Blogia
CAPACITACION EN COSTOS Y GESTION

China, un mercado casi infinito...

Hay muchas oportunidades en cereales y otros productos primarios. También en turismo, servicios educativos y software, entre otros. China se avecina. Y la Argentina se avecina a China. Las ventas al país oriental están creciendo a ritmo acelerado y se han convertido en el cuarto destino de las exportaciones locales después de Estados Unidos, Brasil y Chile. Y esto puede ser sólo el comienzo.

El mercado chino crece en forma exponencial y la Argentina tiene posibilidades de exportación en numerosos bienes y servicios, y como destino de las inversiones externas del gigante asiático. Pero para aprovecharlas, dicen los expertos, se necesitan ajustes en la conducta empresaria y en la política estatal. Por otra parte, el poder exportador chino es una amenaza para algunos sectores, en el mercado local y en terceros mercados, lo que también requiere respuestas públicas y privadas.

Prestar atención a China vale la pena. Su economía está creciendo a un ritmo del 9% y no da muestras de parar. El aumento en el poder adquisitivo está cambiando la dieta china incorporando cereales y carnes de animales que se alimentan con soja. China absorbe el 10% de las ventas mundiales de ese poroto. La aparición de una clase alta y media está creando una demanda de bienes sofisticados (de marca y diseño) y de servicios como educación y turismo.

Según un estudio del Centro de Economía Internacional de Cancillería, el ingreso de China a la OMC aumenta las oportunidades porque la Argentina obtuvo reducciones de aranceles y prioridad para solicitar compensaciones en una lista de productos en el caso de que China los aumente por encima de los ya consolidados. Además, China levantó trabas sanitarias para el ingreso de alimentos argentinos, que eran uno de los principales obstáculos para los exportadores locales.

Números chinos

Entre 1990 y 2000 las exportaciones argentinas a China se duplicaron, y entre ese año y 2005 se multiplicaron por cuatro. En el último quinquenio el número de empresas exportadoras a China se duplicó.

El lado gris del fenómeno es que las exportaciones locales están concentradas en un grupo reducido de productos con bajo contenido industrial. En 1990-1992, los agroalimentos eran la mitad de las ventas a China y los metales el 32%. En 2004 el primer rubro aumentó a 76%. Le siguen los minerales (8%) cueros (6%) y metales (5%).

Como muestra, un reciente trabajo publicado por INTAL, demuestra que el saldo comercial es superavitario en agroalimentos, minerales, cueros y metales y deficitario en maquinas y transporte, químicos y textiles.

La Argentina tiene en el mercado chino una posición pequeña pero no despreciable: es el séptimo exportador a China con el 5% del total de las compras de ese país (Brasil es el 4ø, con el 6% de las importaciones orientales). China se convirtió, a su vez, en el tercer proveedor de la Argentina, después de Brasil y Estados Unidos.

La elevada concentración de las exportaciones en un rubro de cotizaciones fluctuantes como los commodities (que a su vez son una parte importante de las exportaciones totales) somete a la economía al riesgo de la volatilidad. Por otra parte, su carácter de gran comprador mundial le otorga a China un poder de negociación que ya está usando, como sucedió recientemente cuando exigió una baja en los precios de la soja que compraba.

Las oportunidades

Pero la composición de la oferta argentina puede modificarse. Según el citado trabajo del INTAL, el país tiene oportundiades no explotadas en cereales, aceites, tabaco, preparaciones de cereales y hortalizas, carnes y pescados. También tiene chances en productos químicos orgánicos, máquinas, minerales (cobre y boratos) y plásticos.

Uno de los desafíos es indus trializar materias primas que ya se exportan, como sucede con la soja y la madera, que podrían convertirse en exportaciones de alimentos derivados de la soja y pasta de celulosa y papel.

Según Carlos Tramutola (h), coautor del libro "China. Como puede la Argentina aprovechar la gran oportunidad" (escrito con Lucio Castro y Pablo Monat), estamos exportando algo de madera y nada de celulosa y papel, cuando el consumo de papel en China está creciendo de manera exponencial. Chile se está preparando para este cambio instalando fábricas de pasta de celulosa y Uruguay le sigue el paso.

Como consecuencia del aumento de sus ingresos, la población china aumentó en forma explosiva su demanda de servicios, en particular el de turismo. En 2004 viajaron al exterior más de 12 millones de chinos y según la OMC, en 2003 los turistas chinos gastaron en el exterior 15.000 millones de dólares

La Argentina está en condiciones, además, de ofrecer servicios educativos en el área universitaria y en enseñanza de castellano e incluso de inglés, aprovechando los recursos existentes y los menores costos relativos. Actualmente, la oferta de servicios educativos en el área del castellano está liderada por España.

Los autores de "China'" sostienen que Argentina tiene oportunidades, además de en educación y turismo, en software, una actividad que está teniendo un creciente desarrollo. En este sector, opinan, se necesita mejorar el gerenciamiento, avanzar en la diferenciación de productos y asegurar la calidad que se exige actualmente en los mercados externos. También tiene que superar las barreras de entrada que existen en China, donde, además, el cumplimiento de las leyes de propiedad intelectual es muy débil, por así decirlo.

Alberto Rojo, de la Cámara de Comercio e Industria Argentino—China, agrega en la lista las frutas finas de invernadero, como por ejemplo los berrys.

En otras palabras, para aprovechar las oportunidades y sortear las amenazas, la Argentina tiene que cumplir varios requisitos. Uno de ellos es aumentar la industrialización de los productos exportables y hacer mayores esfuerzos para poner un pie en el mercado chino, una tarea para empresarios privados y Estado.

El aporte del Estado

Para Tramutola, a la Argentina le falta una presencia estatal más fuerte en China para apoyar al sector privado. "Australia tiene 10 oficinas comerciales en China y compite contra nosotros en muchos productos", sostiene.

Los empresarios están empezando a viajar. Todavía poco, pero el Estado debe apoyar más. El consultor Sergio Cesarín coincide en recomendar un mejor sistema de promoción nacional mediante la apertura de centros de promoción en el sur de China.

El Delta del Río Perlas, cuyo eje es Guangdong - Hong Kong, señala, ha sido un área demandante y beneficiosa para las colocaciones argentinas con destino final China.

Asimismo, por la escala de las empresas que operan en la subregión, su atractivo podría extender la promoción hacia las provincias del suroeste del país hasta ahora no incluidas dentro del radio de acción.

Fernández Taboada rescata el trabajo de algunos consulados, que compensaron sus pocos recursos con ingenio y esfuerzo. Pero también recomienda intensificar las misiones comerciales y las culturales, para promover el conocimiento mutuo.

Por otra parte, aunque sea cierto eso de que China se avecina, no es menos verdad que —por más que el Estado argentino haga la parte que le corresponde— su territorio y su mercado siguen quedando muy lejos, lo cual dificulta el ingreso de las Pymes a ese mercado.

Fernández Taboada reconoce el problema y dice que puede sortearse formando consorcios de exportaciones. Para esto, sostiene, el empresario argentino tiene que doblegar el individualismo que lo caracteriza y que reduce su grado de asociatividad.

Como contrapartida, encuentra oportunidades para las Pymes que pueden ofrecer diseño, creatividad o producciones artesanales.

Luis Bussio, secretario general de la Cámara de Comercio e Industria Argentino-China, rescata, por su parte, el trabajo de difusión de información y vinculación que pueden hacer las cámaras, especialmente en las provincias y, por supuesto, entre las empresas de menor tamaño.

El peligro amarillo

China puede ser una gran oportunidad, pero también es una amenaza en mercados de bienes intensivos en mano de obra (como textiles) y puede ser un socio comercial peligroso. Si bien en los últimos años redujo aranceles y barreras no arancelarias, mantiene numerosas trabas administrativas que dificultan el acceso al mercado.

Además, China puede desplazar las exportaciones argentinas de terceros mercados. Según la estimación del Intal, el 95% de las exportaciones argentinas que llegan a mercados comunes corren riesgo de ser reemplazadas; el mayor peligro está en los rubros manufacturados (especialmente textiles y vestimenta) pero también en manufacturas de origen industrial. Un acuerdo Mercosur—China amenazaría las exportaciones argentinas a Brasil con preferencias arancelarias. Según una evaluación del CEI de 2003, los rubros mas amenazados serían cereales, químicos y maquinarias y aparatos mecánicos.

Y esto también forma parte de la receta.

Julio Sevares, Clarin

0 comentarios