Empresarios exitosos, un delicado equilibrio entre visión y pragmatismo
Brillantes y ambiciosos proyectos suelen terminar en el tacho. ¿Por qué? El éxito en los negocios sin dudas depende de la visión. Pero no se olvide del cable a tierra...
A nadie sorprende que el éxito de una start-up dependa de la visión de su fundador, de una acertadísima percepción sobre las necesidades futuras de los clientes. Sin embargo, en el artículo "Turning High Potential into Real Reward", el profesor de la escuela de negocios de Harvard, Joseph Lassiter, sostiene que la visión no es suficiente para el éxito. Un elemento mucho más pedestre resulta fundamental para que la estrategia pueda finalmente dar resultado: el pragmatismo.
¿Cómo piensa el negocio un entrepreneur de alto potencial? Desde el comienzo, fija el perfil de cliente ideal al que pretende llegar y el producto ideal que le quiere vender. El trabajo empieza desde ese futuro ideal y se vuelve hacia el presente, donde se establecerán las medidas necesarias para construir el futuro imaginado.
Sin embargo, advierte el estudio de Harvard, hay una cuestión no menor a tener en cuenta: hasta llegar al punto en que se venderá el producto ideal al cliente ideal, existe un arduo trecho por recorrer, un trecho llamado "corto y mediano plazo".
El empresario tal vez sea un verdadero genio que, por una inspiración mística, ha detectado las tendencias futuras del mercado. Su idea es brillante. En su mente, con una claridad prístina, se lee "dentro de cinco años, la gente comprará un producto con tales y cuales características. Eso es lo que voy a ofrecer". Muy bien. Sin embargo, ¿eso significa que la empresa sólo empezará a facturar dentro de cinco años? ¿Qué entrepreneur puede sostener una inversión de tan lejano retorno?
No todo se trata de grandes ideales. Si el empresario fija su mirada únicamente en el futuro ideal, morirá en el camino. Por lo tanto, señala el especialista de Harvard, la única solución pasa por una combinación entre visión y pragmatismo. Visión para proyectar un futuro deseado. Pragmatismo para adaptarse al ambiente presente y alcanzar ese futuro soñado.
Para sobrevivir en el "corto y mediano plazo", es fundamental detectar los elementos del mercado ideal futuro que están emergiendo en el presente. Lanzar al mercado un producto absolutamente innovador puede no ser la mejor idea. Tal vez usted sepa con absoluta certeza que, en cinco años, ese producto será demandado de a millones. Pero, si usted intenta venderlo ahora, fracasará estrepitosamente ante un mercado que todavía no se encuentra lo suficientemente maduro. Por lo tanto, señala Lassiter, un "timing" adecuado es fundamental para conciliar corto y largo plazo.
No ponga toda la carne en el asador desde el arranque. Empiece con un producto "estándar" y vaya introduciendo modificaciones a medida que el mercado va madurando. Jugarse a todo o nada desde el principio puede ser el paraíso para los amantes de la adrenalina. Pero, en última instancia, es correr un riesgo innecesario.
Turning High Potential into Real Reward, Harvard Business School
A nadie sorprende que el éxito de una start-up dependa de la visión de su fundador, de una acertadísima percepción sobre las necesidades futuras de los clientes. Sin embargo, en el artículo "Turning High Potential into Real Reward", el profesor de la escuela de negocios de Harvard, Joseph Lassiter, sostiene que la visión no es suficiente para el éxito. Un elemento mucho más pedestre resulta fundamental para que la estrategia pueda finalmente dar resultado: el pragmatismo.
¿Cómo piensa el negocio un entrepreneur de alto potencial? Desde el comienzo, fija el perfil de cliente ideal al que pretende llegar y el producto ideal que le quiere vender. El trabajo empieza desde ese futuro ideal y se vuelve hacia el presente, donde se establecerán las medidas necesarias para construir el futuro imaginado.
Sin embargo, advierte el estudio de Harvard, hay una cuestión no menor a tener en cuenta: hasta llegar al punto en que se venderá el producto ideal al cliente ideal, existe un arduo trecho por recorrer, un trecho llamado "corto y mediano plazo".
El empresario tal vez sea un verdadero genio que, por una inspiración mística, ha detectado las tendencias futuras del mercado. Su idea es brillante. En su mente, con una claridad prístina, se lee "dentro de cinco años, la gente comprará un producto con tales y cuales características. Eso es lo que voy a ofrecer". Muy bien. Sin embargo, ¿eso significa que la empresa sólo empezará a facturar dentro de cinco años? ¿Qué entrepreneur puede sostener una inversión de tan lejano retorno?
No todo se trata de grandes ideales. Si el empresario fija su mirada únicamente en el futuro ideal, morirá en el camino. Por lo tanto, señala el especialista de Harvard, la única solución pasa por una combinación entre visión y pragmatismo. Visión para proyectar un futuro deseado. Pragmatismo para adaptarse al ambiente presente y alcanzar ese futuro soñado.
Para sobrevivir en el "corto y mediano plazo", es fundamental detectar los elementos del mercado ideal futuro que están emergiendo en el presente. Lanzar al mercado un producto absolutamente innovador puede no ser la mejor idea. Tal vez usted sepa con absoluta certeza que, en cinco años, ese producto será demandado de a millones. Pero, si usted intenta venderlo ahora, fracasará estrepitosamente ante un mercado que todavía no se encuentra lo suficientemente maduro. Por lo tanto, señala Lassiter, un "timing" adecuado es fundamental para conciliar corto y largo plazo.
No ponga toda la carne en el asador desde el arranque. Empiece con un producto "estándar" y vaya introduciendo modificaciones a medida que el mercado va madurando. Jugarse a todo o nada desde el principio puede ser el paraíso para los amantes de la adrenalina. Pero, en última instancia, es correr un riesgo innecesario.
Turning High Potential into Real Reward, Harvard Business School
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