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CAPACITACION EN COSTOS Y GESTION

Los europeos viven la buena vida. Los norteamericanos se matan trabajando.

Atención, nunca viaje a Francia en agosto. Encontrará todo cerrado. Mejor vaya a los Estados Unidos. Allí trabajan con mulas todo el año.Las guías turísticas francesas advierten a los visitantes: "¡Atención! Francia cierra en agosto". Por las desiertas callecitas parisinas, unos perros flacos husmean en la basura. Los museos operan en horarios limitados. ¿Y la gente? En los resorts de la costa Atlántica, disfrutando del dulce clima de la Riviera o en los Alpes.

Los largos períodos fuera de la oficina son un fenómeno típicamente francés. Sumando las vacaciones de verano y los feriados distribuidos a lo largo del año, los franceses gozan de unas siete semanas de vacaciones anuales. Esta misma costumbre existe también en Alemania, con ocho semanas de vacaciones pagas.

De otro lado del Atlántico, la situación es radicalmente opuesta. A pesar de tener una economía tan productiva como la francesa y un estándar de vida comparable, los norteamericanos apenas se toman cuatro semanas por año (incluyendo feriados).

Se trata de un fenómeno relativamente nuevo. En los '60, la situación era inversa. Los europeos se deslomaban en la oficina mientras que los americanos disfrutaban de la "dolce vita".

¿Qué fue lo que cambió? ¿Por qué hoy los norteamericanos trabajan más? Según el estudio Reluctant Vacationers: Why Americans Work More, Relax Less, than Europeans de Wharton Business School, hay dos explicaciones tradicionales:

1) Los factores culturales

Algunos académicos estadounidenses explican el compromiso del norteamericano con los negocios a través de una "ética del trabajo" heredada de los inmigrantes puritanos y que, en buena medida, explicaría el éxito económico de los Estados Unidos. Los expertos europeos se ríen de esta explicación y dicen que, en realidad, los norteamericanos odian divertirse.

Pero más allá de las burlas, advierte el estudio de Wharton, las diferencias culturales contienen una semilla de verdad. El americano medio prefiere ganar y gastar más dinero. El europeo, por su parte, está dispuesto a sacrificar ingreso a cambio de más horas de ocio.

2) Los sindicatos

Un segundo factor habitualmente citado a la hora de explicar los senderos divergentes entre el ocio americano y europeo se basa en los niveles de adhesión de los trabajadores a los sindicatos.

Tradicionalmente, los gremios europeos han sido más poderosos que los norteamericanos, donde la flexibilización laboral existe desde hace décadas. Por lo tanto, tienen mayor poder para negociar extensos períodos de vacaciones.

No obstante, en los últimos años, los altos niveles de desempleo del viejo continente han atraído vientos desreguladores. Por lo tanto, advierten los defensores de esta interpretación, los trabajadores franceses tal vez deberían ir despidiéndose de sus dos meses anuales de vacaciones.

Y las corporaciones globales siguen de cerca estas tendencias. Al fin y al cabo, cuando se trata de escoger el lugar donde invertir, los meses de vacaciones en los distintos posibles destinos es una variable a considerar.

Wharton Business School

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