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CAPACITACION EN COSTOS Y GESTION

Sushi y masajes en la oficina, el modelo Google de gestión del capital humano

Google ocupa el primer puesto del ranking de la revista Fortune de las mejores empresas para trabajar. Comida gourmet, yoga, masajes, transporte, gimnasio... La oficina tiene de todo. Pero no todo lo que brilla es oro...


Temprano por la mañana, un minibus a biodiesel equipado con conexión wi-fi, lo recoge por la puerta de su casa. Mientras viaja, usted conecta su laptop y responde los emails que llegaron por la noche desde las oficinas de Tokio.

En la oficina, lo espera un completísimo desayuno buffet. Usted pasa por la tintorería de la empresa y deja la ropa sucia. Después, se da un breve chapuzón en la pileta y hace unos minutos de yoga.

Para el almuerzo hay sushi. En lugar de extender unos minutos la sobremesa, usted aprovecha para visitar al médico de la empresa para que le revise un dolor en la cintura. Después, de nuevo al trabajo.

A las siete, usted recoge la ropa limpia en la tintorería y vuelve a subirse al minibus. Allí aprovecha para seguir contestando emails hasta que llega a su casa.

Una verdadera joya, ¿no es cierto? Así se trabaja en Google. El modelo de gestión del capital humano de esta empresa la ha catapultado al primer puesto del ranking de Fortune sobre los mejores lugares para trabajar.

Según un artículo de Wharton Business School, no se trata de puro altruismo corporativo. Google se mueve en un mercado ultra competitivo donde la clave del éxito radica en la capacidad de atraer, motivar y fidelizar talento.

Por lo tanto, es perfectamente racional para la empresa ofrecer a sus miembros todas las comodidades para maximizar la "experiencia laboral" y lograr que se concentren 100 por ciento en su trabajo.

De hecho, este modelo no se limita al líder de los buscadores sino que es relativamente común entre empresas que encuentran en el capital humano su principal (o única) ventaja competitiva. Otras tecnológicas como Sun Microsystems, Oracle y Yahoo van por la misma senda y ofrecen, por ejemplo, desde servicios de reparación de vehículos hasta guarderías para que las madres ejecutivas dejen a sus niños pequeños.

Trabajar en estas empresas puede ser una experiencia inolvidable. Y muchos expertos en recursos humanos afirman que han encontrado la llave definitiva para maximizar el rendimiento de los trabajadores. Cuando la empresa se preocupa por mejorar la calidad de vida de sus empleados, éstos responden con el máximo compromiso.

Sin embargo, señala la investigación de Wharton, otros prefieren tomar con pinzas el fenómeno. Incluso, sostienen, no queda demasiado claro si las empresas hacen un favor a sus empleados o si sólo los atan con cadenas doradas.

Obviamente, ninguno de estos beneficios viene gratis. A cambio de todas las ventajas imaginables, las empresas exigen una dedicación absoluta, cuya mejor expresión es el minibus equipado con wi-fi para que los empleados sigan conectados en el viaje a sus casas.

Para la profesora Nancy Rothbard, el fenómeno puede leerse a través de una lente basada en la distinción entre dos tipos de empleados: los "integradores" y los "segmentadores".

Para el empleado integrador, no existe una división tajante entre casa y oficina. Estos trabajadores revisan sus emails laborales los fines de semana y no temen terminar su trabajo en casa. Para ellos, el modelo Google es el paraíso. Liberados de las "cargas de la vida cotidiana" (como lavar la ropa o pagar las cuentas), tienen el camino allanado para sacar a relucir todo su potencial.

Los segmentadores, por el contrario, prefieren separar los tantos: "Mi casa es mi casa y la oficina es la oficina". Para ellos, la ayuda que Google presta para resolver los problemas cotidianos puede parecer invasiva.

Por lo tanto, no todos acuerdan sobre las bondades del modelo Google. Para la realidad corporativa latinoamericana, parece una utopía. Sin embargo, algunas versiones morigeradas podrían servir en algunos mercados donde resulta difícil captar talento. Por ejemplo, ante la escasez y alta rotación de trabajadores tecnológicos, una política de beneficios de este estilo puede ser una alternativa a considerar.

 

MATERIABIZ

1 comentario

Benedicto González Vargas -

Como en todo en la vida, hay diversidad. Por cierto que me encantaría trabajar como describes, aunque soy capaz de darme cuenta que habrá otros que consideren eso como una jaula dorada.
Lo importante es que las personas sepan eso antes y sean capaces de decidir en consecuencia.
Las empresas requieren maximimar sus oportunidades, convertir sus inversiones en eficiencia para obtener réditos, de eso viven y de su éxito vivimos nostros. Prefiero mil veces, entonces, que me traten bien y que me apoyen antes de que me maltraten y persigan (algo tan común en Educación). Aunque, recuerdo por ahí una experiencia tuya con una empresa pyme que asesoraste, donde terminaste usando un látigo.
Un abrazo, desde Chile,

Benedicto