El negocio no funcionó: ¿mala suerte o falta de preparación?
"La estrategia era perfecta", dijo el CEO al día siguiente de ser despedido, "Hubo un cambio absolutamente imprevisible en las condiciones del mercado". ¿Cuándo creerle?
En sus "Discursos", Nicolás Maquiavelo nos deja uno de sus consejos más inquietantes y frustrantes: "Cuando un nuevo problema aparece, ya sea desde dentro de una república, o fuera de ella, a causa de razones internas o externas, un problema que crece hasta convertirse en algo que preocupa a todo el mundo, la política más segura es demorar su tratamiento, antes que tratar de deshacerse de él, porque aquellos que intentan esto último casi siempre terminan incrementando su fuerza y aceleran el daño que ellos mismos temían que pudiera provocar".
Por años, filósofos y naturalistas han destacado la necesidad de entender la naturaleza de un sistema (ya sea social o biológico) antes de intentar cualquier acción tendiente a corregir un cierto comportamiento.
John McPhee, en su libro "The Control of Nature" describe varios casos en que el hombre ha intentado, vanamente, vencer a la naturaleza. Uno de los casos analizados, de 1989, trataba sobre la inexorabilidad del avance de las aguas sobre la ciudad de Nueva Orleáns. Su conclusión: tarde o temprano, cualquier esfuerzo por mantener seca a la ciudad terminaría en el fracaso.
En el largo plazo, sólo obtendremos los resultados esperados si comprendemos la naturaleza del sistema sobre el que pretendemos ejercer alguna acción. Pero además existen otras acciones que pueden empeorar el problema que intentamos resolver. Sus raíces pueden dividirse en dos grandes categorías: a) confundir el problema, y b) no entender las características del sistema que genera el problema.
La política para el aumento de la natalidad en Rumania implementada por el dictador Ceausescu a mediados de los '60 es un claro ejemplo de fracaso. En aquellos tiempos, la tasa de natalidad rumana había caído a niveles inferiores a los de subsistencia (es decir que el número de fallecimientos superaba al de nacimientos).
El gobierno dispuso una serie de medidas para aumentar la tasa de natalidad: prohibición de anticonceptivos y de la práctica de abortos en los hospitales públicos. Además, se lanzó una gran campaña de propaganda que instaba a las familias a apoyar el resurgimiento de la nación a través del aumento en el número de hijos.
El resultado inicial fue muy promisorio. Los nacimientos se dispararon. Sin embargo, en el mediano plazo, la situación volvió a su condición original. Con el tiempo, los habitantes buscaron (y encontraron) mecanismos de control alternativos como el contrabando de anticonceptivos, abortos clandestinos y hasta un aumento en el número de muertes de recién nacidos.
El problema no era que la gente no quería tener hijos en razón de una extraña e inexplicable vocación suicida-social. Los rumanos no tenían hijos simplemente porque no podían alimentarlos.
Entonces, durante los años de explosivas tasas de natalidad que siguieron a la implementación de la nueva política, muchos de los niños recién nacidos terminaron sus días en orfanatos estatales, donde por falta de recursos eran alimentados con transfusiones de sangre y mantenidos en cunas como animales. Años más tarde, la falta de agujas descartables para las extracciones y transfusiones de sangre hizo que el HIV se propagara como una plaga, agravando la dramática situación del país.
Pero, ¿qué tienen que ver los dictadores y Maquiavelo con el management estratégico?
La asociación no es casual. A menudo, intentamos solucionar los problemas recurriendo a nuestra experiencia e intuición. A veces, tenemos suerte y acertamos. En otras ocasiones, nos conformamos con un éxito pasajero (como seguramente hizo Ceausescu) y nos vamos antes de sufrir en carne propia los efectos de largo plazo de nuestras decisiones.
La mayoría de las veces, simplemente echamos la culpa a las condiciones del mercado y seguimos batallando con nuestra ignorancia a cuestas. A veces me pregunto: ¿cómo sería el mundo si Maquiavelo hubiera descubierto la dinámica de los sistemas quinientos años atrás?
Jorge Fantin, Consultor especializado en dinámica estratégica y profesor de Estrategia Avanzada en el programa Executive MBA de la Universidad Torcuato Di Tella.
En sus "Discursos", Nicolás Maquiavelo nos deja uno de sus consejos más inquietantes y frustrantes: "Cuando un nuevo problema aparece, ya sea desde dentro de una república, o fuera de ella, a causa de razones internas o externas, un problema que crece hasta convertirse en algo que preocupa a todo el mundo, la política más segura es demorar su tratamiento, antes que tratar de deshacerse de él, porque aquellos que intentan esto último casi siempre terminan incrementando su fuerza y aceleran el daño que ellos mismos temían que pudiera provocar".
Por años, filósofos y naturalistas han destacado la necesidad de entender la naturaleza de un sistema (ya sea social o biológico) antes de intentar cualquier acción tendiente a corregir un cierto comportamiento.
John McPhee, en su libro "The Control of Nature" describe varios casos en que el hombre ha intentado, vanamente, vencer a la naturaleza. Uno de los casos analizados, de 1989, trataba sobre la inexorabilidad del avance de las aguas sobre la ciudad de Nueva Orleáns. Su conclusión: tarde o temprano, cualquier esfuerzo por mantener seca a la ciudad terminaría en el fracaso.
En el largo plazo, sólo obtendremos los resultados esperados si comprendemos la naturaleza del sistema sobre el que pretendemos ejercer alguna acción. Pero además existen otras acciones que pueden empeorar el problema que intentamos resolver. Sus raíces pueden dividirse en dos grandes categorías: a) confundir el problema, y b) no entender las características del sistema que genera el problema.
La política para el aumento de la natalidad en Rumania implementada por el dictador Ceausescu a mediados de los '60 es un claro ejemplo de fracaso. En aquellos tiempos, la tasa de natalidad rumana había caído a niveles inferiores a los de subsistencia (es decir que el número de fallecimientos superaba al de nacimientos).
El gobierno dispuso una serie de medidas para aumentar la tasa de natalidad: prohibición de anticonceptivos y de la práctica de abortos en los hospitales públicos. Además, se lanzó una gran campaña de propaganda que instaba a las familias a apoyar el resurgimiento de la nación a través del aumento en el número de hijos.
El resultado inicial fue muy promisorio. Los nacimientos se dispararon. Sin embargo, en el mediano plazo, la situación volvió a su condición original. Con el tiempo, los habitantes buscaron (y encontraron) mecanismos de control alternativos como el contrabando de anticonceptivos, abortos clandestinos y hasta un aumento en el número de muertes de recién nacidos.
El problema no era que la gente no quería tener hijos en razón de una extraña e inexplicable vocación suicida-social. Los rumanos no tenían hijos simplemente porque no podían alimentarlos.
Entonces, durante los años de explosivas tasas de natalidad que siguieron a la implementación de la nueva política, muchos de los niños recién nacidos terminaron sus días en orfanatos estatales, donde por falta de recursos eran alimentados con transfusiones de sangre y mantenidos en cunas como animales. Años más tarde, la falta de agujas descartables para las extracciones y transfusiones de sangre hizo que el HIV se propagara como una plaga, agravando la dramática situación del país.
Pero, ¿qué tienen que ver los dictadores y Maquiavelo con el management estratégico?
La asociación no es casual. A menudo, intentamos solucionar los problemas recurriendo a nuestra experiencia e intuición. A veces, tenemos suerte y acertamos. En otras ocasiones, nos conformamos con un éxito pasajero (como seguramente hizo Ceausescu) y nos vamos antes de sufrir en carne propia los efectos de largo plazo de nuestras decisiones.
La mayoría de las veces, simplemente echamos la culpa a las condiciones del mercado y seguimos batallando con nuestra ignorancia a cuestas. A veces me pregunto: ¿cómo sería el mundo si Maquiavelo hubiera descubierto la dinámica de los sistemas quinientos años atrás?
Jorge Fantin, Consultor especializado en dinámica estratégica y profesor de Estrategia Avanzada en el programa Executive MBA de la Universidad Torcuato Di Tella.
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