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CAPACITACION EN COSTOS Y GESTION

Remesas de emigrantes, el principal ingreso de América Latina

Durante el 2006, ingresaron a América Latina 60 mil millones de dólares por remesas de emigrantes. Es una interesante forma de financiar a las economías del continente. Pero también tiene su lado oscuro...

El envío de remesas es un fenómeno que ha experimentado un crecimiento particularmente significativo en los últimos diez años. Desde mediados de la década del '90, la recepción de los flujos de remesas se ha manifestado con especial intensidad en América Latina y Asia.

Un estudio reciente del Banco Mundial ("Impacto de las remesas en el desarrollo de América Latina") señala que en América Latina las remesas de emigrantes alcanzaron, en 2006, los 60.000 millones de dólares, convirtiéndose en la región del mundo que más dinero recibe por este concepto.

La cifra representa un fuerte incremento respecto a los 50 mil millones de 2005 y es comparable al total de la inversión extranjera que recibe la región y es además seis veces superior a la ayuda al desarrollo que eso países reciben.

España se ha convertido, por encima de Alemania, Francia y Reino Unido, en el país de Europa cuyos inmigrantes envían más remesas a sus países de origen. Tanto la población inmigrante como las remesas que ésta manda a sus países de origen desde España han aumentado de manera considerable entre 1990 y 2006, siendo mayor el ritmo de crecimiento de las remesas que el de entrada de inmigrantes.

Según los últimos datos del Banco de España, entre enero y diciembre de 2006 los inmigrantes residentes enviaron más de 6.250 millones de euros en remesas (el 0,7 por ciento del PIB), cifra que supone un incremento de más del 35 por ciento respecto al mismo período del año anterior.

Los principales intermediarios son las llamadas remesadoras que gestionan el 80 por ciento del dinero enviado por los inmigrantes desde España. Con el fin de hacerse con una mayor parte de ese negocio los bancos y cajas de ahorros, desde hace relativamente poco tiempo, cuentan con diversas iniciativas.

Esta "bancarización" de las remesas debería suponer una mejora en las condiciones de precio, una mayor variedad de servicios financieros y un sistema de seguridad y control del riesgo más eficiente.

Y esto es importante porque las remesas que envían los inmigrantes a sus familiares constituyen una importante fuente de financiación en divisas para sus países que necesitan el dinero para cubrir sus necesidades de importación de tecnología y maquinaria.

Así, los beneficios económicos son evidentes: estos fondos han servido para que muchas familias hayan podido salir adelante. Hay inmigrantes que con ese dinero se compran una casa o montan sus pequeños negocios dándole al país un aire de iniciativa y de crecimiento a través de la pequeña empresa.

Existen, sin embargo, costos sociales, asociados a las remesas. El problema más estudiado es el del comportamiento que se produce a veces en los hijos de los inmigrantes que se han quedado en el país de origen. Una especie de "huérfanos" que se benefician de las remesas y que, por tanto, no necesitan trabajar.

Desgraciadamente, en estos casos, las remesas en vez de ayudar perjudican ya que impiden que quienes las reciben puedan obtener dinero trabajando. De esta forma, existe la tentación de que los receptores se hagan "rentistas".

En definitiva, más allá de que las remesas permitan mejorar el nivel de vida en el presente, la educación es lo que permitirá a los habitantes del continente acrecentar sus habilidades y conocimientos, encontrar empleos mejor remunerados y ser capaces de ofrecer altos niveles de productividad laboral.

Rafael Pampillón Olmedo,
Catedrático de la Universidad CEU-San Pablo, Profesor del Instituto de Empresa

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