¿Qué nos pueden enseñar las sanguijuelas?
La sabiduría demostrada con el transcurso del tiempo es invaluable, siempre y cuando sea la correcta. Pero, en ocasiones, las veneradas 'prácticas superiores' suelen ser en el mejor de los casos, apenas prácticas.
Basta analizar, por ejemplo, el informe brindado por Anders Baerheim y Hogne Sandvik, de la Universidad de Bergen en Noruega, titulado El efecto de la cerveza, el ajo y la crema agria en el apetito de las sanguijuelas.
"La sanguijuela medicinal ha recuperado algo de su popularidad perdida debido a su uso en la microcirugía", señalan los autores en The British Medical Journal. "Sin embargo, en ocasiones, las sanguijuelas se niegan a cooperar de manera apropiada. Para superar este problema los médicos del siglo diecinueve solían sumergir sanguijuelas en cerveza antes de aplicarla a un paciente".
Los médicos alemanes, considerados en esa época los mejores del mundo, también recomendaban ajo y crema agria como alternativas a la cerveza.
Baerheim y Sandvik descubrieron que nadie en realidad trató de verificar si la cerveza, el ajo o la crema agria realmente estimulan el apetito de la sanguijuela.
Por lo tanto, realizaron un simple experimento y descubrieron que el viejo consejo carecía de sentido. La crema agria no hace que las sanguijuelas deseen beber sangre. El ajo mato a las sanguijuelas. Y la cerveza, aparentemente las emborracho. Ningúno de los tres elementos utilizados para estimular la actividad de los animales era realmente útil. Por el contrario, los tres podían dificultar sus funciones naturales.
Cuando se trata de adoptar una práctica o una nueva tecnología, hay que tomar en cuenta la opinión ortodoxa. Pero también conviene recordar una gran regla dorada, ya se trate de sangrar con sanguijuelas o de motivar una fuerza de trabajo: Confie, pero trate en lo posible de verificar.
Marc Abrahams, editor y cofundador de la revista de humor científico 'Annals of Improbable Research'. Harvard Business Review.
Basta analizar, por ejemplo, el informe brindado por Anders Baerheim y Hogne Sandvik, de la Universidad de Bergen en Noruega, titulado El efecto de la cerveza, el ajo y la crema agria en el apetito de las sanguijuelas.
"La sanguijuela medicinal ha recuperado algo de su popularidad perdida debido a su uso en la microcirugía", señalan los autores en The British Medical Journal. "Sin embargo, en ocasiones, las sanguijuelas se niegan a cooperar de manera apropiada. Para superar este problema los médicos del siglo diecinueve solían sumergir sanguijuelas en cerveza antes de aplicarla a un paciente".
Los médicos alemanes, considerados en esa época los mejores del mundo, también recomendaban ajo y crema agria como alternativas a la cerveza.
Baerheim y Sandvik descubrieron que nadie en realidad trató de verificar si la cerveza, el ajo o la crema agria realmente estimulan el apetito de la sanguijuela.
Por lo tanto, realizaron un simple experimento y descubrieron que el viejo consejo carecía de sentido. La crema agria no hace que las sanguijuelas deseen beber sangre. El ajo mato a las sanguijuelas. Y la cerveza, aparentemente las emborracho. Ningúno de los tres elementos utilizados para estimular la actividad de los animales era realmente útil. Por el contrario, los tres podían dificultar sus funciones naturales.
Cuando se trata de adoptar una práctica o una nueva tecnología, hay que tomar en cuenta la opinión ortodoxa. Pero también conviene recordar una gran regla dorada, ya se trate de sangrar con sanguijuelas o de motivar una fuerza de trabajo: Confie, pero trate en lo posible de verificar.
Marc Abrahams, editor y cofundador de la revista de humor científico 'Annals of Improbable Research'. Harvard Business Review.
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