La paradoja de Pepsi
¿Tiene sentido que un gigante de snacks y gaseosas promocione una dieta sana? Muchos de los clientes que entran a la tienda de 24 horas Sammy G de esta ciudad pasa de largo los estantes de papas fritas bajas en grasa, y se dirigen directamente a los paquetes de Cheetos y Doritos de US$0,25, que se encuentran al lado de la caja registradora. Aun así, Rafael Herrera, un gerente de ventas de Frito Lay, la unidad de snacks de PepsiCo, considera a Sammy G como un hito para los productos bajos en calorías, simplemente porque la tienda accedió a venderlos. Los gerentes de otras tiendas con las que hace negocios se han negado rotundamente.
Los snacks bajos en grasas no se venden tan bien, admite. Pepsi, que el año pasado obtuvo ganancias netas de US$4.100 millones e ingresos por US$32.600 millones, es uno de los mayores vendedores de gaseosas y snacks del mundo. Esto coloca a la compañía en el centro del debate sobre obesidad, nutrición y marketing dirigido a niños. Este año ha invertido millones en un programa piloto en Chicago que busca alentar a las comunidades negra y latina a adoptar hábitos de ejercicio y alimentación más sanos, sin causar un descenso en sus ventas.
Sin embargo, ¿es apropiado que un gigante de la comida chatarra romocione una dieta saludable? Ésta es una pregunta que sigue sin respuesta dentro de la propia compañía y entre sus críticos.
Otro de los retos de Pepsi es persuadir a vendedores escépticos como Herrera, cuyo salario depende de sus ventas. Ganarse la confianza de los gerentes de las tiendas, acostumbrados a vender grandes cantidades de gaseosas y snacks salados, es incluso más difícil.
En Estados Unidos, el 32% de los adultos son obesos, según el Centro de Control y Prevención de Enfermedades. La obesidad afecta al 45% de los negros y al 37% de los hispanos de orginen mexicano. Queremos que Chicago sea nuestro laboratorio para entender dónde podemos entrar, ya que esto se relaciona tanto con la salud como con el bienestar. ¿Qué podemos hacer? ¿Cuáles son nuestras responsabilidades?, se pregunta Steve Reinemund, presidente de la junta de PepsiCo.
Los críticos argumentan que Pepsi simplemente trata de mejorar sus resultados.
Por ejemplo, aunque los snacks horneados tienen menos grasa y calorías, dicen que aún son comida chatarra. Pepsi no tiene vergüenza, subraya Marion Nestle, profesora de nutrición de la Universidad de Nueva York. Asegura que Pepsi se distingue entre las compañías de alimentos por promocionar beneficios marginales de salud con tal de ganar una ventaja competitiva.
¿Son los snacks horneados realmente una mejora? ¿Por qué no simplemente comer menos papas fritas? El año pasado, Pepsi invirtió en EE.UU. unos US$1.000 millones en marketing para productos dirigidos a niños.
La mascota de Cheetos, Chester Cheetah, lleva gafas de sol, va en monopatín y surfea. Los Cheetos horneados tienen menos grasa y calorías que los normales. Aún así, una porción de 56 gramos tiene 260 calorías, frente a las 280 que posee una barra de chocolate Snickers.
Matt Longjohn, director ejecutivo del Consorcio para Reducir la Obesidad en los Niños de Chicago, cree que Pepsi va en la dirección correcta. ¿Se está contradiciendo Pepsi a sí misma? Claro que sí, reconoce.
Pero eso no significa que todo lo que hacen sea completamente malicioso. La fundación de Pepsi entregó recientemente US$1,7 millones al consorcio para financiar un programa de prevención de la obesidad.
En 2003, Pepsi se convirtió en la primera empresa de alimentación en retirar de sus snacks los ácidos grasos trans, relacionados con el bloqueo de arterias. Al año siguiente, colocó un círculo verde llamado Smart Spot (que podría traducirse como punto inteligente) en algunos de sus productos.
Más de 250 de sus marcas llevan la etiqueta, cuyo slogan dice Smart choices made easy (algo así como Decisiones inteligentes hechas fácil).
En la primera mitad de 2006, las ventas de productos Smart Spot, como el agua Aquafina y Gatorade, crecieron 15%, en comparación al 5% de sus productos clave. Además, el negocio central de Pepsi se ha visto afectado por las bajas ventas de Doritos y una caída de siete años de Pepsi-Cola en el mercado estadounidense.
Cuando Herrera, el gerente de ventas de Frito Lay, descubrió que su presión arterial y su nivel de colesterol estaban muy altos, se convirtió en un ferviente defensor de los esfuerzos de Pepsi. Casi la mitad de las 80 tiendas a las que Herrera presentó los nuevos productos accedieron a vender snacks de Punto Inteligente.
Pepsi no ha revelado el desempeño de las ventas durante las pruebas en Chicago, que continuarán hasta el año que viene. Pero la compañía considera alentador que haya más productos de Punto Inteligente en las tiendas de cadena. Sin embargo, según algunos de sus ejecutivos, sigue siendo muy difícil llegar a las tiendas independientes.
Chad Terhune, The Wall Street Journal
Los snacks bajos en grasas no se venden tan bien, admite. Pepsi, que el año pasado obtuvo ganancias netas de US$4.100 millones e ingresos por US$32.600 millones, es uno de los mayores vendedores de gaseosas y snacks del mundo. Esto coloca a la compañía en el centro del debate sobre obesidad, nutrición y marketing dirigido a niños. Este año ha invertido millones en un programa piloto en Chicago que busca alentar a las comunidades negra y latina a adoptar hábitos de ejercicio y alimentación más sanos, sin causar un descenso en sus ventas.
Sin embargo, ¿es apropiado que un gigante de la comida chatarra romocione una dieta saludable? Ésta es una pregunta que sigue sin respuesta dentro de la propia compañía y entre sus críticos.
Otro de los retos de Pepsi es persuadir a vendedores escépticos como Herrera, cuyo salario depende de sus ventas. Ganarse la confianza de los gerentes de las tiendas, acostumbrados a vender grandes cantidades de gaseosas y snacks salados, es incluso más difícil.
En Estados Unidos, el 32% de los adultos son obesos, según el Centro de Control y Prevención de Enfermedades. La obesidad afecta al 45% de los negros y al 37% de los hispanos de orginen mexicano. Queremos que Chicago sea nuestro laboratorio para entender dónde podemos entrar, ya que esto se relaciona tanto con la salud como con el bienestar. ¿Qué podemos hacer? ¿Cuáles son nuestras responsabilidades?, se pregunta Steve Reinemund, presidente de la junta de PepsiCo.
Los críticos argumentan que Pepsi simplemente trata de mejorar sus resultados.
Por ejemplo, aunque los snacks horneados tienen menos grasa y calorías, dicen que aún son comida chatarra. Pepsi no tiene vergüenza, subraya Marion Nestle, profesora de nutrición de la Universidad de Nueva York. Asegura que Pepsi se distingue entre las compañías de alimentos por promocionar beneficios marginales de salud con tal de ganar una ventaja competitiva.
¿Son los snacks horneados realmente una mejora? ¿Por qué no simplemente comer menos papas fritas? El año pasado, Pepsi invirtió en EE.UU. unos US$1.000 millones en marketing para productos dirigidos a niños.
La mascota de Cheetos, Chester Cheetah, lleva gafas de sol, va en monopatín y surfea. Los Cheetos horneados tienen menos grasa y calorías que los normales. Aún así, una porción de 56 gramos tiene 260 calorías, frente a las 280 que posee una barra de chocolate Snickers.
Matt Longjohn, director ejecutivo del Consorcio para Reducir la Obesidad en los Niños de Chicago, cree que Pepsi va en la dirección correcta. ¿Se está contradiciendo Pepsi a sí misma? Claro que sí, reconoce.
Pero eso no significa que todo lo que hacen sea completamente malicioso. La fundación de Pepsi entregó recientemente US$1,7 millones al consorcio para financiar un programa de prevención de la obesidad.
En 2003, Pepsi se convirtió en la primera empresa de alimentación en retirar de sus snacks los ácidos grasos trans, relacionados con el bloqueo de arterias. Al año siguiente, colocó un círculo verde llamado Smart Spot (que podría traducirse como punto inteligente) en algunos de sus productos.
Más de 250 de sus marcas llevan la etiqueta, cuyo slogan dice Smart choices made easy (algo así como Decisiones inteligentes hechas fácil).
En la primera mitad de 2006, las ventas de productos Smart Spot, como el agua Aquafina y Gatorade, crecieron 15%, en comparación al 5% de sus productos clave. Además, el negocio central de Pepsi se ha visto afectado por las bajas ventas de Doritos y una caída de siete años de Pepsi-Cola en el mercado estadounidense.
Cuando Herrera, el gerente de ventas de Frito Lay, descubrió que su presión arterial y su nivel de colesterol estaban muy altos, se convirtió en un ferviente defensor de los esfuerzos de Pepsi. Casi la mitad de las 80 tiendas a las que Herrera presentó los nuevos productos accedieron a vender snacks de Punto Inteligente.
Pepsi no ha revelado el desempeño de las ventas durante las pruebas en Chicago, que continuarán hasta el año que viene. Pero la compañía considera alentador que haya más productos de Punto Inteligente en las tiendas de cadena. Sin embargo, según algunos de sus ejecutivos, sigue siendo muy difícil llegar a las tiendas independientes.
Chad Terhune, The Wall Street Journal
2 comentarios
catalina -
carla -