Kodak vendió su división médica
La firma se quedó sin recursos para financiar la transición desde el negocio analógico a la fotografía digital, paso que costaría al menos US$ 3.400 millones.
El negocio digital de Kodak se ve menos borroso. La mayor compañía fotográfica del mundo acordó ayer la venta de su unidad de imágenes médicas a la canadiense Onex por US$ 2.550 millones para pagar deuda en momentos en que enfoca su lente en los servicios y productos digitales.
Pero el paso ha resultado complicado. La empresa reporta pérdidas por ocho trimestres consecutivos debido a la costosa reestructuración, que según la compañía costaría al menos US$ 3.400 millones y significará el despido de 27.000 trabajadores.
El director ejecutivo Antonio Pérez espera usar parte de los ingresos por la venta para pagar cerca de US$ 1.150 millones en deuda. Kodak analizará otros usos potenciales para ese dinero en una reunión de inversionistas el 8 de febrero.
Kodak buscaba dar de alta a la filial médica desde mayo. Las ventas de la unidad cayeron 6% a US$ 597 millones en el tercer trimestre de 2006, dañada por una menor demanda de película para radiología. Los altos precios de la plata y los costos relacionados a este negocio redujeron las ganancias en 29% a US$ 68 millones.
La unidad estaba ava- luada por el mercado en- tre US$ 1.700 millones y US$ 2.800 millones, y generó un quinto de las ventas (US$ 2.700 millones) en 2005.
Esto permitirá una mayor inyección de efectivo para pagar deuda y completar la transición al negocio digital cuando el analógico reduce su importancia, explicó a Bloomberg Naveed Yahya, inversionista jefe de Fischer Investment Group.
Se acabó el rollo
Kodak se está deshaciendo del negocio que lo hizo famoso en 1896, un año después del descubrimiento de los rayos X, cuando su fundador George Eastman comenzó a proveer placas y papel.
Observadores esperan que Kodak continúe reduciendo costos mediante el cierre de fábricas y mudando las operaciones a mercados más baratos. Kodak ha gastado unos US$ 3.000 millones desde 2003 para solventar la reestructuración digital y contaba con las ventas de rollos para financiarla. Pero éstas cayeron más rápido de lo que había anticipado.
Marta Lillo Bustos
El negocio digital de Kodak se ve menos borroso. La mayor compañía fotográfica del mundo acordó ayer la venta de su unidad de imágenes médicas a la canadiense Onex por US$ 2.550 millones para pagar deuda en momentos en que enfoca su lente en los servicios y productos digitales.
Pero el paso ha resultado complicado. La empresa reporta pérdidas por ocho trimestres consecutivos debido a la costosa reestructuración, que según la compañía costaría al menos US$ 3.400 millones y significará el despido de 27.000 trabajadores.
El director ejecutivo Antonio Pérez espera usar parte de los ingresos por la venta para pagar cerca de US$ 1.150 millones en deuda. Kodak analizará otros usos potenciales para ese dinero en una reunión de inversionistas el 8 de febrero.
Kodak buscaba dar de alta a la filial médica desde mayo. Las ventas de la unidad cayeron 6% a US$ 597 millones en el tercer trimestre de 2006, dañada por una menor demanda de película para radiología. Los altos precios de la plata y los costos relacionados a este negocio redujeron las ganancias en 29% a US$ 68 millones.
La unidad estaba ava- luada por el mercado en- tre US$ 1.700 millones y US$ 2.800 millones, y generó un quinto de las ventas (US$ 2.700 millones) en 2005.
Esto permitirá una mayor inyección de efectivo para pagar deuda y completar la transición al negocio digital cuando el analógico reduce su importancia, explicó a Bloomberg Naveed Yahya, inversionista jefe de Fischer Investment Group.
Se acabó el rollo
Kodak se está deshaciendo del negocio que lo hizo famoso en 1896, un año después del descubrimiento de los rayos X, cuando su fundador George Eastman comenzó a proveer placas y papel.
Observadores esperan que Kodak continúe reduciendo costos mediante el cierre de fábricas y mudando las operaciones a mercados más baratos. Kodak ha gastado unos US$ 3.000 millones desde 2003 para solventar la reestructuración digital y contaba con las ventas de rollos para financiarla. Pero éstas cayeron más rápido de lo que había anticipado.
Marta Lillo Bustos
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