Consejos de un triunfador
De no ser por su encanecida cabellera, el gerente general de Viña San Pedro, PabloTurner, se habría confundido entre los universitarios que el viernes miraban el partido de tenis de Fernando González, en el coffe break del foro con que los convocó Icare. Porque su atuendo usualmente informal se acerca más al de un estudiante que al protipo de gerente. Turner expuso a los alumnos de los últimos años de las carreras de ingeniería y derecho de distintas universidades, que concurrieron a escuchar experiencias de vida de empresarios y ejecutivos, una especie de decálogo de cómo tener éxito. Pero de seguro quienes escucharon más atentamente su exposición fueron su mamá y su hija Catalina, sentadas casi en la última fila.
Después de comentar su paso por la universidad - donde lo que más estudiaba era finanzas porque sus habilidades iban por el lado comercial- y que tras pasar de la gerencia general de Falabella a la viña se siente como partiendo de nuevo, les dio sus consejos:
Hay que ser optimista y persistente.
Tener iniciativa y seguridad en sí mismo.
Mantenerse atento a los cambios que experimentan los consumidores, para adelantar hacia dónde van.
Elegir empresas en crecimiento (aunque advirtió que en el camino muchas pueden dejar de serlo), con ambiciones de largo plazo, capacidad innovadora, fuerte orientación a las personas y que trabajen con gente de espíritu joven.
Elegir un buen jefe, que tenga altas expectativas de ellos, les dé autonomía y herramientas para lograr sus objetivos.
El que no sabe trabajar en equipo se equivocó de carrera. Es fácil trabajar con jefes y subalternos, porque de unos se reciben y a los otros se les dan órdenes; lo difícil es trabajar con pares.
Preocuparse del envejecimiento como ejecutivos y no caer en la zona de confort - operar sólo en el ámbito que se domina de taquito y no abordar cualquier cosa que se salga de ese cuadrilátero- , porque es un seguro camino a la obsolescencia y a hipotecar el futuro.
Cada cierto tiempo hay que tomar aire fresco.
Contribuir a que sus organizaciones tengan nivel de gastos acotado.
Mantenerse alerta a lo que está pasando con los mejores operadores del mundo en la industria en que se trabaja e incorporar sus mejores prácticas.
Desarrollar habilidades duras y blandas para influir y generar resultados. Las habilidades blandas permiten obtener resultados extraordinarios de personas promedio.
Rodearse de gente optimista y emprendedora y pensar siempre cómo sacar partido al lugar donde están.
Cuando no dé para más es hora de cambiarse.
Finalmente les advirtió que sólo 10% de cada generación llega a destacarse, a salir en el diario, y no son necesariamente los con mejores notas, sino los que aportan a que sus empresas sean de clase mundial.
El Mercurio, Chile, 23.04.96
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