Lavagna no cree en milagros y quiere ser Presidente de Argentina
Ha definido su candidatura como de centro-progresista, y enfatiza que está contra las fijaciones de precios, el populismo y el Estado empresario. Cree que un eje de izquierda en América Latina, liderado por Chávez, sería terrible, y que Argentina, Brasil, Chile y Uruguay trabajando estrechamente, estabilizan la región.
Como todo economista político ducho, Roberto Lavagna (64) -ex ministro de Eduardo Duhalde y de Néstor Kirchner- parece haber sacado muy bien las cuentas sobre su margen de maniobra antes de lanzarse a la piscina electoral argentina. Su discurso como candidato a la Presidencia revela que la estrategia para abrirse paso en la difícil contienda de octubre por la Casa Rosada será capitalizar los logros de este gobierno y del anterior, y desmarcarse del populismo, del intervencionismo y de todas las "desviaciones" del modelo, que -asegura- se intensificaron tras su salida del gabinete, a fines de 2005.
"Jamás formé parte de ningún gobierno no democrático; hice una política económica distinta de la que Argentina había tenido durante 40 años, cuyos resultados han sido elevar la producción y reducir el desempleo, la pobreza, la indigencia", es parte de la carta de presentación de este peronista renovado.
Pero su tarea inmediata es lograr que su imagen -ganó fama internacional como el artífice del "milagro económico" que sacó a Argentina de la crisis tras la devaluación a comienzos de la década- se transforme en votos.
-¿Cómo piensa ganar en las urnas? ¿Ofrecerá otro milagro?
"No creo en los milagros. Decir que en Argentina hubo un milagro económico es una gran tontería, lo que este país hizo fue tomar decisiones muy duras, a solas, sin apoyos externos ni internos. Vivimos la primera megadevaluación sin dar seguros de cambio, no aceptamos dar indexación de los balances ni ninguna de las cosas que se hicieron en todas las anteriores devaluaciones para dejar al margen de los costos a quienes concentran el poder. Lo que a veces, incluso, generó problemas con la prensa, porque entre quienes pedían seguros de cambio había empresas muy fuertes que de vez en cuando me lo recuerdan. No hubo ningún milagro y para el futuro tampoco voy a prometerlos".
-¿Qué responde a quienes afirman que un gobierno de Lavagna sería seudo peronismo y kirchnerismo sin Kirchner?
"Eso es lo que en general dice la derecha argentina, los sectores más conservadores a los que mi presencia les molesta tanto como al gobierno. Mi posición está más al centro que la de Kirchner, que se ha volcado hacia ciertas formas de populismo, y más al centro respecto de la derecha".
-¿Qué detonó su salida del gabinete?
"El Presidente me dijo que había hecho una lectura de las elecciones de fines de octubre de 2005 que lo conducían a cambiar políticas y equipos. Es perfectamente legítimo tomar decisiones de este tipo; otro tema es que después resulten correctas o incorrectas".
-¿Nunca fue hombre de Kirchner?
"Yo estaba en el ministerio un año y medio antes de que él llegara. Tampoco fui hombre de Duhalde, a quien no conocí hasta asumir el cargo. Ni siquiera había votado por él, y Duhalde lo sabía".
-¿Y por Kirchner votó?
"Sí".
-¿Quiénes están tras suyo?
"Sectores muy mezclados. En general, la sociedad no vinculada a los partidos políticos y que opera con más espontaneidad".
-¿Qué tan sólida es su plataforma?
"Eso se irá viendo. Hay sectores del justicialismo, del Partido Radical, del viejo partido del ex Presidente Frondizi (el Movimiento de Integración y Desarrollo, que es chico pero muy prestigiado); sectores de la Democracia Cristiana y muchos otros. Ya veremos cómo logra amalgamarse políticamente".
-¿Con Duhalde y Alfonsín?
"Duhalde ha apoyado al candidato de Kirchner en la provincia de Buenos Aires, y acá el voto no se puede cruzar. En el Partido Radical hay tres sectores: alfonsinistas, no alfonsinistas y kirchneristas. Dos de esos tres están apoyándome".
-¿Qué tan viable es que tras su figura se articule un frente amplio?
"Es necesario armar una coalición, pero no al precio de perder identidad. Por otro lado, es obvio que el Gobierno trabaja con la vieja táctica de divide y reinarás".
-¿Considera ir segundo en otra lista?
"Por ningún motivo".
-Algunos analistas ven su candidatura como un ensayo para 2011.
"Uno puede pensar en un proyecto para 2011, pero hacerlo en términos de personas y puestos no tiene sentido".
-¿Qué tan factible es ganarle a Kirchner o a su mujer, considerando que tiene toda la maquinaria del gobierno?
"Es difícil, pero hay dos formas de hacer política: la politiquería, que ha generado una brecha grande entre la sociedad y los partidos políticos, que es simplemente concebir el gobierno en una elección; y la que yo hago, donde importa tanto el proceso como el punto de llegada. La sociedad dirá si podemos llegar o no".
-Con un crecimiento tan alto, la gente puede preguntarse para qué cambiar...
"Ése era un elemento por el que se decía que el gobierno ganaría en la provincia de Misiones y que se iba a reformar ahí la Constitución para la reelección indefinida, lo que conduciría después a la reforma de la Constitución Nacional para la reelección presidencial indefinida. Misiones no es una provincia rica, está por debajo del promedio nacional en términos de la situación de su población y hubo reparto de cheques, de comida, de dentaduras, pero el gobierno perdió por 18 puntos".
-¿Le juega en contra haber sido funcionario del Gobierno?
"No, porque este es un gobierno elegido como se debe, al que le tocó enfrentar una parte de la crisis, y hoy las encuestas dan que en lo material los argentinos reconocen una mejoría. Hemos crecido 9% desde abril de 2002. Lo que la gente quiere es que alguien le asegure que esto va a continuar. No necesariamente que les garanticen seguir creciendo al 9%, sino que no tendremos crisis recurrentes cada dos o tres años, como antes: en 28 años, de 1975 a 2002, Argentina tuvo 14 años de caída del PIB en términos absolutos".
-¿Su candidatura representará a la centro-derecha, a la centro-izquierda o al centro-centro?
"Yo la he definido como de centro-progresista, porque creo que el grueso de la población argentina es de centro, pero el centro por ser muy amplio corre el riesgo de cierto inmovilismo, y hay que ponerle una dirección progresista. No hacia la derecha".
-Las aventuras presidenciales de ex ministros de Economía no entusiasmaron al electorado. ¿Por qué usted podría tener más suerte que Cavallo o López Murphy?
"Es que fracasaron en su gestión al punto que alguno se tuvo que ir a vivir a otro país. ¿Cómo quiere que alguien vote por quien estuvo 10 años en el ministerio y terminó con cerca de 24% de desempleo o por alguien que estuvo 13 días y lo único que hizo fue profundizar la crisis?".
-¿Suscribe la tesis de que Chávez liderará un eje de izquierda en la región?
"Sería terrible. Yo quiero trabajar estrechamente con Brasil, Uruguay y Chile. Estos cuatro países juntos estabilizan a América Latina".
"(El Fondo Monetario Internacional) tal como está no sirve para nada"
-Cuando partió la recuperación de Argentina se hablaba del rebote del gato muerto y ahora, que es producto del dinamismo de la economía mundial. ¿Cuál es su diagnóstico?
"Son tonterías. Los de la derecha argentina lo primero que dijeron fue que la recuperación era un veranito; después, que era una meseta larga, pero chata. La tercera versión, que incluso llegaron a poner en boca del Fondo Monetario -porque son sus asesores-, fue el rebote del gato muerto, que también se cayó. El último invento es el viento de cola, pero si eso es así porque nuestro socio estratégico Brasil, que tiene incluso más viento de cola que nosotros (porque exportamos sólo granos y ellos muchos minerales, cuyos precios han subido mucho más) lleva cuatro años creciendo al 2,5%. La diferencia la hace la política económica interna; si el contexto internacional es bueno, ayuda, pero eso no es todo, porque si no cómo se explica que un país que no ha pasado por default, que ha tenido un prestigio internacional mayor haya crecido a menos de 3%?
-¿Y cómo se explica que haciendo todo lo que la teoría económica recomienda no hacer, Argentina esté creciendo a tasas de 8%?
"Eso es lo que no entienden los pensadores de derecha que se compraron el Consenso de Washington y todas esas cosas, que para nosotros fueron tremendas. A lo mejor no lo fue para Chile, pero Chile no tiene 37 millones de habitantes. Lo que pasa es que creen que los libros de texto son aplicables con independencia del tamaño y la realidad de los países. Cada vez que algún tonto pagado por un organismo internacional nos venía a contar el ejemplo de Nueva Zelandia, que es más chica que el municipio de la Matanza, que tiene tres millones de habitantes, yo decía aquí eso no da.
"La economía es política. Eso es lo que se estudiaba en el mundo antes, después decidieron asexuarla y vendernos recetas que valen para algunos, pero no para todos. ¡Si yo he escuchado recomendarle a India que haga como Nueva Zelandia! Esas recetas a nosotros nos hicieron mal y todo lo distinto nos hizo bien. Y sabe qué, esto les cuesta decirlo, pero la situación en que está el FMI hoy, que tiene que salir a buscar clientes y poner la plata en bonos porque no tiene a quien prestarla es consecuencia del cambio de paradigma en el relacionamiento con el Fondo que produjo Argentina y que lo dejó al descubierto: tal como está no sirve para nada. Pero no le pida a algún economista chileno que diga esto".
-¿No cree que ofrecer revertir las prácticas de populismo light, como la contención de precios, le restará votos en vez de aportarle?
"Mire las encuestas. La que mejor da es que 59% descree de la tasa de inflación; otras dan hasta 90%".
"El tema es que los controles operan sobre un pedacito, la canastita que usted controla es menor y a veces no se cumplen porque se cambian los envases, el contenido, algunos insumos por otros. En economías capitalistas complejas, como son las modernas, los controles de precios por mucho tiempo pierden sentido. El gobierno anunció que los controles terminan en diciembre de 2007 y el control de tarifas en enero de 2008, pocos meses después de las elecciones presidenciales".
-¿Cuando se liberen los precios la inflación se encumbrará sobre 20%?
"De ninguna manera. Pero hubiera sido menos costoso para Argentina uno, dos o tres puntos más de inflación que poner una restricción a un grupo de precios".
Subsidios: "Chile no puede tirar la primera piedra"
-Los empresarios chilenos se quejan por la competencia desleal de los productores argentinos, que cuentan con energía, combustibles y otros insumos subsidiados...
"¿Y cuando les vendíamos el gas al mismo precio reclamaban? Entonces, los argentinos debieron haber protestado por exportarles un recurso no renovable más barato".
"En esto nadie puede tirar la primera piedra, y menos Chile, que tiene una agricultura con sobretasas".
"El tema energético es hoy un problema para nosotros, porque hay falta de oferta y está impactando decisiones de inversión".
-¿Qué tan cercana ve una crisis energética?
"Argentina ya está en emergencia energética y vamos a estarlo en 2007 y 2008 y hasta que se terminen las dos centrales anunciadas en 2004 y que se demoraron por problemas de gestión pública, porque la actividad ha crecido por casi cinco años al 9% y no hay inversiones en el sector".
-¿El Estado invertirá?
"Las inversiones las deben hacer privados, hay que darles señales de precio".
Sandra Novoa Fernández
Como todo economista político ducho, Roberto Lavagna (64) -ex ministro de Eduardo Duhalde y de Néstor Kirchner- parece haber sacado muy bien las cuentas sobre su margen de maniobra antes de lanzarse a la piscina electoral argentina. Su discurso como candidato a la Presidencia revela que la estrategia para abrirse paso en la difícil contienda de octubre por la Casa Rosada será capitalizar los logros de este gobierno y del anterior, y desmarcarse del populismo, del intervencionismo y de todas las "desviaciones" del modelo, que -asegura- se intensificaron tras su salida del gabinete, a fines de 2005.
"Jamás formé parte de ningún gobierno no democrático; hice una política económica distinta de la que Argentina había tenido durante 40 años, cuyos resultados han sido elevar la producción y reducir el desempleo, la pobreza, la indigencia", es parte de la carta de presentación de este peronista renovado.
Pero su tarea inmediata es lograr que su imagen -ganó fama internacional como el artífice del "milagro económico" que sacó a Argentina de la crisis tras la devaluación a comienzos de la década- se transforme en votos.
-¿Cómo piensa ganar en las urnas? ¿Ofrecerá otro milagro?
"No creo en los milagros. Decir que en Argentina hubo un milagro económico es una gran tontería, lo que este país hizo fue tomar decisiones muy duras, a solas, sin apoyos externos ni internos. Vivimos la primera megadevaluación sin dar seguros de cambio, no aceptamos dar indexación de los balances ni ninguna de las cosas que se hicieron en todas las anteriores devaluaciones para dejar al margen de los costos a quienes concentran el poder. Lo que a veces, incluso, generó problemas con la prensa, porque entre quienes pedían seguros de cambio había empresas muy fuertes que de vez en cuando me lo recuerdan. No hubo ningún milagro y para el futuro tampoco voy a prometerlos".
-¿Qué responde a quienes afirman que un gobierno de Lavagna sería seudo peronismo y kirchnerismo sin Kirchner?
"Eso es lo que en general dice la derecha argentina, los sectores más conservadores a los que mi presencia les molesta tanto como al gobierno. Mi posición está más al centro que la de Kirchner, que se ha volcado hacia ciertas formas de populismo, y más al centro respecto de la derecha".
-¿Qué detonó su salida del gabinete?
"El Presidente me dijo que había hecho una lectura de las elecciones de fines de octubre de 2005 que lo conducían a cambiar políticas y equipos. Es perfectamente legítimo tomar decisiones de este tipo; otro tema es que después resulten correctas o incorrectas".
-¿Nunca fue hombre de Kirchner?
"Yo estaba en el ministerio un año y medio antes de que él llegara. Tampoco fui hombre de Duhalde, a quien no conocí hasta asumir el cargo. Ni siquiera había votado por él, y Duhalde lo sabía".
-¿Y por Kirchner votó?
"Sí".
-¿Quiénes están tras suyo?
"Sectores muy mezclados. En general, la sociedad no vinculada a los partidos políticos y que opera con más espontaneidad".
-¿Qué tan sólida es su plataforma?
"Eso se irá viendo. Hay sectores del justicialismo, del Partido Radical, del viejo partido del ex Presidente Frondizi (el Movimiento de Integración y Desarrollo, que es chico pero muy prestigiado); sectores de la Democracia Cristiana y muchos otros. Ya veremos cómo logra amalgamarse políticamente".
-¿Con Duhalde y Alfonsín?
"Duhalde ha apoyado al candidato de Kirchner en la provincia de Buenos Aires, y acá el voto no se puede cruzar. En el Partido Radical hay tres sectores: alfonsinistas, no alfonsinistas y kirchneristas. Dos de esos tres están apoyándome".
-¿Qué tan viable es que tras su figura se articule un frente amplio?
"Es necesario armar una coalición, pero no al precio de perder identidad. Por otro lado, es obvio que el Gobierno trabaja con la vieja táctica de divide y reinarás".
-¿Considera ir segundo en otra lista?
"Por ningún motivo".
-Algunos analistas ven su candidatura como un ensayo para 2011.
"Uno puede pensar en un proyecto para 2011, pero hacerlo en términos de personas y puestos no tiene sentido".
-¿Qué tan factible es ganarle a Kirchner o a su mujer, considerando que tiene toda la maquinaria del gobierno?
"Es difícil, pero hay dos formas de hacer política: la politiquería, que ha generado una brecha grande entre la sociedad y los partidos políticos, que es simplemente concebir el gobierno en una elección; y la que yo hago, donde importa tanto el proceso como el punto de llegada. La sociedad dirá si podemos llegar o no".
-Con un crecimiento tan alto, la gente puede preguntarse para qué cambiar...
"Ése era un elemento por el que se decía que el gobierno ganaría en la provincia de Misiones y que se iba a reformar ahí la Constitución para la reelección indefinida, lo que conduciría después a la reforma de la Constitución Nacional para la reelección presidencial indefinida. Misiones no es una provincia rica, está por debajo del promedio nacional en términos de la situación de su población y hubo reparto de cheques, de comida, de dentaduras, pero el gobierno perdió por 18 puntos".
-¿Le juega en contra haber sido funcionario del Gobierno?
"No, porque este es un gobierno elegido como se debe, al que le tocó enfrentar una parte de la crisis, y hoy las encuestas dan que en lo material los argentinos reconocen una mejoría. Hemos crecido 9% desde abril de 2002. Lo que la gente quiere es que alguien le asegure que esto va a continuar. No necesariamente que les garanticen seguir creciendo al 9%, sino que no tendremos crisis recurrentes cada dos o tres años, como antes: en 28 años, de 1975 a 2002, Argentina tuvo 14 años de caída del PIB en términos absolutos".
-¿Su candidatura representará a la centro-derecha, a la centro-izquierda o al centro-centro?
"Yo la he definido como de centro-progresista, porque creo que el grueso de la población argentina es de centro, pero el centro por ser muy amplio corre el riesgo de cierto inmovilismo, y hay que ponerle una dirección progresista. No hacia la derecha".
-Las aventuras presidenciales de ex ministros de Economía no entusiasmaron al electorado. ¿Por qué usted podría tener más suerte que Cavallo o López Murphy?
"Es que fracasaron en su gestión al punto que alguno se tuvo que ir a vivir a otro país. ¿Cómo quiere que alguien vote por quien estuvo 10 años en el ministerio y terminó con cerca de 24% de desempleo o por alguien que estuvo 13 días y lo único que hizo fue profundizar la crisis?".
-¿Suscribe la tesis de que Chávez liderará un eje de izquierda en la región?
"Sería terrible. Yo quiero trabajar estrechamente con Brasil, Uruguay y Chile. Estos cuatro países juntos estabilizan a América Latina".
"(El Fondo Monetario Internacional) tal como está no sirve para nada"
-Cuando partió la recuperación de Argentina se hablaba del rebote del gato muerto y ahora, que es producto del dinamismo de la economía mundial. ¿Cuál es su diagnóstico?
"Son tonterías. Los de la derecha argentina lo primero que dijeron fue que la recuperación era un veranito; después, que era una meseta larga, pero chata. La tercera versión, que incluso llegaron a poner en boca del Fondo Monetario -porque son sus asesores-, fue el rebote del gato muerto, que también se cayó. El último invento es el viento de cola, pero si eso es así porque nuestro socio estratégico Brasil, que tiene incluso más viento de cola que nosotros (porque exportamos sólo granos y ellos muchos minerales, cuyos precios han subido mucho más) lleva cuatro años creciendo al 2,5%. La diferencia la hace la política económica interna; si el contexto internacional es bueno, ayuda, pero eso no es todo, porque si no cómo se explica que un país que no ha pasado por default, que ha tenido un prestigio internacional mayor haya crecido a menos de 3%?
-¿Y cómo se explica que haciendo todo lo que la teoría económica recomienda no hacer, Argentina esté creciendo a tasas de 8%?
"Eso es lo que no entienden los pensadores de derecha que se compraron el Consenso de Washington y todas esas cosas, que para nosotros fueron tremendas. A lo mejor no lo fue para Chile, pero Chile no tiene 37 millones de habitantes. Lo que pasa es que creen que los libros de texto son aplicables con independencia del tamaño y la realidad de los países. Cada vez que algún tonto pagado por un organismo internacional nos venía a contar el ejemplo de Nueva Zelandia, que es más chica que el municipio de la Matanza, que tiene tres millones de habitantes, yo decía aquí eso no da.
"La economía es política. Eso es lo que se estudiaba en el mundo antes, después decidieron asexuarla y vendernos recetas que valen para algunos, pero no para todos. ¡Si yo he escuchado recomendarle a India que haga como Nueva Zelandia! Esas recetas a nosotros nos hicieron mal y todo lo distinto nos hizo bien. Y sabe qué, esto les cuesta decirlo, pero la situación en que está el FMI hoy, que tiene que salir a buscar clientes y poner la plata en bonos porque no tiene a quien prestarla es consecuencia del cambio de paradigma en el relacionamiento con el Fondo que produjo Argentina y que lo dejó al descubierto: tal como está no sirve para nada. Pero no le pida a algún economista chileno que diga esto".
-¿No cree que ofrecer revertir las prácticas de populismo light, como la contención de precios, le restará votos en vez de aportarle?
"Mire las encuestas. La que mejor da es que 59% descree de la tasa de inflación; otras dan hasta 90%".
"El tema es que los controles operan sobre un pedacito, la canastita que usted controla es menor y a veces no se cumplen porque se cambian los envases, el contenido, algunos insumos por otros. En economías capitalistas complejas, como son las modernas, los controles de precios por mucho tiempo pierden sentido. El gobierno anunció que los controles terminan en diciembre de 2007 y el control de tarifas en enero de 2008, pocos meses después de las elecciones presidenciales".
-¿Cuando se liberen los precios la inflación se encumbrará sobre 20%?
"De ninguna manera. Pero hubiera sido menos costoso para Argentina uno, dos o tres puntos más de inflación que poner una restricción a un grupo de precios".
Subsidios: "Chile no puede tirar la primera piedra"
-Los empresarios chilenos se quejan por la competencia desleal de los productores argentinos, que cuentan con energía, combustibles y otros insumos subsidiados...
"¿Y cuando les vendíamos el gas al mismo precio reclamaban? Entonces, los argentinos debieron haber protestado por exportarles un recurso no renovable más barato".
"En esto nadie puede tirar la primera piedra, y menos Chile, que tiene una agricultura con sobretasas".
"El tema energético es hoy un problema para nosotros, porque hay falta de oferta y está impactando decisiones de inversión".
-¿Qué tan cercana ve una crisis energética?
"Argentina ya está en emergencia energética y vamos a estarlo en 2007 y 2008 y hasta que se terminen las dos centrales anunciadas en 2004 y que se demoraron por problemas de gestión pública, porque la actividad ha crecido por casi cinco años al 9% y no hay inversiones en el sector".
-¿El Estado invertirá?
"Las inversiones las deben hacer privados, hay que darles señales de precio".
Sandra Novoa Fernández
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