Carly Fiorina, filósofa corporativa, ex CEO de HP
Carly Fiorina encarna el paradigma de la nueva mujer corporativa. Nacida en Texas el 6 de septiembre de 1954, Carla Carleton Sneed Fiorina (más conocida como "Carly Fiorina"), se graduó con honores en Historia y Filosofía Medieval, en la Universidad de Stanford. Tras terminar su carrera de grado, Carly intentó seguir los pasos de su padre anotándose en la escuela de leyes de UCLA. Sin embargo, abandonó la carrera a las dos semanas. Comunicarle la decisión a su padre, afirma esta mujer que coordinó la mega fusión de HP y Compaq, fue una de las decisiones más difíciles de su vida.
En 1980, a los 25 años, Fiorina empezó su carrera profesional como representante de ventas en el coloso telefónico AT&T. Perseverante, escaló hasta la presidencia de Lucent Technologies, empresa que formaba parte del conglomerado AT&T pero que terminó separándose.
A diferencia de otras ejecutivas, para Carly, el hecho de ser mujer no fue un impedimento para su carrera. Esta rubia devota de los diseños de Armani se convirtió en la favorita de los medios especializados en negocios y, gracias a sus grandes dotes de comunicación, fue elegida CEO de Hewlett-Packard en 1999.
Durante tres años luchó por arrancar al gigante de su crisis y devolverle competitividad a través de una reorganización de la compañía en busca de agilidad y flexibilidad. Fiorina también impulsó programas de responsabilidad social empresaria que le valieron diversos reconocimientos.
En el 2002, llegó el pináculo de su carrera: Carly fue la encargada de promocionar, gestionar y coordinar la mega fusión HP-Compaq, por la friolera de 19 mil millones de dólares. Este acto, que sacudió el mercado, le valió varios apoyos aunque también críticas desde todos los ángulos. Walter Hewlett, hijo del fundador de la empresa, la destrozó públicamente aduciendo que la operación no respetaba la tradición de innovación constante de HP.
Los resultados esperados con la fusión no se cumplieron y la situación se puso negra. Dell seguía arrebatando porciones de mercado y Fiorina comenzó a tener fuertes encontronazos con el directorio que la acusaba de ejercer un liderazgo "a la antigua". Finalmente, Carly acabó renunciando en febrero de 2005. Sin embargo, su tiempo en la empresa no había transcurrido en vano. La compensación por los servicios prestados superó los 20 millones de dólares.
Sin embargo, a pesar de la salida accidentada, en marzo de 2005 el nombre de Fiorina se barajó para asumir la presidencia del Banco Mundial. Aunque la Casa Blanca dio su aprobación, finalmente Paul Wolfowitz ganó la pulseada. De todas formas, Carly no carece de honores. Durante varios años, la revista Fortune eligió a esta filósofa e historiadora como una de las 25 personas más influyentes de los negocios globales.
En 1980, a los 25 años, Fiorina empezó su carrera profesional como representante de ventas en el coloso telefónico AT&T. Perseverante, escaló hasta la presidencia de Lucent Technologies, empresa que formaba parte del conglomerado AT&T pero que terminó separándose.
A diferencia de otras ejecutivas, para Carly, el hecho de ser mujer no fue un impedimento para su carrera. Esta rubia devota de los diseños de Armani se convirtió en la favorita de los medios especializados en negocios y, gracias a sus grandes dotes de comunicación, fue elegida CEO de Hewlett-Packard en 1999.
Durante tres años luchó por arrancar al gigante de su crisis y devolverle competitividad a través de una reorganización de la compañía en busca de agilidad y flexibilidad. Fiorina también impulsó programas de responsabilidad social empresaria que le valieron diversos reconocimientos.
En el 2002, llegó el pináculo de su carrera: Carly fue la encargada de promocionar, gestionar y coordinar la mega fusión HP-Compaq, por la friolera de 19 mil millones de dólares. Este acto, que sacudió el mercado, le valió varios apoyos aunque también críticas desde todos los ángulos. Walter Hewlett, hijo del fundador de la empresa, la destrozó públicamente aduciendo que la operación no respetaba la tradición de innovación constante de HP.
Los resultados esperados con la fusión no se cumplieron y la situación se puso negra. Dell seguía arrebatando porciones de mercado y Fiorina comenzó a tener fuertes encontronazos con el directorio que la acusaba de ejercer un liderazgo "a la antigua". Finalmente, Carly acabó renunciando en febrero de 2005. Sin embargo, su tiempo en la empresa no había transcurrido en vano. La compensación por los servicios prestados superó los 20 millones de dólares.
Sin embargo, a pesar de la salida accidentada, en marzo de 2005 el nombre de Fiorina se barajó para asumir la presidencia del Banco Mundial. Aunque la Casa Blanca dio su aprobación, finalmente Paul Wolfowitz ganó la pulseada. De todas formas, Carly no carece de honores. Durante varios años, la revista Fortune eligió a esta filósofa e historiadora como una de las 25 personas más influyentes de los negocios globales.
0 comentarios