Las chicas del blog
Viven conectadas. Dependen de Internet para convocar y contar intimidades. Tres casos que revelan otra forma de relacionarse.
Tener o no tener un blog hace la diferencia. Estar sumergido en una pantalla, flotando con palabras no siempre silenciosas. Un mensaje dentro de una botella que flota en un mar seco de olas. Confesiones. Desgarros. Gritos. Augurios. Se llaman weblogs. Quien quiera puede crear uno, espiar el de otros y meterse a opinar sobre los temas más diversos. Y como es gratis, igual que el aire, cada día surgen innumerables blogs en el mundo. Casi tan innumerables como las estrellas del cielo. No hay cifras que los contengan.
En los weblogs se pueden ventilar los trapitos al sol, convocar a situaciones disparatadas y hasta ladrar con voz desafinada. Las mujeres no estamos exentas de este nuevo vértigo. ¿Por qué lo estaríamos?
¡A la guerra de almohadas!
El 18 de noviembre pasado unas tres mil personas se pegaban almohadonazos frente al Planetario de la ciudad. ¿Por qué? Porque Marina Ponzi, una estudiante de comunicación social, los había citado. Sí. Así es. A la muchachita de 23 años se le ocurrió hace un mes abrir un blog y convocar a la "primer lucha de almohadas colectiva de Buenos Aires". Hacerlo sólo le llevó unos pocos minutos. La velocidad con la que se supo compitió con la luz: más de 20 mil curiosos lo visitaron. Y un porcentaje importante decidió "divertirse, descargar tensiones, hacer algo nuevo y diferente", como proponía Marina que logró hacer correr la propuesta a través de cadenas de mails.
Nunca había hecho otros blogs. tampoco sabía cómo hacerlos. Aprendí siguiendo las indicaciones básicas que figuran en los sitios de bloggers en internet", comenta Marina cuando concluye su entrevista telefónica con una radio colombiana. Muy pintada, con remera roja, minifalda de jean y ojotas blancas, sentada en uno de los sillones de su departamento del barrio de Belgrano, disfruta de su inesperada fama. La idea surgió cuando vio un video en You Tube de una guerra de almohadas que se hizo en febrero en San Francisco, Estados Unidos. Aquel desparramo de plumas también había sido convocado a través de Internet.
Marina confiesa que se asustó cuando el número de visitantes a su blog se multiplicaba aceleradamente. Entonces decidió llevar una carta a la Subsecretaría de Seguridad Urbana para pedir seguridad en el evento. "Y la hubo Había hasta helicópteros sobrevolando la zona. No hubo ningún lío. Todos respetaron las reglas. En un momento, un grupo se sentó a cantar el himno y a aplaudir. Había ganas de disfrutar", se entusiasma quien ya abrió una pagina web: www.bamobs.com.ar, donde bajó las imagenes del encuentro y piensa dedicarse a promover nuevos. "Nunca estuve muchas horas frente a la computadora. Pero ahora chequeo to dos los días mi página. Es sólo un juego".
Intimidades de una anoréxica
Cielo Latini tiene 22 años. Y es flaca como una espiga. El vestido violeta ajustado y sus stilettos de taco aguja le calzan a la perfección. Hoy es una estrella. Almorzó con Mirtha Legrand, su rostro fue la portada de Noticias y Newsweek, habló para la tevé peruana, norteamericana y siguen los llamados. Es que su libro Abzurdah, de Editorial Planeta, que cuenta su historia de anorexia y desamores es un best seller: ya va por la décima reedición y sólo fue publicado por primera vez hace tres meses. "Surgió cuando me enfermé de anorexia y creé el blog mecomoami. Ahí nos juntabamos todas las enfermas a alabar la enfermedad. Desde los 14 años tengo Internet y me la pasaba chateando día y noche. Era mi mundo y la manera de esconderme", describe sonriendo.
En el espacio cibernético, chateando, Cielo conoció a Alejo, el personaje de su vida real y el de su libro. El hombre que la cautivó a los 14 años. El tenía 24.
Era adicta a practicar la abstinencia de alimentos y a navegar por el ciberespacio. Lo primero es parte de su historia, lo segundo es su vida. "Mi blog mecomoami llegó a tener tres mil visitas por mes. Eran mujeres de 15 a 40 años. Sólo tuve dos visitas de varones. Hace dos años me la cerraron porque era super nocivo. Nos pasábamos claves para resisistir el hambre. Nuestros modelos eran las modelos", dice y rechaza la idea de haber hecho masivo su diario íntimo. "Lo llamo autobiografía. A los 22 años puedo asegurar que la vida me pisoteó. Pero a pesar de haber estado al borde de la muerte, el psicoanálisis me salvó. La palabra siempre estuvo muy ligada a mi vida".
Un diario sexual público
Inés Gallo de Urioste es Lola Copacabana. Y viceversa. Dice que sólo es Inés cuando se reta. Tiene 26 años, vive con Zoe, su hija de seis años en San Isidro. Estudia Derecho y acaba de sacar Buena leche, diarios de una joven (no tan) formal, de Editorial Sudamericana. Una vez más el fenómeno del blog se hizo libro.
"Mi intención nunca fue publicitarlo. En mi blog escribía sobre sexo, borracheras, maternidad. Lo escribí entre los 22 y los 25 años. Tenía mil visitas diarias. Hacía rato que había dejado de ser un diario privado para ser un diario público. Pero sigue siendo íntimo, sigue siendo mío", cuenta mientras come papas fritas en un clásico bar de Recoleta..
Lola reparte su tiempo entre sus estudios en la facultad, la maternidad y la computadora. También entre la psicóloga-astróloga y la psiquiatra. No trabaja. O ahora que tiene un libro, se podría decir que sí. Su papá, que es abogado es quien mantiene sus gastos y demás. "Escribirlo y publicarlo fue una búsqueda de legitimación. Desde chica siempre fui la distinta. Quizás por eso, desde los 8 años que escribo diarios. Lo hacía para leerlos después. Nunca con la idea de exhibirlos", dice mientras toma cerveza. "La computadora es fundamental en mi vida, junto con mi escritorio. Como soy un poco fóbica me viene bien. Prefiero comunicarme con el mundo vía mail, blog, mensajes de textos".
Saber nadar o no en el ciberespacio hace la diferencia.
"Nunca estuve muchas horas frente a la computadora. Pero ahora chequeo todos los días mi página. Para mí es sólo un juego". MARINA PONZI, ESTUDIANTE DE COMUNICACION.
"Mi blog mecomoami llegó a tener tres mil visitas por mes. Eran mujeres de 15 a 40 años. Nos pasábamos claves para resistir a la comida". CIELO LATINI, ESCRITORA.
"En mi blog escribía sobre sexo, borracheras, maternidad. Tenía mil visitas diarias. Había dejado de ser un diario privado para ser público". LOLA COPACABANA, ESTUDIANTE DE DERECHO.
Jéssica Fainsod.
Tener o no tener un blog hace la diferencia. Estar sumergido en una pantalla, flotando con palabras no siempre silenciosas. Un mensaje dentro de una botella que flota en un mar seco de olas. Confesiones. Desgarros. Gritos. Augurios. Se llaman weblogs. Quien quiera puede crear uno, espiar el de otros y meterse a opinar sobre los temas más diversos. Y como es gratis, igual que el aire, cada día surgen innumerables blogs en el mundo. Casi tan innumerables como las estrellas del cielo. No hay cifras que los contengan.
En los weblogs se pueden ventilar los trapitos al sol, convocar a situaciones disparatadas y hasta ladrar con voz desafinada. Las mujeres no estamos exentas de este nuevo vértigo. ¿Por qué lo estaríamos?
¡A la guerra de almohadas!
El 18 de noviembre pasado unas tres mil personas se pegaban almohadonazos frente al Planetario de la ciudad. ¿Por qué? Porque Marina Ponzi, una estudiante de comunicación social, los había citado. Sí. Así es. A la muchachita de 23 años se le ocurrió hace un mes abrir un blog y convocar a la "primer lucha de almohadas colectiva de Buenos Aires". Hacerlo sólo le llevó unos pocos minutos. La velocidad con la que se supo compitió con la luz: más de 20 mil curiosos lo visitaron. Y un porcentaje importante decidió "divertirse, descargar tensiones, hacer algo nuevo y diferente", como proponía Marina que logró hacer correr la propuesta a través de cadenas de mails.
Nunca había hecho otros blogs. tampoco sabía cómo hacerlos. Aprendí siguiendo las indicaciones básicas que figuran en los sitios de bloggers en internet", comenta Marina cuando concluye su entrevista telefónica con una radio colombiana. Muy pintada, con remera roja, minifalda de jean y ojotas blancas, sentada en uno de los sillones de su departamento del barrio de Belgrano, disfruta de su inesperada fama. La idea surgió cuando vio un video en You Tube de una guerra de almohadas que se hizo en febrero en San Francisco, Estados Unidos. Aquel desparramo de plumas también había sido convocado a través de Internet.
Marina confiesa que se asustó cuando el número de visitantes a su blog se multiplicaba aceleradamente. Entonces decidió llevar una carta a la Subsecretaría de Seguridad Urbana para pedir seguridad en el evento. "Y la hubo Había hasta helicópteros sobrevolando la zona. No hubo ningún lío. Todos respetaron las reglas. En un momento, un grupo se sentó a cantar el himno y a aplaudir. Había ganas de disfrutar", se entusiasma quien ya abrió una pagina web: www.bamobs.com.ar, donde bajó las imagenes del encuentro y piensa dedicarse a promover nuevos. "Nunca estuve muchas horas frente a la computadora. Pero ahora chequeo to dos los días mi página. Es sólo un juego".
Intimidades de una anoréxica
Cielo Latini tiene 22 años. Y es flaca como una espiga. El vestido violeta ajustado y sus stilettos de taco aguja le calzan a la perfección. Hoy es una estrella. Almorzó con Mirtha Legrand, su rostro fue la portada de Noticias y Newsweek, habló para la tevé peruana, norteamericana y siguen los llamados. Es que su libro Abzurdah, de Editorial Planeta, que cuenta su historia de anorexia y desamores es un best seller: ya va por la décima reedición y sólo fue publicado por primera vez hace tres meses. "Surgió cuando me enfermé de anorexia y creé el blog mecomoami. Ahí nos juntabamos todas las enfermas a alabar la enfermedad. Desde los 14 años tengo Internet y me la pasaba chateando día y noche. Era mi mundo y la manera de esconderme", describe sonriendo.
En el espacio cibernético, chateando, Cielo conoció a Alejo, el personaje de su vida real y el de su libro. El hombre que la cautivó a los 14 años. El tenía 24.
Era adicta a practicar la abstinencia de alimentos y a navegar por el ciberespacio. Lo primero es parte de su historia, lo segundo es su vida. "Mi blog mecomoami llegó a tener tres mil visitas por mes. Eran mujeres de 15 a 40 años. Sólo tuve dos visitas de varones. Hace dos años me la cerraron porque era super nocivo. Nos pasábamos claves para resisistir el hambre. Nuestros modelos eran las modelos", dice y rechaza la idea de haber hecho masivo su diario íntimo. "Lo llamo autobiografía. A los 22 años puedo asegurar que la vida me pisoteó. Pero a pesar de haber estado al borde de la muerte, el psicoanálisis me salvó. La palabra siempre estuvo muy ligada a mi vida".
Un diario sexual público
Inés Gallo de Urioste es Lola Copacabana. Y viceversa. Dice que sólo es Inés cuando se reta. Tiene 26 años, vive con Zoe, su hija de seis años en San Isidro. Estudia Derecho y acaba de sacar Buena leche, diarios de una joven (no tan) formal, de Editorial Sudamericana. Una vez más el fenómeno del blog se hizo libro.
"Mi intención nunca fue publicitarlo. En mi blog escribía sobre sexo, borracheras, maternidad. Lo escribí entre los 22 y los 25 años. Tenía mil visitas diarias. Hacía rato que había dejado de ser un diario privado para ser un diario público. Pero sigue siendo íntimo, sigue siendo mío", cuenta mientras come papas fritas en un clásico bar de Recoleta..
Lola reparte su tiempo entre sus estudios en la facultad, la maternidad y la computadora. También entre la psicóloga-astróloga y la psiquiatra. No trabaja. O ahora que tiene un libro, se podría decir que sí. Su papá, que es abogado es quien mantiene sus gastos y demás. "Escribirlo y publicarlo fue una búsqueda de legitimación. Desde chica siempre fui la distinta. Quizás por eso, desde los 8 años que escribo diarios. Lo hacía para leerlos después. Nunca con la idea de exhibirlos", dice mientras toma cerveza. "La computadora es fundamental en mi vida, junto con mi escritorio. Como soy un poco fóbica me viene bien. Prefiero comunicarme con el mundo vía mail, blog, mensajes de textos".
Saber nadar o no en el ciberespacio hace la diferencia.
"Nunca estuve muchas horas frente a la computadora. Pero ahora chequeo todos los días mi página. Para mí es sólo un juego". MARINA PONZI, ESTUDIANTE DE COMUNICACION.
"Mi blog mecomoami llegó a tener tres mil visitas por mes. Eran mujeres de 15 a 40 años. Nos pasábamos claves para resistir a la comida". CIELO LATINI, ESCRITORA.
"En mi blog escribía sobre sexo, borracheras, maternidad. Tenía mil visitas diarias. Había dejado de ser un diario privado para ser público". LOLA COPACABANA, ESTUDIANTE DE DERECHO.
Jéssica Fainsod.
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