Walt Disney, una nueva visión acerca del mito
Un nuevo libro echa por tierra las últimas ilusiones sobre el amable Tío Walt y muestra a un marido indiferente, a un jefe hostigador y a un furibundo cazador de brujas anticomunista. Y derrumba otro mito: Disney fue cremado, y no congelado.
Recorrió el paisaje cultural del siglo XX de Estados Unidos como un coloso, ofreciendo al mundo una visión idealizada de la realidad que influyó a nivel mundial. Era el amable "Tío Walt", ese hombre agradable al que todos los chicos norteamericanos querían como si fuera un miembro de su propia familia.
Ahora, una nueva biografía de Walt Disney arroja luz sobre uno de los personajes más elusivos de la historia norteamericana moderna. Y el retrato que salió a la luz dista mucho de ser el de la figura genial de leyenda. Disney aparece como un hombre atormentado, un solitario y un depresivo. También se dice que maltrataba a sus empleados y amigos cercanos y que fue un anticomunista acérrimo de extrema derecha durante los 40 y los 50.
El libro, "Walt Disney: El triunfo de la imaginación norteamericana", fue escrito por Neal Gabler, que tuvo un acceso inédito a los registros sobre Disney. Es el primer autor en obtener el permiso de la familia Disney para examinar los archivos de Disney completos. Gabler retrata a Disney como el hijo impulsivo de un padre frío que intentaba crear un mundo de fantasía para sí mismo en el que se sentía amado y a salvo, y terminó diseminando esa invención por el mundo entero. "Durante una niñez de privación material y emocional, al menos como él la recordaba, empezó a dibujar y a retratar en estos mundos imaginarios", escribe Gabler.
Sin embargo, esos mundos personales influirían en gran parte de los Estados Unidos modernos y mucho más allá, a través de personajes como el ratón Mickey, películas como "Blancanieves" y, llegado el momento, los parques temáticos. Las cifras por sí solas demuestran el asombroso alcance de Disney. Para cuando murió en 1966, más de 240 millones de personas habían visto una película de Disney, 80 millones habían leído un libro de Disney y 100 millones habían mirado un programa de televisión de Disney. Los expertos en cultura popular dicen que la influencia de Disney no tiene parangón. "Fue la cultura dominante de la niñez durante mucho tiempo. Hacía un producto a escala industrial, sólo que este producto era parte de la industria cultural", dice el profesor Bob Thompson de la Universidad de Syracuse en el estado de Nueva York.
Thompson dice que es irreal pensar que el verdadero mundo de Disney coincidía con la imagen pública que él creó. De hecho, el libro de Gabler echa por tierra muchas de las imágenes del hombre amable. Describe una vida por momentos trágica. El padre de Disney terminó agraviando a su hijo y su relación se hizo añicos. Disney rechazó acortar un viaje de negocios cuando su padre murió y faltó a su funeral. También tuvo un colapso nervioso en 1931 cuando él y su esposa luchaban para tener hijos y ella sufrió varios abortos espontáneos. Disney también era cruel con sus empleados, los aterrorizaba con comentarios humillantes. Esto incluía a su hermano Roy, que mantuvo a la compañía a flote con una agudeza financiera que Walt no parecía tener. Sin embargo, eso no impidió a Disney ridiculizar a Roy en público. En una reunión, donde se discutía la banda de sonido de "Fantasía", Roy sugirió usar alguna música más popular. Disney lo echó de la habitación diciendo: "Andá abajo y ocupate de los libros".
Disney tenía un carácter despiadado, especialmente con la gente a la que consideraba de izquierda . Prestó testimonio de manera entusiasta ante la Comisión de Actividades Antinorteamericanas del Congreso y detalló lo que él veía como planes comunistas para apoderarse de Hollywood. Incluso se puso en contacto con el FBI sobre una supuesta infiltración comunista.
Cuando sus dibujantes intentaron formar un sindicato, contrató a guardias armados . Despidió a los organizadores, bajó los salarios y redujo las horas en que la cafetería del estudio estaba abierta. En una oportunidad, frente a un piquete en la calle, a Disney tuvieron que frenarlo para que no atacara al líder de la acción industrial.
Pero fue en su vida privada donde surgen las imágenes más perturbadoras de Disney. De hecho, el propio Disney se sintió atrapado por su creación y la imagen pública. "Ya no soy Walt Disney. Walt Disney es una cosa. Creció para tener un significado totalmente diferente de lo que es un hombre", se quejó alguna vez.
En efecto, estaba casado con su estudio e ignoraba a su mujer. Se recluía en su mansión para jugar con un tren gigante de juguete instalado sobre una pista que se extendía 800 metros e incluía un túnel de 27 metros de largo. Estaba asociado con un grupo de miembros antisemitas del mundo cinematográfico y rechazaba la idea de contratar a gente de color para trabajar en Disneyland.
Pero Gabler dice que sus prejuicios no diferían de los de muchos de sus contemporáneos y también echa por tierra el mito urbano de que Disney fue congelado después de su muerte. De hecho, fue cremado y sus cenizas, enterradas en un jardín privado. Sin embargo, prácticamente no caben dudas de que su legado cultural alcanzó la inmortalidad que el hombre solitario y pendenciero de la vida real nuca pudo lograr.
Paul Harris, The Observer.
Recorrió el paisaje cultural del siglo XX de Estados Unidos como un coloso, ofreciendo al mundo una visión idealizada de la realidad que influyó a nivel mundial. Era el amable "Tío Walt", ese hombre agradable al que todos los chicos norteamericanos querían como si fuera un miembro de su propia familia.
Ahora, una nueva biografía de Walt Disney arroja luz sobre uno de los personajes más elusivos de la historia norteamericana moderna. Y el retrato que salió a la luz dista mucho de ser el de la figura genial de leyenda. Disney aparece como un hombre atormentado, un solitario y un depresivo. También se dice que maltrataba a sus empleados y amigos cercanos y que fue un anticomunista acérrimo de extrema derecha durante los 40 y los 50.
El libro, "Walt Disney: El triunfo de la imaginación norteamericana", fue escrito por Neal Gabler, que tuvo un acceso inédito a los registros sobre Disney. Es el primer autor en obtener el permiso de la familia Disney para examinar los archivos de Disney completos. Gabler retrata a Disney como el hijo impulsivo de un padre frío que intentaba crear un mundo de fantasía para sí mismo en el que se sentía amado y a salvo, y terminó diseminando esa invención por el mundo entero. "Durante una niñez de privación material y emocional, al menos como él la recordaba, empezó a dibujar y a retratar en estos mundos imaginarios", escribe Gabler.
Sin embargo, esos mundos personales influirían en gran parte de los Estados Unidos modernos y mucho más allá, a través de personajes como el ratón Mickey, películas como "Blancanieves" y, llegado el momento, los parques temáticos. Las cifras por sí solas demuestran el asombroso alcance de Disney. Para cuando murió en 1966, más de 240 millones de personas habían visto una película de Disney, 80 millones habían leído un libro de Disney y 100 millones habían mirado un programa de televisión de Disney. Los expertos en cultura popular dicen que la influencia de Disney no tiene parangón. "Fue la cultura dominante de la niñez durante mucho tiempo. Hacía un producto a escala industrial, sólo que este producto era parte de la industria cultural", dice el profesor Bob Thompson de la Universidad de Syracuse en el estado de Nueva York.
Thompson dice que es irreal pensar que el verdadero mundo de Disney coincidía con la imagen pública que él creó. De hecho, el libro de Gabler echa por tierra muchas de las imágenes del hombre amable. Describe una vida por momentos trágica. El padre de Disney terminó agraviando a su hijo y su relación se hizo añicos. Disney rechazó acortar un viaje de negocios cuando su padre murió y faltó a su funeral. También tuvo un colapso nervioso en 1931 cuando él y su esposa luchaban para tener hijos y ella sufrió varios abortos espontáneos. Disney también era cruel con sus empleados, los aterrorizaba con comentarios humillantes. Esto incluía a su hermano Roy, que mantuvo a la compañía a flote con una agudeza financiera que Walt no parecía tener. Sin embargo, eso no impidió a Disney ridiculizar a Roy en público. En una reunión, donde se discutía la banda de sonido de "Fantasía", Roy sugirió usar alguna música más popular. Disney lo echó de la habitación diciendo: "Andá abajo y ocupate de los libros".
Disney tenía un carácter despiadado, especialmente con la gente a la que consideraba de izquierda . Prestó testimonio de manera entusiasta ante la Comisión de Actividades Antinorteamericanas del Congreso y detalló lo que él veía como planes comunistas para apoderarse de Hollywood. Incluso se puso en contacto con el FBI sobre una supuesta infiltración comunista.
Cuando sus dibujantes intentaron formar un sindicato, contrató a guardias armados . Despidió a los organizadores, bajó los salarios y redujo las horas en que la cafetería del estudio estaba abierta. En una oportunidad, frente a un piquete en la calle, a Disney tuvieron que frenarlo para que no atacara al líder de la acción industrial.
Pero fue en su vida privada donde surgen las imágenes más perturbadoras de Disney. De hecho, el propio Disney se sintió atrapado por su creación y la imagen pública. "Ya no soy Walt Disney. Walt Disney es una cosa. Creció para tener un significado totalmente diferente de lo que es un hombre", se quejó alguna vez.
En efecto, estaba casado con su estudio e ignoraba a su mujer. Se recluía en su mansión para jugar con un tren gigante de juguete instalado sobre una pista que se extendía 800 metros e incluía un túnel de 27 metros de largo. Estaba asociado con un grupo de miembros antisemitas del mundo cinematográfico y rechazaba la idea de contratar a gente de color para trabajar en Disneyland.
Pero Gabler dice que sus prejuicios no diferían de los de muchos de sus contemporáneos y también echa por tierra el mito urbano de que Disney fue congelado después de su muerte. De hecho, fue cremado y sus cenizas, enterradas en un jardín privado. Sin embargo, prácticamente no caben dudas de que su legado cultural alcanzó la inmortalidad que el hombre solitario y pendenciero de la vida real nuca pudo lograr.
Paul Harris, The Observer.
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