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CAPACITACION EN COSTOS Y GESTION

Una amigable ciudad en las alturas

Con la sede de la Televisión China en Pekín, Rem Koolhaas logra una cálida reinvención del rascacielos. Situada en un espacio casi tan grande como 37 canchas de fútbol, la Oficina Central de la Televisión estatal que Rem Koolhaas construyó en Pekín puede intimidar un poco en un primer momento. En la capital china, esta torre de 54 pisos se inclina y acecha como una suerte de criatura de ciencia ficción pronta a aplastar todo el distrito central de negocios circundante.

Sin embargo, pese a que este edificio de 464.500 metros cuadrados es uno de los más grandes construidos en la historia, su arquitecto lo ve como una reinvención cálida y confortable del rascacielos. "En general, nuestros edificios no inspiran asombro", consideró Koolhaas en una entrevista en el Museo de Arte Moderno de Nueva York, donde el 15 de noviembre pasado se inauguró una exposición dedicada al edificio de la Oficina Central de la Televisión Estatal China, más conocido por las siglas CCTV. "Entre todos los rascacielos que hay allí, este es relativamente bajo. Resultará accesible", completó el arquitecto holandés.

Tina di Carlo, curadora adjunta del MoMA, dijo que el objetivo de la exposición no fue tanto que la gente conociera el diseño de CCTV; de hecho, el edificio ya es una especie de fenómeno en los círculos arquitectónicos. Lo que junto con el estudio de Koolhaas se propusieron hacer es atacar todos los preconceptos que la gente tiene respecto de una torre enorme. "Es una reelaboración de la tipología del edificio alto", consideró el autor.

El edificio para la televisión estatal china es esencialmente una U invertida con ángulos rectos, una torre de oficinas curvada. Otros la describen utilizando la imagen de una pirámide que ha sido seccionada en la punta, en en el centro y en la base. En verdad, el edificio consta de dos torres unidas en el basamento y en el remate. Ole Scheeren, el socio a cargo del proyecto de CCTV en el estudio de Koolhaas, OMA / Oficina de Arquitectura Metropolitana, dijo que la estructura podría asustar "si fuera puro gesto". Pero, "como en realidad es un circuito de vida interna, constituye un enorme catalizador social", explicó.

Desde que el gobierno chino seleccionó el diseño de Koolhaas en un concurso en 2002, circularon rumores de que el edificio era demasiado ambicioso como para ser construido alguna vez. Pero las fotos de la construcción expuestas en la muestra, tomadas en octubre de 2006, indican que seguramente estará concluido, tal como estaba previsto, en 2008. "A pesar de que circularon muchísimos rumores negativos, esto confirma que está avanzando bien", dijo di Carlo.

A través de maquetas, dibujos y abundante texto en las paredes, la exposición "OMA in Beijing" explica las distintas actividades que se desarrollarán dentro de la torre, detallando los esquemas de circulación que estimulan a los miembros del personal y a los visitantes de la televisora a interrelacionarse; lugares como restaurantes o gimnasios; hasta un pequeño hospital.

"Es un edificio diabólicamente complejo en cuanto a su programa y estructura", dijo Koolhaas.

La muestra yuxtapone el proyecto de Pekín con imágenes de la colección del MoMA, desde el primer rascacielos de vidrio de Mies van der Rohe hasta las estructuras mecánicas de Peter Cook pasando por el desarrollo orgánico de Kisho Kurokawa.

La exposición representa una nueva iniciativa del Museo de Arte Moderno neoyorquino por explorar proyectos arquitectónicos que todavía no están concluidos. "Nuestro objetivo es presentar la arquitectura de nuevas maneras, para salir del plano, el corte y la elevación", dijo la curadora di Carlo.

Los arquitectos insisten en que el diseño de OMA se guía por preocupaciones prácticas pero señalan que también está cambiando la tradición. "Prácticamente todos los edificios comprometen el espacio", dijo Scheeren, el arquitecto de OMA a cargo de esta obra. "La mayoría de los rascacielos lo fagocitan. Este edificio deja abierto el espacio que encapsula. Activa el terreno. Atrae actividades hacia el interior del edificio".

Los arquitectos podrían haber creado un campus con cada una de las distintas funciones de la empresa en un edificio solo. Lo que decidieron hacer, en cambio, fue unirlos en una sola estructura, en la que cada parte está conectada a través de los espacios que habitan conjuntamente. Además de 10.000 empleados, se esperan varios miles de visitantes por día. "Alcanza la masa crítica de una pequeña ciudad, se convierte en una comunidad", señaló Scheeren.

"El personal y los visitantes se mueven en paralelo, pueden observarse, pueden encontrarse y reunirse", dijo Scheeren. Los ojos de buey de vidrio, de unos 4,5 metros de diámetro, ubicados en el piso de la enorme terraza (con vista de la saliente del edificio en su lado inferior) permiten vistas verticales hasta el suelo, que está unos 150 metros más abajo.

El proyecto CCTV también incluye un segundo edificio, más modesto, que albergará un hotel 5 estrellas con 300 habitaciones, restaurantes y spas, estudios de grabación y un teatro con capacidad para 1.500 personas. El diseño de Koolhaas ofrece una libre circulación desde la explanada exterior hasta el foyer interno y el área detrás del escenario, despejando el espacio para que las cámaras de televisión se muevan con libertad. Los pisos están equipados con plataformas hidráulicas. También hay salas de proyección digital, una sala de baile para usos múltiples, 20 salas audiovisuales, una sala de exposiciones y un sala de prensa en el segundo edificio. Los arquitectos describen esa estructura, el Centro Cultural de Televisión o TVCC, como el componente público del proyecto, una suerte de "palacio de la diversión". Será inaugurado antes que la sede principal, a fines de este año.

La red de televisión china — con más de mil millones de televidentes — será capaz de difundir 250 canales cuando se concluyan los trabajos. Actualmente, la CCTV produce y transmite sólo 16 canales. Koolhaas ganó el concurso en un momento importante para China: admitido recientemente en la Organización Mundial de Comercio y seleccionado como sede de los juegos Olímpicos 2008, el país desborda de nuevos proyectos arquitectónicos. "Si bien, técnicamente, la CCTV no está siendo construida para los Juegos Olímpicos, será la principal estación transmisora de los juegos", confirmó el arquitecto Scheeren.

Las dimensiones del proyecto obligaron al estudio de Koolhaas a abrir una oficina independiente en Rotterdam, donde tiene su sede principal; también estableció una oficina permanente en Pekín. En la realización de la Torre de la Televisión Estatal China trabajarán casi 400 arquitectos, ingenieros y consultores de Europa, Asia y los Estados Unidos, produciendo más de 6.000 dibujos. Las palabras del arquitecto holandés que tiene en su haber obras tan polémicas como elogiadas como la Biblioteca Pública de Seattle fueron más que elocuentes. Koolhaas dijo: "Nunca hicimos un edificio de esta magnitud".

ROBIN POGREBIN. The New York Times

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