Las personas que son felices se enferman mucho menos
La felicidad, la alegría y la calma se convierten en una armadura invisible contra ciertas enfermedades.
Es cierto. Las personas felices cuentan con una armadura, invisible, contra ciertas patologías. Por lo pronto, se resfrían menos. Un experimento mostró que, aunque estén en contacto con el virus de la gripe, su sistema inmunológico va a reaccionar mucho mejor que el de quienes están amargadas. También evidenció, indirectamente, que el cordón umbilical entre el sistema inmunológico y las emociones es indisoluble.
El estudio, realizado en Estados Unidos, consistió en exponer a voluntarios saludables al virus de la gripe. El equipo de científicos, liderado por el doctor Sheldon Cohen, de Carnegie Mellon University, encontró que los individuos con buena predisposición tenían menos propensión a sufrir males como gripe, reseñó Reuters Health.
En opinión de Cohen, "el sistema inmune de las personas emocionalmente positivas respondería de una forma distinta a los virus. Y cuando se resfrían, interpretarían la enfermedad con menor severidad".
Pero, ¿qué es una emoción positiva o negativa? Cohen explicó que la felicidad, alegría y calma son catalogadas como emociones positivas, y ansiedad, hostilidad y depresión, como negativas. "Quienes generalmente expresan más emociones positivas parecen ser más resistentes a las infecciones", destacó. El afecto, incluso, actúa en ciertas sustancias del cuerpo, relacionadas con la defensa ante los intrusos (virus, hongos, bacterias).
Sheldon Cohen, sin embargo, no quiere extender los resultados de sus trabajos a otras afecciones. "Como no estamos seguros acerca de los mecanismos que vinculan esa actitud emocional positiva con la salud, es difícil generalizarlo a otras enfermedades, aun cuando la literatura sugiere que podría jugar un rol en un número de afecciones", puntualiza.
FLEXIBILIDAD Y AMOR
Hace años que la siconeuroinmunología investiga el puente que une células y la mente. Como experto en esta materia, el sicólogo venezolano Pablo Canelones insiste en que una actitud positiva es la que facilita la expresión de cualidades internas como capacidad amatoria, relaciones sociales, crear, pensar, construir, resolver, afrontar y analizar -con flexibilidad situaciones críticas o cotidianas.
Los individuos con esta actitud "se orientan hacia el futuro, al que anticipan como benigno, esperanzador, gratificante, pero no como una categoría contemplativa, sino como una imagen posible con un nivel adecuado de compromiso con la edificación de esa visión. Como consecuencia de esta actitud, el estado de ánimo predominante es de placer, alegría, sosiego".
Una actitud negativa, por el contrario, es la que paraliza la potencia amatoria, impide hacer frente a situaciones críticas o mantiene al sujeto en la misma estrategia a pesar de que el resultado indique que no sirve.
Las personas que la sostienen, describe Canelones, "están orientadas hacia el pasado como fuente de gratificación o apoyo para anticipaciones catastróficas. Vivencian el presente y el futuro como una realidad amenazante, dañina, o escenario de posibles pérdidas. Como consecuencia de esta actitud, el estado de ánimo es ansioso, triste, rabioso".
Es cierto. Las personas felices cuentan con una armadura, invisible, contra ciertas patologías. Por lo pronto, se resfrían menos. Un experimento mostró que, aunque estén en contacto con el virus de la gripe, su sistema inmunológico va a reaccionar mucho mejor que el de quienes están amargadas. También evidenció, indirectamente, que el cordón umbilical entre el sistema inmunológico y las emociones es indisoluble.
El estudio, realizado en Estados Unidos, consistió en exponer a voluntarios saludables al virus de la gripe. El equipo de científicos, liderado por el doctor Sheldon Cohen, de Carnegie Mellon University, encontró que los individuos con buena predisposición tenían menos propensión a sufrir males como gripe, reseñó Reuters Health.
En opinión de Cohen, "el sistema inmune de las personas emocionalmente positivas respondería de una forma distinta a los virus. Y cuando se resfrían, interpretarían la enfermedad con menor severidad".
Pero, ¿qué es una emoción positiva o negativa? Cohen explicó que la felicidad, alegría y calma son catalogadas como emociones positivas, y ansiedad, hostilidad y depresión, como negativas. "Quienes generalmente expresan más emociones positivas parecen ser más resistentes a las infecciones", destacó. El afecto, incluso, actúa en ciertas sustancias del cuerpo, relacionadas con la defensa ante los intrusos (virus, hongos, bacterias).
Sheldon Cohen, sin embargo, no quiere extender los resultados de sus trabajos a otras afecciones. "Como no estamos seguros acerca de los mecanismos que vinculan esa actitud emocional positiva con la salud, es difícil generalizarlo a otras enfermedades, aun cuando la literatura sugiere que podría jugar un rol en un número de afecciones", puntualiza.
FLEXIBILIDAD Y AMOR
Hace años que la siconeuroinmunología investiga el puente que une células y la mente. Como experto en esta materia, el sicólogo venezolano Pablo Canelones insiste en que una actitud positiva es la que facilita la expresión de cualidades internas como capacidad amatoria, relaciones sociales, crear, pensar, construir, resolver, afrontar y analizar -con flexibilidad situaciones críticas o cotidianas.
Los individuos con esta actitud "se orientan hacia el futuro, al que anticipan como benigno, esperanzador, gratificante, pero no como una categoría contemplativa, sino como una imagen posible con un nivel adecuado de compromiso con la edificación de esa visión. Como consecuencia de esta actitud, el estado de ánimo predominante es de placer, alegría, sosiego".
Una actitud negativa, por el contrario, es la que paraliza la potencia amatoria, impide hacer frente a situaciones críticas o mantiene al sujeto en la misma estrategia a pesar de que el resultado indique que no sirve.
Las personas que la sostienen, describe Canelones, "están orientadas hacia el pasado como fuente de gratificación o apoyo para anticipaciones catastróficas. Vivencian el presente y el futuro como una realidad amenazante, dañina, o escenario de posibles pérdidas. Como consecuencia de esta actitud, el estado de ánimo es ansioso, triste, rabioso".
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