinculado especialmente a los mercados mexicano y sudamericano, se concentró en el desarrollo de ideas y estrategias de negocio para sus clientes.
Pero volvió a Chile para desplegar sus propias ideas en el sector del retail.
Para eso se asoció con dos de sus hermanos, un arquitecto y un abogado, y emprendió un negocio de comida rápida que está dando que hablar: la cadena de restaurantes Soup, Salad & Bowls.
"Antes sólo la gente sana comía alimentos sanos, pero ahora todos quieren comer de manera saludable, ya sea por estilo de vida o por cargo de conciencia. Y esto hoy es una tendencia cada vez más marcada en los países desarrollados".
Así explica este ingeniero comercial las expectativas de expansión que lo entusiasmaron a ser uno de los primeros en arriesgarse a masificar en Chile un mercado que solía ser exclusivo de los naturistas.
Oferta triple
En febrero de 2004 abrió con sus socios el primer local en el pujante barrio de Isidora Goyenechea, ofreciendo una serie de platos que se distinguen por ser sofisticados tanto en sus ingredientes como en su presentación. Éstos son servidos por gente joven, "para dar un tono fresco no sólo a la comida, sino también a la atención a los clientes y a todo el restaurante", detalla este emprendedor. La línea de productos es triple, tal como el nombre del restaurante.
Las ensaladas se arman a gusto del consumidor, quien puede regodearse entre las distintas opciones que van desde siete tipos de lechugas hasta tofu con sésamo o brotes de alfalfa. También hay un original surtido de aderezos para aliñar las verduras.
Ahora bien, Luna quiso romper con el tradicional concepto que asociaba comida saludable con platos vegetarianos fomes y siempre iguales, lo que era una amenaza para captar a sus potenciales clientes.
Por eso innovó con Bowls, nombre de los recipientes de loza en que sirve guisos calientes hechos a base de alimentos bajos en calorías, carnes magras y vegetales, como pollo thai acompañado con cous-cous y aceitunas, o carne calabresa con arroz con páprika al perejil.
"Los Bowls son más contundentes que una ensalada, pero sus ingredientes los hacen ser livianos, especialmente para quienes vuelven a trabajar a sus oficinas", puntualiza.
Pero tal vez la jugada más osada de este negocio ha sido ofrecer sopas y cremas durante todo el año, algo arriesgado en un país donde este consumo se asocia al frío y, por lo tanto, sólo al invierno.
"Es una apuesta a mediano plazo que estamos tratando de inculcar en la demanda de nuestro público objetivo. Queremos sacar a los chilenos de la típica crema de espárragos y del consomé", asegura.
Y lo están logrando con novedosas combinaciones, como sopas de zapallo con champiñones, crema de papas y puerros o de porotos negros con tomates.
Variedad y rapidez
Los esfuerzos creativos del área de producción son enormes, pues exigen variar constantemente la oferta gastronómica, ya que se pretende atraer a los clientes asegurándoles que puedan comer algo distinto cada día. Los años en el barrio financiero de Manhattan le mostraron a Martín Luna que los oficinistas no se alejan más de tres cuadras de su lugar de trabajo para ir a almorzar.
Bajo esa premisa, identificó doce áreas de Santiago con una alta concentración de edificios de empresas, y ya ha abierto tres locales de Soup, Salad & Bowls en torno a los barrios de El Golf y el World Trade Center de Vitacura.
El plan de Luna es cubrir dentro de los próximos cinco años el resto de estos sectores claves, como la Ciudad Empresarial o Nueva Las Condes. Pero también está evaluando la posibilidad de expandirse a otros países, comenzando por Brasil. Cree que uno de los aciertos que ha tenido en su negocio ha sido el agilizar los procesos de venta de sus productos, de modo que los clientes no pierdan mayor tiempo haciendo sus pedidos o esperando que les lleven sus cuentas a la mesa. Por eso, para quienes disponen de muy poco tiempo creó el Speed Lunch, un atención rápida a la mesa que ofrece un menú de pocas variedades, servido en pocos minutos. Ahora bien, si el comensal ni siquiera tiene el momento para salir de la oficina, este restaurante le envía la Oficce Lunch Box, una caja con el almuerzo completo dentro de la cual se puede comer y luego desecharla, , con el fin de evitar cualquier suciedad.
"Queremos llegar donde esté el cliente, porque el comer no sólo es el producto que estás ingiriendo, sino la experiencia completa que tienes al consumir. Por eso, además, nos preocupamos de que el servicio sea grato y el ambiente muy fresco e iluminado, a lo que contribuye una formidable arquitectura y diseño minimalistas dentro de los locales", concluye Luna.
La jugada más osada ha sido el ofrecer sopas durante todo el año. "Queremos sacar a los chilenos de la típica crema de espárragos y del consomé", explica Luna.
Luis Felipe Herrara Espaliat
Luego de obtener un MBA en Standford en 1994, Martín Luna se instaló en Nueva York para trabajar en el banco de inversiones Salomon Smith Barney (actualmente fusionado con el Citigroup), donde durante ocho años desempeñó diversos cargos en el área de finanzas corporativas. Vinculado especialmente a los mercados mexicano y sudamericano, se concentró en el desarrollo de ideas y estrategias de negocio para sus clientes.
Pero volvió a Chile para desplegar sus propias ideas en el sector del retail.
Para eso se asoció con dos de sus hermanos, un arquitecto y un abogado, y emprendió un negocio de comida rápida que está dando que hablar: la cadena de restaurantes Soup, Salad & Bowls.
"Antes sólo la gente sana comía alimentos sanos, pero ahora todos quieren comer de manera saludable, ya sea por estilo de vida o por cargo de conciencia. Y esto hoy es una tendencia cada vez más marcada en los países desarrollados".
Así explica este ingeniero comercial las expectativas de expansión que lo entusiasmaron a ser uno de los primeros en arriesgarse a masificar en Chile un mercado que solía ser exclusivo de los naturistas.
Oferta triple
En febrero de 2004 abrió con sus socios el primer local en el pujante barrio de Isidora Goyenechea, ofreciendo una serie de platos que se distinguen por ser sofisticados tanto en sus ingredientes como en su presentación. Éstos son servidos por gente joven, "para dar un tono fresco no sólo a la comida, sino también a la atención a los clientes y a todo el restaurante", detalla este emprendedor. La línea de productos es triple, tal como el nombre del restaurante.
Las ensaladas se arman a gusto del consumidor, quien puede regodearse entre las distintas opciones que van desde siete tipos de lechugas hasta tofu con sésamo o brotes de alfalfa. También hay un original surtido de aderezos para aliñar las verduras.
Ahora bien, Luna quiso romper con el tradicional concepto que asociaba comida saludable con platos vegetarianos fomes y siempre iguales, lo que era una amenaza para captar a sus potenciales clientes.
Por eso innovó con Bowls, nombre de los recipientes de loza en que sirve guisos calientes hechos a base de alimentos bajos en calorías, carnes magras y vegetales, como pollo thai acompañado con cous-cous y aceitunas, o carne calabresa con arroz con páprika al perejil.
"Los Bowls son más contundentes que una ensalada, pero sus ingredientes los hacen ser livianos, especialmente para quienes vuelven a trabajar a sus oficinas", puntualiza.
Pero tal vez la jugada más osada de este negocio ha sido ofrecer sopas y cremas durante todo el año, algo arriesgado en un país donde este consumo se asocia al frío y, por lo tanto, sólo al invierno.
"Es una apuesta a mediano plazo que estamos tratando de inculcar en la demanda de nuestro público objetivo. Queremos sacar a los chilenos de la típica crema de espárragos y del consomé", asegura.
Y lo están logrando con novedosas combinaciones, como sopas de zapallo con champiñones, crema de papas y puerros o de porotos negros con tomates.
Variedad y rapidez
Los esfuerzos creativos del área de producción son enormes, pues exigen variar constantemente la oferta gastronómica, ya que se pretende atraer a los clientes asegurándoles que puedan comer algo distinto cada día. Los años en el barrio financiero de Manhattan le mostraron a Martín Luna que los oficinistas no se alejan más de tres cuadras de su lugar de trabajo para ir a almorzar.
Bajo esa premisa, identificó doce áreas de Santiago con una alta concentración de edificios de empresas, y ya ha abierto tres locales de Soup, Salad & Bowls en torno a los barrios de El Golf y el World Trade Center de Vitacura.
El plan de Luna es cubrir dentro de los próximos cinco años el resto de estos sectores claves, como la Ciudad Empresarial o Nueva Las Condes. Pero también está evaluando la posibilidad de expandirse a otros países, comenzando por Brasil. Cree que uno de los aciertos que ha tenido en su negocio ha sido el agilizar los procesos de venta de sus productos, de modo que los clientes no pierdan mayor tiempo haciendo sus pedidos o esperando que les lleven sus cuentas a la mesa. Por eso, para quienes disponen de muy poco tiempo creó el Speed Lunch, un atención rápida a la mesa que ofrece un menú de pocas variedades, servido en pocos minutos. Ahora bien, si el comensal ni siquiera tiene el momento para salir de la oficina, este restaurante le envía la Oficce Lunch Box, una caja con el almuerzo completo dentro de la cual se puede comer y luego desecharla, , con el fin de evitar cualquier suciedad.
"Queremos llegar donde esté el cliente, porque el comer no sólo es el producto que estás ingiriendo, sino la experiencia completa que tienes al consumir. Por eso, además, nos preocupamos de que el servicio sea grato y el ambiente muy fresco e iluminado, a lo que contribuye una formidable arquitectura y diseño minimalistas dentro de los locales", concluye Luna.
La jugada más osada ha sido el ofrecer sopas durante todo el año. "Queremos sacar a los chilenos de la típica crema de espárragos y del consomé", explica Luna.
Luis Felipe Herrara Espaliat
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