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CAPACITACION EN COSTOS Y GESTION

Mayores de 50 años… ¿inservibles?

Existe una suerte de paradoja en el mercado laboral occidental: cuánto más experiencia acumula una persona, cuanta más capacidad de gestionar tensiones y conflictos desarrolla, cuanto más capacidad de otear el futuro y diseñar estrategias, cuanto menos la sociedad la llama a desempeñarse en la actividad laboral. A los 50 años una persona es catalogada de “inservible” y debe pasar a retiro. En las culturas orientales se mira al adulto mayor desde otra perspectiva, y se lo define como el recurso humano que más puede aportar al futuro desarrollo de la sociedad. Pero, aún así, la cosa esta cambiando a la par que la occidentalización de esas culturas.

¿De donde viene esa manera casi aberrante de mirar al adulto mayor en el occidente? Una causa es cultural: cuando se mira al ser humano como recurso simplemente (con su output en horas de trabajo), y no en su calidad de talento, es inevitable llegar a la conclusión de que a más edad menos capacidad de entregar horas productivas. Una segunda causa viene de la cultura corporativa del occidente, que privilegian a la juventud basada en el mito de que los conocimientos se adquieren pero su desarrollo es difícil y lento y termina ultrapasado por la tecnología por lo que la táctica lógica con el recurso humano es el reciclaje.

Sea cual sea la razón de esta actitud social, las conclusiones son evidentes: el inventario de capacidades inutilizadas es cada vez mayor en el occidente, la edad del “retiro” es cada vez menor, y la pérdida social (función de Taguchi) se incrementa cada vez más en el occidente. No es una casualidad que el occidente esté perdiendo la carrera por la innovación en el mundo, a expensas del mundo oriental que tiene una visión contrapuesta respecto a sus seres humanos, a los que clasifica como talentos.

Por otra parte, y mirándolo desde el punto de vista positivo, el mercado del adulto mayor aumenta cada día, y es una oportunidad que debería ser aprovechada por los emprendedores. Industrias como el turismo se alimentan de este mercado. ¿Por qué no analizarlo y aprovecharlo?

Carlos Duarte M.

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