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CAPACITACION EN COSTOS Y GESTION

Los MBA y los requerimientos de las compañías que los contratan

Para los altos ejecutivos, una empresa no puede tener sólo talentos. Porque las necesidades son diversas, también lo es la preparación de su gente. Y es en esta premisa donde se vislumbra el mayor desafío de los MBA.

A casi 20 años desde que se abrió el primer programa de negocios en el país, los efectos de la globalización también se han hecho sentir en este ámbito. El mundo del business tiene pautas y cartas de navegación universales, posee un solo lenguaje con códigos reconocidos en cualquier parte del globo, no importa el idioma, cultura o desarrollo de las naciones. Los ejecutivos tienen que salir a conquistar mercados fuera de sus países de origen, pero también tienen que negociar al interior de sus fronteras, hoy cada vez más invisibles.

En este escenario, ¿es suficiente un programa que entrega conocimientos generales como lo es el MBA por definición? Para resolver esta y otras interrogantes convocamos a destacados ejecutivos, representantes de las empresas más apetecidas para trabajar, según la encuesta realizada por "Enfoques" en julio pasado a estudiantes de último año de carreras de ingenierías: Codelco y Lan, en primer y segundo lugar, respectivamente. Por la primera asistió Jaime Piña, gerente corporativo de la minera estatal, y por la segunda, Jorge Awad, presidente de la compañía aérea. A ellos se sumaron ejecutivos de otras dos firmas atractivas para trabajar según el estudio: Edgar Witt, gerente general de Hewlett Packard; y Enrique Ostalé, gerente general de D&S.

La principal conclusión del grupo: los MBA deben responder a los cambios experimentados en la forma de hacer negocios y a las nuevas necesidades de las empresas y del país.

"Lo que necesitamos es crear empleo, empresas, no más ejecutivos. Los MBA debieran en focarse en el emprendimiento. En Lan, el 60% de los ejecutivos de primer nivel que ingresó en los últimos 18 meses, cuenta con uno".

JORGE AWAD, Lan

"El hacer un MBA es ahora una decisión personal. Y eso se nota en el hecho de que el 80 % de los matriculados financia por su cuenta el programa".

ENRIQUE OSTALÉ, D&S

"Los MBA no están entregando todos los requerimientos de las compañías, las que tienen que empezar a hacer la inversión. La capacidad de innovación, por ejemplo, en el área de la minería, es fundamental".

JAIME PIÑA, Codelco

"El MBA es como un seguro de vida que toman los ejecutivos, una manera de alcanzar estabilidad laboral. En HP, el 10% está haciendo un MBA en Chile y de éstos, el 70% lo está cursando en la A. Ibáñez y el 30% en la PUC.

EDGAR WITT, HP

Más emprendedores, menos ejecutivos

Una cosa es la formación de los talentos, pero ni el país ni las compañías pueden funcionar sólo con ellos. En 2005, Fernando del Solar, gerente general de Nestlé, afirmó que "el problema del Real Madrid es que es un equipo de puros líderes".

¿Son sólo líderes lo que necesita la empresa o el país? Jorge Awad afirma que el desafío de los MBA es cambiar completamente de foco para centrarse más en el emprendimiento. "Lo que necesitamos es crear empleo, crear más empresas y no más ejecutivos", afirma. Y las escuelas parecen haber tomado este desafío, al menos algunas como las de la Adolfo Ibáñez y de la Universidad del Desarrollo, esta última inspirada en el programa de Babson, caracterizado precisamente por su enfoque hacia el emprendimiento.

En el fondo, se busca meter en la cabeza del ejecutivo el espíritu emprendedor, la idea de formar compañías, de incentivar a la persona a que lo haga, a sentirse capaz de lograrlo. Y en eso se ha avanzado, aunque a paso lento. En el programa más antiguo del país, el MBA de la Adolfo Ibáñez, los alumnos se fueron atreviendo de a poco a incursionar en distintos proyectos. Partieron con uno que consistía en la gestación de un negocio de exportación de paltas. También hubo otro caso en el que se trabajó en crear y administrar un asilo de ancianos. "Hoy eso ha evolucionado, ahora existen verdaderas incubadoras de negocios", afirma Ostalé. Lo que ha pasado es que empresarios se han interesado en financiar emprendimientos que son realizables, y por eso hoy hay compañías y fundaciones que trabajan mano a mano con las escuelas. Los proyectos más visibles son los de la propia A. Ibáñez y el de la PUC. En el caso de las fundaciones, la Fundación Chile es una de las que se ha interesado en conectarse con las escuelas.

Este es un fenómeno emergente que mostrará sus resultados en unos cuantos años. Porque no sólo se deben convencer las empresas, sino también los alumnos, ya que pese a que el emprendimiento es la segunda razón que dan para realizar un MBA, lo cierto es que la mayoría lo hace para mejorar su empleabilidad.

Ajustando el traje

Los MBA se han caracterizado por tener un formato único: un programa de formación general en materias tan diversas como finanzas, marketing o sicología y, en algunos casos, talleres de desarrollo de habilidades personales y gerenciales. En el papel, un traje hecho a la medida de cualquier ejecutivo.

Sin embargo ese traje, de talla única, ya no acomoda a todos. La razón principal está en que las necesidades de las empresas no son las mismas y por tanto las competencias de sus ejecutivos tampoco lo son. Jaime Piña, gerente corporativo de Codelco, señala que frente a esta realidad es la firma la que tiene que hacer la inversión . "En los próximos años la minería va a sufrir transformaciones en el campo operacional. Para realizar esos cambios, necesitamos quienes los lideren y ésos no son los que operan, que son los técnicos, sino los ejecutivos. Y éstos deben tener la habilidad para enfrentar los nuevos desafíos", sentencia.

Enrique Ostalé, ex director del MBA de la Adolfo Ibáñez y actual gerente general de D&S, asegura que en los procesos de selección de los alumnos se está enfrentando esta falencia. A ello se agrega que la malla fija ha comenzado a disminuir y, por contraste, la opcional ha ido creciendo. "Lo que nos queda -afirma Ostalé- es ofrecerles más alternativas a los alumnos. Si quieres agregar valor a esa persona y mantener el diferencial, ése es el camino".

¿Una política país?

Los entrevistados están convencidos de que es necesario que el país asuma su responsabilidad respecto de la formación de sus hombres de negocios. Porque para ellos no basta tener una economía con cifras positivas. Es necesario que exista una política de cultivo de ejecutivos capaces de salir al mundo. En resumen, exportar a través de ellos "una imagen país".

Para los reclutadores esto no debiera tomarlo el Estado como un costo, sino como una inversión en las personas mejor dotadas. "¿Cuántos de nuestros mejores talentos se perderán?", afirma el presidente de Lan Chile, Jorge Awad, en la eventualidad de que el Estado no "se haga cargo de su responsabilidad".

En la última encuesta de Icare sobre "Gestión de Talento en Chile" se trató precisamente este tema. La conclusión fue que no se puede tener al interior de una organización más del 20% de talentos, concepto definido como el grupo de personas que determina el desempeño de una empresa. Para Awad, la inversión estatal debiera permitir a esta elite formarse en programas dictados en el extranjero. "Los grandes talentos deben salir a estudiar fuera del país. La idea es que conozcan los mercados a los que después tendrán que conquistar, además que es importante la red de relaciones que permite esta experiencia, aparte del conocimiento de las distintas formas de ver el mundo. La red internacional la necesitan el país, las empresas y las personas". Nuevamente sale a colación el caso de los ejecutivos chinos. "Es cosa de ver cuántos chinos están hoy formándose en Australia", agrega Awad. "¿Cuántos de nuestros talentos tendrá el derecho a poder postular a universidades en el exterior?", sentencia.

Una decisión personal

Hasta hace unos 5 años el rol de la empresa era fundamental en el desarrollo profesional de los ejecutivos. Ahora la iniciativa la tienen ellos. Según se desprende de los resultados de la encuesta realizada a la alta gerencia, aún se mantiene un 50% de las compañías que financian estudios de formación ejecutiva, aunque el beneficio le llegue, en promedio, sólo a 3 trabajadores del total de la planta.

Los ejecutivos sienten que es una necesidad contar con un posgrado. No es menor el dato que arrojó la consulta a estudiantes de último año de las escuelas de ingeniería que realizó "Enfoques" en julio pasado. El 70% de ellos aseguró que era fundamental para conseguir un buen trabajo contar con uno y el 100% consideró que el posgrado era un plus una vez que se cuenta con algunos años de experiencia.

Enrique Ostalé afirma que esto se aprecia en el financiamiento de los programas: "El 80 % de los matriculados se financia por su cuenta, porque ahora la decisión es personal".

"Antes un buen alumno terminaba en el pregrado, hoy el que termina el pregrado está perdiendo oportunidades y está haciendo perder oportunidades a su empresa o al país", afirma Awad.

La pirámide se descrema

Cuando recién empezaron a dictarse los MBA, la mayoría de quienes se matriculaban eran gerentes y directores que habían egresado, generalmente, de ingeniería de las escuelas de mayor tradición del país, como la Católica o la Chile. Eran tiempos en que el pregrado en esas instituciones era suficiente para escalar a los más altos cargos. Cuando se produjo la proliferación de posgrados en administración, estos hombres de negocios captaron el diferencial de realizar algún estudio de especialización. No era raro encontrar en los primeros programas nacidos en el país a altos ejecutivos de más de 45 años.

Sin embargo, hoy, profesionales de esas edades que están cursando MBA lo hacen para actualizar conocimientos, pero ya no para mejorar su empleabilidad. Y el que pretenda hacerlo con este fin no está más que perdiendo el tiempo.

En la actualidad, la pirámide se ha ido descremando hacia abajo de la capa gerencial. Ahora son los mandos medios quienes están tomando estos cursos. Con 35 años como promedio de edad, se trata básicamente de ingenieros comerciales o civiles industriales con unos pocos años de experiencia laboral. Edgar Witt, de HP afirma que, "es como un seguro de vida que toman los ejecutivos, una manera de alcanzar estabilidad laboral". Y la evolución irremediablemente debiera llevar a lo que pasa en los países que llevan la delantera en esto -EE.UU. y naciones europeas-, donde la tendencia es hacer un posgrado inmediatamente después del pregrado.

Marcela Miranda, El Mercurio.

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