En estas fiestas, no tire el planeta por la ventana
Aunque escasos y no siempre publicitados como "opciones verdes", se consiguen regalos para quedar bien con familiares, amigos... y el medio ambiente.
En el Primer Mundo, las recomendaciones ecológicas para las celebraciones de fin de año apuntan a reducir el consumo de energía en el hogar (las quichicientas lucecitas que adornan las casas, por ejemplo) y a compras concientes: quién hizo el producto, dónde, cuánto le pagaron, cómo llega a mis manos, de qué material está hecho, cómo está empacado.
En los países que festejan más cerca de la pileta que de la chimenea, el derroche es más recatado, pero abundan los presentes irreconciliables con la naturaleza. Plástico, poliéster, goma eva, telgopor son materiales que no se degradan, al menos no en el corto plazo y justamente son la materia prima de muchos juguetes y adornos. Como no hay mucha oferta de productos ecológicos, lo artesanal puede pasar muchas veces por "verde" y no serlo: un autito de madera, por ejemplo, debe ser fabricado con materia prima de bosques certificados o reciclada y decorado con pinturas no contaminantes para entrar en la categoría "verde".
Para facilitarle el proceso de compra, le ofrecemos una lista de regalos y no-regalos ecológicos ordenados según el destinatario:
El tesorito de la familia
El primer regalo para un recién nacido puede ser una herencia familiar que lo acompañe en todas sus celebraciones: un adorno para el árbol que ya pasó por varias generaciones, un antiguo pesebre o algún elemento que represente la tradición del lugar de origen de sus abuelos. No siempre comprar es la solución, sobre todo para los más chiquitos.
Los niños primero
A los chicos de 6 a 12 años se les puede regalar una inmersión total en la naturaleza: el curso Jóvenes Naturalistas que organiza la Asociación Ribera Norte. Durante 8 sábados, harán de todo en la Reserva Municipal de San Isidro: auxiliarán a animales heridos, construirán un acuario y un terrario y en la última clase, harán de guías para padres y amigos. El próximo curso arranca en enero y sale $100. Para más información, contactar a Gustavo Aparicio a gusaparicio@gmail.com, coordinador del taller.
Los que sacaron un crédito hipotecario
Tiene que ser práctico: evite velas de parafina (derivado del petróleo) y adornos (la conciencia ecológica también fomenta el consumismo acotado: ahorro de materias primas y energía) y opte por algo que se consuma en el momento y de aceptación universal: ¡sí! ¡comida! Los panes y productos de repostería de Hausbrot son hechos con cereales orgánicos y se consiguen en las sucursales de Capital Federal y Zona Norte del Gran Buenos Aires. También puede hacer una entrega especial de verduras, pollos y huevos en la casa donde se reunirán todos para celebrar.
Los que tienen todo
Acá siempre está implícita la solución radical: no regalar nada. Sea cortés y obsequie algo para el jardín, quinta, campito o estancia que seguramente tendrá el millonario de la familia. En la Reserva Natural Otamendi encontrará árboles nativos en cantidad y variedad, llame antes para confirmar que esté abierto el vivero; aproveche el viaje para conocer el lugar. También en Ribera Norte se venden plantas autóctonas de la costa bonaerense; la menor variedad y cantidad se compensa con un trayecto más corto (si sale de Capital); confirme horarios por teléfono.
Coquetas y metrosexuales
Los que no saben apreciar sus preciosas manualidades hechas en porcelana fría y cartón corrugado estarán felices con los productos de belleza de Weleda (la versión moderna y ecológica del desodorante que regalan las tías). Si bien en el mercado hay muchos artículos de tocador que se promocionan como naturales porque usan flores, cereales, miel; las exigencias para ser considerados "amigables con el planeta" son más altas. Weleda, una empresa suiza con sede en la Argentina, trabaja con ingredientes provenientes de cultivos orgánicos, utiliza aceites esenciales naturales y descarta el uso de conservantes y colorantes sintéticos; además, los envases son reciclables.
Andrea Schulte Brockohoffe, Clarín.com
En el Primer Mundo, las recomendaciones ecológicas para las celebraciones de fin de año apuntan a reducir el consumo de energía en el hogar (las quichicientas lucecitas que adornan las casas, por ejemplo) y a compras concientes: quién hizo el producto, dónde, cuánto le pagaron, cómo llega a mis manos, de qué material está hecho, cómo está empacado.
En los países que festejan más cerca de la pileta que de la chimenea, el derroche es más recatado, pero abundan los presentes irreconciliables con la naturaleza. Plástico, poliéster, goma eva, telgopor son materiales que no se degradan, al menos no en el corto plazo y justamente son la materia prima de muchos juguetes y adornos. Como no hay mucha oferta de productos ecológicos, lo artesanal puede pasar muchas veces por "verde" y no serlo: un autito de madera, por ejemplo, debe ser fabricado con materia prima de bosques certificados o reciclada y decorado con pinturas no contaminantes para entrar en la categoría "verde".
Para facilitarle el proceso de compra, le ofrecemos una lista de regalos y no-regalos ecológicos ordenados según el destinatario:
El tesorito de la familia
El primer regalo para un recién nacido puede ser una herencia familiar que lo acompañe en todas sus celebraciones: un adorno para el árbol que ya pasó por varias generaciones, un antiguo pesebre o algún elemento que represente la tradición del lugar de origen de sus abuelos. No siempre comprar es la solución, sobre todo para los más chiquitos.
Los niños primero
A los chicos de 6 a 12 años se les puede regalar una inmersión total en la naturaleza: el curso Jóvenes Naturalistas que organiza la Asociación Ribera Norte. Durante 8 sábados, harán de todo en la Reserva Municipal de San Isidro: auxiliarán a animales heridos, construirán un acuario y un terrario y en la última clase, harán de guías para padres y amigos. El próximo curso arranca en enero y sale $100. Para más información, contactar a Gustavo Aparicio a gusaparicio@gmail.com, coordinador del taller.
Los que sacaron un crédito hipotecario
Tiene que ser práctico: evite velas de parafina (derivado del petróleo) y adornos (la conciencia ecológica también fomenta el consumismo acotado: ahorro de materias primas y energía) y opte por algo que se consuma en el momento y de aceptación universal: ¡sí! ¡comida! Los panes y productos de repostería de Hausbrot son hechos con cereales orgánicos y se consiguen en las sucursales de Capital Federal y Zona Norte del Gran Buenos Aires. También puede hacer una entrega especial de verduras, pollos y huevos en la casa donde se reunirán todos para celebrar.
Los que tienen todo
Acá siempre está implícita la solución radical: no regalar nada. Sea cortés y obsequie algo para el jardín, quinta, campito o estancia que seguramente tendrá el millonario de la familia. En la Reserva Natural Otamendi encontrará árboles nativos en cantidad y variedad, llame antes para confirmar que esté abierto el vivero; aproveche el viaje para conocer el lugar. También en Ribera Norte se venden plantas autóctonas de la costa bonaerense; la menor variedad y cantidad se compensa con un trayecto más corto (si sale de Capital); confirme horarios por teléfono.
Coquetas y metrosexuales
Los que no saben apreciar sus preciosas manualidades hechas en porcelana fría y cartón corrugado estarán felices con los productos de belleza de Weleda (la versión moderna y ecológica del desodorante que regalan las tías). Si bien en el mercado hay muchos artículos de tocador que se promocionan como naturales porque usan flores, cereales, miel; las exigencias para ser considerados "amigables con el planeta" son más altas. Weleda, una empresa suiza con sede en la Argentina, trabaja con ingredientes provenientes de cultivos orgánicos, utiliza aceites esenciales naturales y descarta el uso de conservantes y colorantes sintéticos; además, los envases son reciclables.
Andrea Schulte Brockohoffe, Clarín.com
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