Rupert Murdoch, el malvado...
Rupert Murdoch, fundador del principal imperio global de los medios controla muchos de los periódicos y canales de televisión más influyentes de la Tierra. Al mismo tiempo, es uno de los empresarios más despreciados. Nacido en marzo de 1931 en el seno de una familia acomodada de la ciudad australiana de Melbourne (Australia), Rupert Murdoch lleva la prensa en los genes: su padre era el propietario de un periódico regional.
En 1952, su padre muere. Con apenas 21 años, Rupert queda al frente de la compañía y emprende un ambicioso plan de expansión basado en la compra de pequeños periódicos en distintas ciudades australianas. Su técnica: adquirir empresas deficitarias a bajo precio y reestructurar velozmente el management y la línea editorial. Una vez que se volvían rentables, Murdoch se apalancaba en sus beneficios para financiar nuevos pasos en su política de adquisiciones.
En los '60, la compra del "Sydney's Daily Mirror" y la fundación de "The Australian" (primer periódico australiano de alcance nacional y edición diaria) posicionan a Murdoch como un jugador importante en el mercado mediático del "país continente". Tras el desembarco en el "Daily Telegraph of Sydney", Murdoch se convierte en uno de los tres editores de periódicos más importantes de Australia.
Pero la lejana Oceanía era demasiado pequeña. Ya en los años '60, Rupert comienza una estrategia de internacionalización orientada hacia el mercado inglés. Sucesivamente, va absorbiendo los periódicos "News of the World", "The Sun", "The Sunday Times" y el famoso "Times" de Londres. En los '70, un nuevo destino: Estados Unidos. En 1976, da el batacazo con la adquisición del prestigioso "New York Post".
En la década del '80, queda claro que el mercado editorial ya le queda chico. Murdoch incursiona en la industria del entretenimiento con la compra de los estudios Twentieth Century Fox, piedra fundante de lo que más adelante sería la Fox Broadcasting Company. En 1985, Rupert adquiere la ciudadanía estadounidense y se establece en Nueva York. Sus negocios, por su parte, siguen globalizándose.
Durante los años '90, la News Corporation de Murdoch se expande a nuevas actividades como la televisión satelital en Asia, Internet, un equipo de béisbol de Los Angeles y DirectTV. Hoy, el gigantesco holding mediático de Murdoch incluye empresas como Fox Broadcasting Company, New York Post, Wired, National Geographic y decenas de periódicos de distintos países. En 2005, la News Corporation facturó unos 24.000 millones de dólares.
La exitosísima carrera de Murdoch suele verse manchada por la paupérrima imagen pública del magnate. La crítica más común: "Murdoch es un millonario desalmado y oportunista que no conoce límites a la hora de ganar dinero". Otros reproches: "sus periódicos y canales de televisión son amarillistas, de baja calidad e incluyen información tendenciosa a favor de ciertos líderes políticos".
En cierto modo, es irónico que Murdoch sea acusado de que sus periódicos se entrometan en la vida privada de figuras públicas. Su propia vida privada ha sido comidilla de múltiples pasquines por los innumerables enfrentamientos entre el magnate con sus hijos y ex esposas que se disputan por quedarse con parte de su fortuna. Incluso, las peleas familiares inspiraron un episodio de la serie detectivesca "Law & Orden. Criminal Intent".
¿Cómo responde Rupert a las críticas? A veces, se ríe de sí mismo. Hace algunos años, participó en un episodio de Los Simpsons, parodiándose a sí mismo como un hombre de negocios malvado e inescrupuloso.
En 1952, su padre muere. Con apenas 21 años, Rupert queda al frente de la compañía y emprende un ambicioso plan de expansión basado en la compra de pequeños periódicos en distintas ciudades australianas. Su técnica: adquirir empresas deficitarias a bajo precio y reestructurar velozmente el management y la línea editorial. Una vez que se volvían rentables, Murdoch se apalancaba en sus beneficios para financiar nuevos pasos en su política de adquisiciones.
En los '60, la compra del "Sydney's Daily Mirror" y la fundación de "The Australian" (primer periódico australiano de alcance nacional y edición diaria) posicionan a Murdoch como un jugador importante en el mercado mediático del "país continente". Tras el desembarco en el "Daily Telegraph of Sydney", Murdoch se convierte en uno de los tres editores de periódicos más importantes de Australia.
Pero la lejana Oceanía era demasiado pequeña. Ya en los años '60, Rupert comienza una estrategia de internacionalización orientada hacia el mercado inglés. Sucesivamente, va absorbiendo los periódicos "News of the World", "The Sun", "The Sunday Times" y el famoso "Times" de Londres. En los '70, un nuevo destino: Estados Unidos. En 1976, da el batacazo con la adquisición del prestigioso "New York Post".
En la década del '80, queda claro que el mercado editorial ya le queda chico. Murdoch incursiona en la industria del entretenimiento con la compra de los estudios Twentieth Century Fox, piedra fundante de lo que más adelante sería la Fox Broadcasting Company. En 1985, Rupert adquiere la ciudadanía estadounidense y se establece en Nueva York. Sus negocios, por su parte, siguen globalizándose.
Durante los años '90, la News Corporation de Murdoch se expande a nuevas actividades como la televisión satelital en Asia, Internet, un equipo de béisbol de Los Angeles y DirectTV. Hoy, el gigantesco holding mediático de Murdoch incluye empresas como Fox Broadcasting Company, New York Post, Wired, National Geographic y decenas de periódicos de distintos países. En 2005, la News Corporation facturó unos 24.000 millones de dólares.
La exitosísima carrera de Murdoch suele verse manchada por la paupérrima imagen pública del magnate. La crítica más común: "Murdoch es un millonario desalmado y oportunista que no conoce límites a la hora de ganar dinero". Otros reproches: "sus periódicos y canales de televisión son amarillistas, de baja calidad e incluyen información tendenciosa a favor de ciertos líderes políticos".
En cierto modo, es irónico que Murdoch sea acusado de que sus periódicos se entrometan en la vida privada de figuras públicas. Su propia vida privada ha sido comidilla de múltiples pasquines por los innumerables enfrentamientos entre el magnate con sus hijos y ex esposas que se disputan por quedarse con parte de su fortuna. Incluso, las peleas familiares inspiraron un episodio de la serie detectivesca "Law & Orden. Criminal Intent".
¿Cómo responde Rupert a las críticas? A veces, se ríe de sí mismo. Hace algunos años, participó en un episodio de Los Simpsons, parodiándose a sí mismo como un hombre de negocios malvado e inescrupuloso.
0 comentarios