Emprendedores cuentan cómo hacer tecnología "made in Chile"
Que la innovación tecnológica es uno de los talones de Aquiles de nuestro país es algo habitual de oír, pero hay quienes están desafiando esto. Aquí, el caso de dos empresas nacionales que se atrevieron. Aureasol tiene un software que hace horarios de clases para colegios o universidades. Y Enternet entrega servicios de internet para pymes.
Software para horarios de clases
Al momento de hablar de tecnologías y software es habitual pensar en productos importados. Sin embargo, hay empresas chilenas que están interesadas en cambiar esto. Una de ellas es "Aureasol programación no lineal", que tiene un software que hace horarios de clases para colegios o universidades. El gerente general, Patricio Gormáz -uno de los creadores de la empresa, junto a Alfredo Manfredi y Lorenzo Sáenz-, explica: "Hay mucha gente que dice que no debemos nombrar que es un producto chileno. Mi opinión es que si es chileno, es bueno, y no tengo ningún reparo en decirlo. Quiero demostrar que en Chile sí se puede, hay cerebros inteligentes y que pueden desarrollar tecnologías de máximo nivel".
Estos emprendedores partieron en febrero de este año, y hoy una universidad y cuatro colegios están usando este software, que cuesta US$ 30 al año por profesor. "Eso equivale a $1.580 mensual por profesor", dice Manfredi, quien es el gerente comercial. En estos momentos están tratando de captar más clientes.
Pero ¿cuál es la ventaja de este sistema? En Aureasol explican que permite optimizar recursos y tiempo, ya que se evita la situación actual donde muchas veces hay salas desocupadas, donde muchos estudiantes tienen una clase a las 8 de la mañana y la próxima recién a las 2 de la tarde, y también permite que los profesores tengan un horario mejor estructurado.
A pesar de que estos socios están optimistas con el futuro negocio, explican que las cosas no han sido fáciles. De hecho, no han tenido apoyo de ninguna entidad. Entonces, como obviamente los recursos escasean, han decidido privilegiar el producto. "Esto (la oficina) es un estacionamiento, que está acondicionado, donde tuvimos que instalarnos, meter los computadores y ponernos a trabajar. Hubo oportunidades en que estuvimos hasta 60 horas sin parar trabajando acá", dice Manfredi, y el gerente técnico, Lorenzo Sáenz, añade: "Paramos cuando las manos se negaban a responder".
Por eso que destacan el apoyo de sus familias. "Nuestras señoras están haciendo una labor de esfuerzo, de optimizar los recursos: Hemos tenido que disminuir nuestros estándares de vida y gastar lo justo y necesario", asegura Gormáz.
Sus recetas
Planes a futuro: Que el software no se limite a ver el tema de los horarios, sino que también a programar los exámenes de los alumnos. Además, están analizando hacer un software para competir en el campeonato mundial de software para ajedrez.
Lo más difícil: Plantean que una dificultad es que el chileno en general es reacio a cambiar de costumbre, aunque el producto o sistema que use no sea óptimo.
Recomendación: Ser creativos, agresivos, tenerse fe y confianza en sí mismos. Tener fuerza, mucho optimismo.
Servicios de internet para pymes
Pablo Mateluna (39) siempre fue computín. De esos que tuvieron los primeros Sinclair que llegaron a Chile. Y que inventaban programas basándose en los juegos de video.
Por eso cuando salió del colegio no tuvo duda de que lo suyo era la ingeniería civil en computación. Aunque admite, eso sí, que toda la vida tuvo la vocación de emprender.
"A los 10 años ya vendía dulces en el colegio. A los 12 me compré una bicicleta con esos ahorros y en la universidad hice varios intentos de empresa, incluso con escrituras, porque mi mamá era abogada y me las hacía", cuenta con orgullo.
Pero el salto lo dio de a poco. Ingresó a la Federico Santa María y luego a la Chile. Y mientras estudiaba, trabajó en una empresa de computación para conocer el negocio y después en la corredora Monex (hoy Banco Monex). Fue durante esos años en que se dio cuenta que había oportunidades y se independizó. "Había mucha demanda de servicios computacionales de las empresas. Formé entonces mi consultora con dinero que había recibido de bonos. Y, la misma firma de la que me salí, me dio un contrato que me ayudó a resistir hasta encontrar más clientes", explica.
Como parte de este trabajo, se reencontró con compañeros de universidad y juntos formaron Notariza en 2003. Se trata de una empresa que funciona paralelamente a la consultora. Que se dedica al control de atribuciones, que tiene como clientes a Acepta.com, la subsecretaría de Economía, entre otros, y que obtuvo el segundo lugar en el concurso "Chile Empresario 2004".
Y nunca más se detuvo. Su último proyecto está enfocado a las pymes y se nota que es su chochera. "En Notariza conocí la maravilla que es la factura electrónica y a la vez vi que las pymes no tenían cómo llegar a ella por el desorden que a veces tienen y porque no hacen contabilidad", cuenta.
Se asoció entonces con Darío Ergas (Monex). Puso el capital humano y su nuevo socio, el dinero. Reunió contadores, ingenieros y hasta a una sicóloga y formó Enternet. Una firma que entrega servicios de internet, como facturas electrónicas, y soporte administrativo a pequeñas compañías. "Les damos los atributos básicos de las grandes empresas: formalidad en sus operaciones, visibilidad en el sistema financiero, capacidad de análisis y operaciones en el mundo electrónico. Las empresas requieren visibilidad e interoperatividad. Una firma que no contesta el teléfono, ¡chao! El e commerce funciona las 24 horas del día, los 7 días de la semana y una pyme con dos PC no lo puede hacer", agrega.
Enternet nació con 4 clientes. Hoy ya tiene 17 y procesa alrededor de 10 mil documentos mensuales, principalmente facturas.
"Sabemos que este negocio va fuerte, estamos en el momento exacto", concluye. "Mi aspiración es lograr una empresa que me dé tranquilidad material y aporte un valor social al negocio".
Sus claves
Planes a futuro: Tener un centenar de empresas como clientes.
Lo más difícil: Ante situaciones complejas, hay que ser perseverante. Siempre buscar una salida.
Recomendaciones: Lo más importante es identificar las buenas ideas y creer en ellas.
Daniela Santelices, Daniella Zunino
Software para horarios de clases
Al momento de hablar de tecnologías y software es habitual pensar en productos importados. Sin embargo, hay empresas chilenas que están interesadas en cambiar esto. Una de ellas es "Aureasol programación no lineal", que tiene un software que hace horarios de clases para colegios o universidades. El gerente general, Patricio Gormáz -uno de los creadores de la empresa, junto a Alfredo Manfredi y Lorenzo Sáenz-, explica: "Hay mucha gente que dice que no debemos nombrar que es un producto chileno. Mi opinión es que si es chileno, es bueno, y no tengo ningún reparo en decirlo. Quiero demostrar que en Chile sí se puede, hay cerebros inteligentes y que pueden desarrollar tecnologías de máximo nivel".
Estos emprendedores partieron en febrero de este año, y hoy una universidad y cuatro colegios están usando este software, que cuesta US$ 30 al año por profesor. "Eso equivale a $1.580 mensual por profesor", dice Manfredi, quien es el gerente comercial. En estos momentos están tratando de captar más clientes.
Pero ¿cuál es la ventaja de este sistema? En Aureasol explican que permite optimizar recursos y tiempo, ya que se evita la situación actual donde muchas veces hay salas desocupadas, donde muchos estudiantes tienen una clase a las 8 de la mañana y la próxima recién a las 2 de la tarde, y también permite que los profesores tengan un horario mejor estructurado.
A pesar de que estos socios están optimistas con el futuro negocio, explican que las cosas no han sido fáciles. De hecho, no han tenido apoyo de ninguna entidad. Entonces, como obviamente los recursos escasean, han decidido privilegiar el producto. "Esto (la oficina) es un estacionamiento, que está acondicionado, donde tuvimos que instalarnos, meter los computadores y ponernos a trabajar. Hubo oportunidades en que estuvimos hasta 60 horas sin parar trabajando acá", dice Manfredi, y el gerente técnico, Lorenzo Sáenz, añade: "Paramos cuando las manos se negaban a responder".
Por eso que destacan el apoyo de sus familias. "Nuestras señoras están haciendo una labor de esfuerzo, de optimizar los recursos: Hemos tenido que disminuir nuestros estándares de vida y gastar lo justo y necesario", asegura Gormáz.
Sus recetas
Planes a futuro: Que el software no se limite a ver el tema de los horarios, sino que también a programar los exámenes de los alumnos. Además, están analizando hacer un software para competir en el campeonato mundial de software para ajedrez.
Lo más difícil: Plantean que una dificultad es que el chileno en general es reacio a cambiar de costumbre, aunque el producto o sistema que use no sea óptimo.
Recomendación: Ser creativos, agresivos, tenerse fe y confianza en sí mismos. Tener fuerza, mucho optimismo.
Servicios de internet para pymes
Pablo Mateluna (39) siempre fue computín. De esos que tuvieron los primeros Sinclair que llegaron a Chile. Y que inventaban programas basándose en los juegos de video.
Por eso cuando salió del colegio no tuvo duda de que lo suyo era la ingeniería civil en computación. Aunque admite, eso sí, que toda la vida tuvo la vocación de emprender.
"A los 10 años ya vendía dulces en el colegio. A los 12 me compré una bicicleta con esos ahorros y en la universidad hice varios intentos de empresa, incluso con escrituras, porque mi mamá era abogada y me las hacía", cuenta con orgullo.
Pero el salto lo dio de a poco. Ingresó a la Federico Santa María y luego a la Chile. Y mientras estudiaba, trabajó en una empresa de computación para conocer el negocio y después en la corredora Monex (hoy Banco Monex). Fue durante esos años en que se dio cuenta que había oportunidades y se independizó. "Había mucha demanda de servicios computacionales de las empresas. Formé entonces mi consultora con dinero que había recibido de bonos. Y, la misma firma de la que me salí, me dio un contrato que me ayudó a resistir hasta encontrar más clientes", explica.
Como parte de este trabajo, se reencontró con compañeros de universidad y juntos formaron Notariza en 2003. Se trata de una empresa que funciona paralelamente a la consultora. Que se dedica al control de atribuciones, que tiene como clientes a Acepta.com, la subsecretaría de Economía, entre otros, y que obtuvo el segundo lugar en el concurso "Chile Empresario 2004".
Y nunca más se detuvo. Su último proyecto está enfocado a las pymes y se nota que es su chochera. "En Notariza conocí la maravilla que es la factura electrónica y a la vez vi que las pymes no tenían cómo llegar a ella por el desorden que a veces tienen y porque no hacen contabilidad", cuenta.
Se asoció entonces con Darío Ergas (Monex). Puso el capital humano y su nuevo socio, el dinero. Reunió contadores, ingenieros y hasta a una sicóloga y formó Enternet. Una firma que entrega servicios de internet, como facturas electrónicas, y soporte administrativo a pequeñas compañías. "Les damos los atributos básicos de las grandes empresas: formalidad en sus operaciones, visibilidad en el sistema financiero, capacidad de análisis y operaciones en el mundo electrónico. Las empresas requieren visibilidad e interoperatividad. Una firma que no contesta el teléfono, ¡chao! El e commerce funciona las 24 horas del día, los 7 días de la semana y una pyme con dos PC no lo puede hacer", agrega.
Enternet nació con 4 clientes. Hoy ya tiene 17 y procesa alrededor de 10 mil documentos mensuales, principalmente facturas.
"Sabemos que este negocio va fuerte, estamos en el momento exacto", concluye. "Mi aspiración es lograr una empresa que me dé tranquilidad material y aporte un valor social al negocio".
Sus claves
Planes a futuro: Tener un centenar de empresas como clientes.
Lo más difícil: Ante situaciones complejas, hay que ser perseverante. Siempre buscar una salida.
Recomendaciones: Lo más importante es identificar las buenas ideas y creer en ellas.
Daniela Santelices, Daniella Zunino
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