Un café en la oficina es un buen negocio
Ignacio Muñoz comenzó hace 3 años con su empresa de máquinas expendedoras de café. Hoy tiene 150 clientes.
A poner fin al tarro de café instantáneo, el azucarero trizado, el hervidor y la cuchara compartida, típicos de algún rincón de la oficina, está dedicado Ignacio Muñoz (28).
Este ingeniero en administración de la Universidad Mayor emprendió esta lucha hace tres años, de la mano de su empresa Café Express... al grano.
Partió con cuatro máquinas automáticas de café de grano, que trasladaba en su auto a universidades y empresas, y hoy tiene 150 aparatos repartidos por distintas oficinas.
Además de las tradicionales cafeteras tienen carritos, stands e incluso mochilas expendedoras, un área de marketing para empresas que quieren conquistar a sus clientes con café y productos de venta masiva en supermercados, como granos bañados en chocolate.
Mientras hacía su tesis buscó un socio y cada uno puso $2 millones para partir. Ignacio se quedó con la gerencia o más bien con todo el trabajo, pues él sólo llevaba adelante la oficina en la época inicial del negocio.
Partió vendiendo café en las universidades y luego entró a empresas por contacto. "Me hice un mailing, se lo empecé a mandar a conocidos y me orienté a las gerencias".
Así comenzó la aventura del emprendimiento, que en su caso está marcada por un crecimiento continuo. El primer año facturaron $50 millones, en 2004 $100 millones y en 2005, $150 millones. "Este año esperamos facturar 50 más que el pasado".
"La idea partió con el fin de solucionar el problema del café en la oficina. Nosotros prestamos las máquinas y les damos todo el servicio, entregamos el café en grano, vasos, azúcar, leche, palitos para revolver y la mantención del equipo", explica Ignacio.
"Ha sido con harto sacrificio, al principio era el único y corría para todas partes, llevaba las cuentas, veía todo. Las etapas de crecimiento las hemos ido cumpliendo una vez que colapsaba. Hoy somos 5".
Café Express ha llevado el aroma del café en grano más allá de las oficinas. Tiene un área de marketing orientada a empresas. A ellas les ofrece el servicio de expendio de café a nombre de la compañía y con su imagen corporativa en puestos fijos o móviles al interior de ferias o eventos. Además han montado Corners, una verdadera cafetería móvil, con cafés de distintos sabores para reuniones especiales y matrimonios.
Para competir con los cafeteros masivos del mercado hoy tienen vending de café en grano, y ya manejan 20 instaladas en distintas empresas. Además tienen productos como las cajetillas de granos de café bañados en chocolate, que se ofrecen en supermercados y cafeterías, de los que venden cien mil cajitas al año.
¿Para el futuro? Están a punto de lanzar su marca propia de café arábico que importaron de Perú y, para acompañarlo, berries bañados en chocolate.
La facturación de la empresa crece $50 millones anuales y se ha diversificado.
Bernardita Aguirre Pascal, El Mercurio
A poner fin al tarro de café instantáneo, el azucarero trizado, el hervidor y la cuchara compartida, típicos de algún rincón de la oficina, está dedicado Ignacio Muñoz (28).
Este ingeniero en administración de la Universidad Mayor emprendió esta lucha hace tres años, de la mano de su empresa Café Express... al grano.
Partió con cuatro máquinas automáticas de café de grano, que trasladaba en su auto a universidades y empresas, y hoy tiene 150 aparatos repartidos por distintas oficinas.
Además de las tradicionales cafeteras tienen carritos, stands e incluso mochilas expendedoras, un área de marketing para empresas que quieren conquistar a sus clientes con café y productos de venta masiva en supermercados, como granos bañados en chocolate.
Mientras hacía su tesis buscó un socio y cada uno puso $2 millones para partir. Ignacio se quedó con la gerencia o más bien con todo el trabajo, pues él sólo llevaba adelante la oficina en la época inicial del negocio.
Partió vendiendo café en las universidades y luego entró a empresas por contacto. "Me hice un mailing, se lo empecé a mandar a conocidos y me orienté a las gerencias".
Así comenzó la aventura del emprendimiento, que en su caso está marcada por un crecimiento continuo. El primer año facturaron $50 millones, en 2004 $100 millones y en 2005, $150 millones. "Este año esperamos facturar 50 más que el pasado".
"La idea partió con el fin de solucionar el problema del café en la oficina. Nosotros prestamos las máquinas y les damos todo el servicio, entregamos el café en grano, vasos, azúcar, leche, palitos para revolver y la mantención del equipo", explica Ignacio.
"Ha sido con harto sacrificio, al principio era el único y corría para todas partes, llevaba las cuentas, veía todo. Las etapas de crecimiento las hemos ido cumpliendo una vez que colapsaba. Hoy somos 5".
Café Express ha llevado el aroma del café en grano más allá de las oficinas. Tiene un área de marketing orientada a empresas. A ellas les ofrece el servicio de expendio de café a nombre de la compañía y con su imagen corporativa en puestos fijos o móviles al interior de ferias o eventos. Además han montado Corners, una verdadera cafetería móvil, con cafés de distintos sabores para reuniones especiales y matrimonios.
Para competir con los cafeteros masivos del mercado hoy tienen vending de café en grano, y ya manejan 20 instaladas en distintas empresas. Además tienen productos como las cajetillas de granos de café bañados en chocolate, que se ofrecen en supermercados y cafeterías, de los que venden cien mil cajitas al año.
¿Para el futuro? Están a punto de lanzar su marca propia de café arábico que importaron de Perú y, para acompañarlo, berries bañados en chocolate.
La facturación de la empresa crece $50 millones anuales y se ha diversificado.
Bernardita Aguirre Pascal, El Mercurio
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